Los líderes están contraatacando después de que el presidente electo Donald Trump se negara a descartar el uso de la coerción económica o militar para afirmar el control sobre Groenlandia y el Canal de Panamá.
«No, no puedo asegurarles nada sobre ninguno de los dos, pero puedo decir esto: Los necesitamos para la seguridad económica», declaró a los periodistas el 7 de enero.
El presidente entrante ha planteado repetidamente la idea de que Estados Unidos asuma el control de Groenlandia, que actualmente es un territorio autónomo del Reino de Dinamarca. También situó el Canal de Panamá —que une los océanos Atlántico y Pacífico— como un interés estratégico y económico vital de Estados Unidos que corre el riesgo de ser tomado por los intereses comunistas chinos.
Los recientes comentarios de Trump han provocado la reacción de los líderes regionales.
El canciller alemán, Olaf Scholz, que se enfrenta a unas elecciones anticipadas en febrero provocadas por una moción de censura del Parlamento, dijo en una rueda de prensa el 8 de enero que las naciones deberían comprometerse a respetar la integridad territorial de los demás y evitar ganar territorio por la fuerza. Scholz dijo que este principio ha sido el núcleo de la resistencia internacional a la invasión rusa de Ucrania en 2022.
Sin referirse a Trump por su nombre, Scholz continuó sugiriendo que los recientes comentarios de Estados Unidos mostraban una falta de comprensión o compromiso con el respeto a la soberanía de otras naciones.
«El principio de la inviolabilidad de las fronteras se aplica a todos los países, independientemente de si se encuentran al este de nosotros o al oeste, y todos los Estados deben respetarlo, independientemente de si se trata de un país pequeño o de un Estado muy poderoso», dijo.
En una entrevista con la emisora pública France Inter, el ministro francés para Europa y Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, dijo que no cree que exista una posibilidad real de que Estados Unidos invada Groenlandia, pero que piensa que las relaciones internacionales tienden hacia la coerción y las amenazas de las naciones más grandes contra las más débiles.
Barrot describió Groenlandia como un territorio de la Unión Europea y dijo que el bloque defendería sus territorios.
«Está fuera de lugar que la UE permita que otras naciones del mundo, sean quienes sean, y yo diría que incluso empezando por Rusia, ataquen sus fronteras soberanas», dijo el funcionario francés. «Somos un continente fuerte. Tenemos que seguir fortaleciéndonos».
En una entrevista concedida el 7 de enero a la televisión pública danesa TV 2, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, reiteró la postura de Dinamarca: «Groenlandia no está en venta».
Frederiksen dijo que no cree que exista un riesgo real de una invasión estadounidense de Groenlandia. También indicó su disposición a ver la retórica de Trump sobre Groenlandia como una señal bienvenida del creciente interés de Estados Unidos en el Atlántico Norte y el Ártico.
Estados Unidos y Dinamarca son aliados a través de la OTAN, y Groenlandia ya alberga una base militar estadounidense.
Existe un creciente interés entre la población de Groenlandia por afirmar su plena independencia de Dinamarca, y los dirigentes daneses han expresado cierta apertura a la idea.
«Reconocemos plenamente que Groenlandia tiene sus propias ambiciones», declaró el Ministro danés de Asuntos Exteriores, Lars Lokke Rasmussen. «Si se materializan, Groenlandia será independiente, aunque difícilmente con la ambición de convertirse en un Estado federal de Estados Unidos».
El primer ministro groenlandés, Mute Egede, en una declaración que compartió en Facebook el 7 de enero, insistió en que los groenlandeses decidirán el futuro político de la isla.
«Nuestro futuro y nuestra lucha por la independencia es asunto nuestro», escribió. «Otros, incluidos daneses y estadounidenses, tienen derecho a opinar, pero no debemos dejarnos llevar por la histeria ni permitir que las presiones externas nos distraigan de nuestro camino».
El canciller panameño, Javier Martínez-Acha, dijo que su gobierno no ha tenido contacto formal con la administración entrante de Trump, pero que Panamá mantendrá el control sobre el canal.
«La soberanía de nuestro canal no es negociable y es parte de nuestra historia de lucha y de una conquista irreversible», dijo Martínez-Acha.
Con información de Reuters y The Associated Press
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