A todos nos ha pasado: sacamos membresía en el gimnasio, nos apuntamos a una clase, compramos un libro electrónico… y luego no lo utilizamos.
O tenemos las mejores intenciones, al comienzo del día, de ser productivos y darnos prisa. Y luego nuestros planes se desmoronan. No cumplimos nuestras esperanzas.
¿Por qué? ¿Qué nos pasa?
Según mi experiencia, hay algunos obstáculos clave:
Somos demasiado optimistas
Creemos que vamos a ser capaces de hacer mucho más de lo que podemos gestionar de forma realista. Solo disponemos de cierta capacidad, energía y tiempo en el día, y no somos muy buenos calculando nada de eso. Cuando subestimamos el tiempo que nos lleva cada cosa, esto se traduce en muchas decepciones y objetivos perdidos.
No tenemos en cuenta las pequeñas cosas
Esto va de la mano con el optimismo irreal mencionado anteriormente. Cuando pensamos en nuestros planes, no tenemos en cuenta todas las pequeñas «microtareas» que hay que hacer para cumplir los proyectos, o incluso para vivir. No pensamos en ducharnos, cepillarnos los dientes, vestirnos, cocinar, comer, limpiar, hacer la lavandería, conducir, cargar gasolina, responder a innumerables correos electrónicos, atender llamadas telefónicas, ir al baño, etc. Simplemente no estamos preparados para calcular todo eso.
Fallamos ante la resistencia
Cuando tenemos que elegir entre centrarnos en lo más importante o hacer un trabajo ocupado más fácil, la resistencia a menudo nos lleva por el mal camino. Nuestra respuesta habitual y condicionada es huir de la resistencia. A veces tenemos la motivación para superarla, pero la mayoría de las veces posponemos las cosas o nos dejamos distraer. Vencer la resistencia no es fácil, y puede suponer una enorme pérdida de tiempo.
No tenemos el entorno adecuado
Una gran parte de nuestro éxito es tener un entorno que conduzca a mantenernos en la tarea y hacernos responsables. Por ejemplo, si formamos parte de un equipo y cuentan con nosotros para terminar un proyecto al final del día, estaremos más motivados porque no queremos defraudarlos.
Pero si nadie se da cuenta de que procrastinamos durante todo un día, es menos probable que hagamos las cosas. La rendición de cuentas, las personas que nos apoyan, la presencia de distracciones, son elementos clave en cualquier entorno en el que nos encontremos.
Todos sucumbimos a estos obstáculos de vez en cuando. No hay ninguna persona entre nosotros que sea inmune a estos problemas, ciertamente ni yo ni nadie que conozca.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Resulta que hay algunos hábitos clave que podemos formar para ayudar con estos problemas.
Soluciones a los principales obstáculos
Si quiere poner en práctica esa membresía de gimnasio o entrada a esa clase, terminar ese proyecto o leer por fin ese libro electrónico, aquí tiene algunas sugerencias que encontré y que pueden ayudarle a conseguir sus objetivos:
- Sepa que probablemente solo dispone de 3 o 4 horas al día de tiempo productivo para terminar el trabajo importante. El resto del tiempo se dedica a dormir, comer, el mantenimiento personal, el transporte, las reuniones, las llamadas, los correos electrónicos, las distracciones, los recados, las compras, la cocina, el cuidado de los niños, etc.
- Calcule lo que puede hacer en ese limitado espacio de tiempo: hacer ejercicio, escribir, leer, aprender o tal vez algunas tareas importantes.
Ahora elimine la mitad de esas actividades. Las cosas que quiere hacer le van a llevar el doble de tiempo del que cree. Si le sobra algo de tiempo, considérelo una ventaja. Utilice ese tiempo no en distracciones, sino en las tareas que ha postergado. - Si quiere tener más tiempo productivo, elimine algunas distracciones, como el tiempo de ver la televisión o de navegar por Internet. Pero probablemente solo podrá añadir una hora más al día si lo hace.
- Establezca un buen entorno para cada proyecto que quiera llevar a cabo: si quiere aprender a tocar la guitarra, tenga un poco de responsabilidad y apoyo, incluso si eso significa encontrar a alguien con quien practicar en línea. Establezca plazos y haga que la gente cuente con usted para terminar su proyecto. Vaya a un lugar donde no tenga distracciones.
- Cuando esté preparado para centrarse en lo que esperaba hacer, enfréntese a la resistencia en lugar de huir de ella. Mírela a la cara. Compruebe que no es tan grave. Conozca su razón más profunda para querer hacerlo y recuerde que vale la pena seguir adelante a pesar de esa incomodidad.
Espero que le resulten útiles. A mí me han servido para aprender cosas, para hacer proyectos, para seguir programas de ejercicio y para hacer actividades con mis hijos. Estoy lejos de ser perfecto; me olvido de estas cosas todo el tiempo. Pero cuando me acuerdo de hacerlas, soy mucho mejor a la hora de cumplir mis sueños y esperanzas.
Leo Babauta es el autor de seis libros y el escritor de Zen Habits, un blog con más de 2 millones de suscriptores. Visite ZenHabits.net
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí.
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.