Comentario
Varios hongkoneses de alto perfil—todos ellos exlegisladores y líderes prodemocráticos— viven ahora en el exilio y buscan ayuda en un lugar insólito: La Interpol.
¿Por qué digo lugar insólito? Porque la Interpol ha sido acusada de permitir que las dictaduras abusen de su sistema, sin tomar ninguna medida real para castigarlas por ello.
Estos hongkoneses están confiando demasiado en la organización pese a que no ha protegido a Idris Hasan, un uigur que ahora se enfrenta a la extradición de Marruecos a China y a la cadena perpetua. Interpol no examinó adecuadamente una solicitud de notificación roja de China, y la aprobó. Solo más tarde, cuando Safeguard Defenders consiguió crear una tormenta mediática en torno al caso de Hasan, Interpol volvió a revisar la notificación roja y se dio cuenta de que había violado sus propias normas, y posteriormente canceló la notificación. Para Hasan, por supuesto, era demasiado tarde, pues ya había sido detenido, e Interpol se negó a ayudar a su equipo jurídico a utilizar la anulación para demostrar a Marruecos por qué sería erróneo extraditarlo de nuevo a China.
Al buscar ayuda, los hongkoneses también están ayudando a Interpol a protegerse de nuevos abusos, que, si se descubren, podrían afectar gravemente su credibilidad.
Safeguard Defenders ha revelado en un nuevo informe que los hongkoneses necesitan desesperadamente protección frente a las autoridades y a la Ley de Seguridad Nacional (NSL, en inglés), que Beijing aplicó en Hong Kong en junio de 2020. A lo largo de 2021, la policía de Hong Kong, el Ministerio de Seguridad y funcionarios de alto nivel han utilizado un lenguaje cada vez más hostil.
Por ejemplo, han dicho que estos disidentes son buscados por crímenes bajo la NSL y, como dijo el exministro de seguridad John Lee, serán «perseguidos de por vida».
Para empeorar las cosas, el gobierno amenaza ahora con intentar utilizar la Interpol para perseguirlos hasta sus «escondites» en Reino Unido, Canadá, Australia y, sobre todo, Estados Unidos.
«El gobierno de Hong Kong, la policía y los tribunales pueden trabajar juntos para tomar diversas medidas para recapturar a los fugitivos», dijo Kennedy Wong, miembro del Consejo Legislativo de Hong Kong (LegCo), al medio estatal chino Global Times el 20 de mayo de 2021. Y continuó: «La policía de Hong Kong puede hacer una oferta de detención a INTERPOL».
Wong no es el único. Regina Ip, legisladora pro-Beijing y exministra de Seguridad, sacó a relucir el uso de la Interpol incluso para los países que ahora han suspendido los tratados de extradición con Hong Kong.
Otros legisladores pro-Beijing del gobierno de Hong Kong también han hecho declaraciones similares, como se informa aquí.
Y no son amenazas vacías. Por ejemplo, medios daneses revelaron que tanto China como las oficinas de la Interpol de Hong Kong habían utilizado los canales de la organización para que la policía danesa cooperara en la investigación de dos diputados daneses, acusados de ayudar al líder prodemocrático Ted Hui a huir de Hong Kong. Hui es un exmiembro del LegCo y desempeñó un papel importante en las protestas contra la extradición que sacudieron la ciudad en 2019-2020. Las autoridades chinas y hongkonesas recurrieron a un «tratado de asistencia legal mutua» para buscar la cooperación danesa, que es otra herramienta que el gobierno de Hong Kong ha amenazado repetidamente con utilizar contra estos exiliados.
El peligro en este caso se reparte entre los que son objetivo de la policía de Hong Kong y la propia Interpol. La amenaza para estos valientes políticos y líderes de las protestas prodemocráticas es muy real, ya que muchos países —como Portugal, la República Checa, India y Malasia— siguen manteniendo tratados de extradición con Hong Kong; e incluso si otros países deciden no actuar ante cualquier aviso de la Interpol para detenerlos, podría causarles importantes molestias en sus vidas, especialmente para viajar.
Por ejemplo, un destacado activista de Hong Kong tuvo que pedir garantías al Ministerio de Asuntos Exteriores checo para poder viajar, tras ser invitado, para asistir a unos seminarios en ese país. No le pudieron dar esas garantías, pero fue lo suficientemente valiente como para ir de todos modos. Y esto ocurrió en la República Checa, a pesar de su historia de defensa de la democracia y la libertad de expresión. El país de Vaclav Havel —primer líder democrático y cofundador del movimiento prodemocrático Carta 77. Sin embargo, los disidentes no están seguros en el país, ya que el gobierno no ha suspendido su tratado de extradición con Hong Kong.
Sin embargo, debido a los claros estatutos de Interpol, si se descubriera que ha aprobado alguna notificación roja (o «difusión», una herramienta similar pero menos conocida que consigue esencialmente lo mismo), sería un tremendo golpe para la legitimidad de la organización. Interpol ya se ha visto afectada por el caso de Idris Hasan y por no haber sancionado a China, y a otros países, por utilizar las difusiones rojas en contra de las normas.
Safeguard Defenders y otros destacados activistas de los derechos de Hong Kong, como Nathan Law y Ted Hui, enviaron una carta abierta a Interpol el 13 de enero. Debería servir como llamada de atención para Interpol de que cada vez que permite a los países (en particular a los Estados totalitarios) hacer un mal uso de su sistema, daña su propia legitimidad y su futuro. La carta también anima a los gobiernos occidentales a crear una política más amplia para crear refugios seguros para los activistas perseguidos, de modo que puedan empezar una nueva vida.
Proteger a personas inocentes del mal uso de la notificación roja de Interpol es un primer paso esencial. Además, las naciones democráticas —como Portugal, la República Checa e India— deberían suspender sus tratados de extradición con Hong Kong. Otro paso importante es que Interpol examine qué valor tiene mantener los tratados de asistencia legal mutua si los países contemplan algún intento de abuso de los derechos humanos a través de estos acuerdos.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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