Opinión
Las personas que condenan la aplicación de la ley en Estados Unidos y abogan por desfinanciar la policía no son los que tendrán que enfrentar los resultados mortales de sus propuestas, dijo el antiguo activista de derechos civiles, Bob Woodson.
«Hagamos una encuesta en estas comunidades donde el crimen es el más alto y averigüemos qué es lo que quiere la gente de allí, antes de que nos apresuremos a aceptar las recomendaciones personas que no tienen que sufrir las consecuencias», dijo Woodson, en una entrevista con el programa American Thought Leaders de The Epoch Times.
El asesinato de George Floyd, un hombre negro, a manos de un oficial de policía blanco en Minneapolis, provocó protestas en todo el país exigiendo una reforma, así como casos de saqueo, incendios y vandalismo. Las propuestas de reforma varían, con algunos grupos como Black Lives Matter y los Socialistas Demócraticos de América pidiendo desfinanciar la policía en todo el país.
Nueve de los 12 miembros del Consejo de la Ciudad de Minneapolis se han comprometido a disolver el departamento de policía de la ciudad. El 7 de junio, también el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, se comprometió a recortar los fondos para el Departamento de Policía de Nueva York y a redirigirlos a los servicios sociales y juveniles.
Sin embargo hay poca evidencia de discriminación racial en el uso de fuerza letal por parte de la policía, según un estudio de 2019 en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias y un estudio de 2015 del Departamento de Justicia del Departamento de Policía de Filadelfia.
En opinión de Woodson, es probable que la delincuencia aumente, incluso sin recortes de fondos, porque denigrar a la policía como agentes de represión blanca los hace más reacios a aplicar la ley.
Después de encuestar a 200 oficiales de seis agencias en el sur de Estados Unidos, la profesora asistente de la administración en la Universidad de Texas-Austin, Shetali Patil, encontró que cuando los oficiales sentían que el público no los entendía o apreciaba, se volvían menos proactivos.
El resultado es que más negros son asesinados por otros negros, dijo Woodson.
Esto ocurrió en Ferguson, Missouri, después del tiroteo de Michael Brown, y en Baltimore, después de la muerte de Freddie Gray bajo custodia policial, según un próximo artículo académico del economista de Harvard, Roland Fryer, y la coautora Tanaya Devi, documento que fue citado por Jason Riley de The Wall Street Journal.
La condena nacional y el escrutinio de la policía también frustran los esfuerzos de reclutamiento, dijo Woodson.
Una encuesta realizada en 2019 por el Foro de Investigación Ejecutiva de la Policía, puso de relieve una «crisis de la fuerza de trabajo» en la que las fuerzas del orden no pueden reclutar nuevos agentes ni retener a los que ya tienen. El 63 por ciento de los encuestados informó de una disminución de las personas que solicitan ser agentes de policía en comparación con hace cinco años.
«En algunas ciudades, la policía no puede responder adecuadamente a las llamadas al 911 porque no tienen suficientes agentes para cubrirlas», dijo Woodson.
El mantra del racismo institucional
La gente está utilizando el trágico asesinato de George Floyd a manos de la policía para justificar un asalto a gran escala a los valores fundamentales de América, dijo Woodson.
«Su posición es que la esclavitud no ha terminado. Sólo ha evolucionado», desde de jure hasta el racismo institucional, dijo Woodson. Un proponente clave de esta postura es el ‘Proyecto 1619’, de The New York Time Magazine, el cual argumenta que «a partir de la esclavitud —y el racismo anti-negro que exigía— creció casi todo lo que realmente ha hecho a Estados Unidos excepcional».
El «mantra» del racismo institucional se ha «transformado en una ortodoxia como el comunismo», dijo Woodson. «¿Eres defensor del partido o no?»
«Realmente está barriendo la nación como un virus. Esta es nuestra segunda pandemia en los últimos días», dijo Woodson.
«Se están aprovechando de la culpa de los estadounidenses blancos», y las corporaciones están vertiendo dinero en «organizaciones de reclamos raciales», dijo Woodson.
Mark Zuckerberg anunció que Facebook donará 10 millones de dólares a «grupos que trabajan en la justicia racial». Uber prometió un millón de dólares para la Iniciativa de Justicia Igualitaria y el Centro de Equidad Policial. Muchas celebridades han donado a organizaciones como el Fondo de Libertad de Minnesota, que paga la fianza de los manifestantes arrestados.
«La gente tiene miedo de desafiar esta ortodoxia. Pero debemos desafiarla, porque está perjudicando a las personas en cuyo nombre se evoca, es decir, a los negros de bajos ingresos», dijo Woodson.
Una crisis interna
La narrativa del racismo institucional incapacita a los estadounidenses negros para tomar el control de su futuro y elevarse a sí mismos a través de la resistencia y la autodisciplina, argumentó Woodson.
«Nada es más letal que proporcionar una excusa conveniente para el fracaso de alguien; decirles que no eres responsable», añadió.
En opinión de Woodson, el Estados Unidos negro sufre una crisis interna, con el 70 por ciento de los niños negros que nacen fuera del matrimonio, así como un uso desenfrenado de las drogas y la delincuencia en muchas comunidades de bajos ingresos. Estos males no pueden ser convenientemente explicados por la sombra de la esclavitud.
«Aunque sólo somos el 13 por ciento de la población, contribuimos con el 50 por ciento de todos los asesinatos que ocurren», dijo Woodson.
Woodson lleva consigo una foto de Laylah Petersen, una niña de cinco años que estaba sentada en el regazo de su abuelo viendo la televisión cuando le dispararon una bala en la cabeza.
En St. Louis entre mayo y septiembre de 2019, 18 niños menores de 16 años fueron asesinados por la violencia de las armas de fuego. «Pero sólo se efectuó un arresto debido a la desconfianza hacia la policía», dijo Woodson.
Soluciones reales
Woodson fundó el Centro Woodson en 1981 para trabajar con líderes de las bases, para elevar a la gente en las peores circunstancias.
Como le dijo a The Epoch Times en una entrevista anterior, «si decimos que el 70 por ciento de las familias en estos barrios de bajos ingresos e infestados de drogas están criando niños con problemas, significa que el 30 por ciento no lo están. Entramos en los hogares del 30 por ciento para tratar de averiguar cuál es el secreto de cómo pudieron prosperar y progresar en presencia de esta comunidad disfuncional».
En la década de 1980, Woodson trabajó con la Casa de Umoja en Filadelfia, fundada por la Hermana Fattah, una mujer que descubrió que uno de sus hijos era miembro de una banda. Ella alojó a los amigos de su hijo —más de una docena de pandilleros— con su familia y «creó una isla de excelencia», dijo Woodson.
Tres años más tarde, ellos se acercaron a los pandilleros en guerra en Filadelfia, los hicieron llegar a una tregua, y la violencia de las pandillas juveniles disminuyó radicalmente en sólo dos años, de 48 muertes de pandilleros por año a dos.
En 1983, grupos de jóvenes negros atacaban y robaban a la gente en la ciudad, y la policía no pudo contenerlo. La Casa de Umoja fue a la prisión local y reclutó a más de cien reclusos en un grupo de trabajo para la prevención del delito. También hablaron con autoridad moral a más de 200 chicos que fueron llevados en autobús a la prisión. «Los ataques de la manada de lobos pararon de la noche a la mañana», añadió.
En 2008, Woodson fue galardonado por su trabajo con la Medalla Presidencial de los Ciudadanos, el segundo premio civil más importante de Estados Unidos.
Muchos de los líderes de las bases con los que trabaja Woodson son exdelincuentes, pero fueron capaces de levantarse abrazando las «virtudes de nuestros fundadores, de la autodeterminación, la resiliencia, el triunfo ante la desesperación», dijo. En febrero, el Centro Woodson lanzó la iniciativa «1776» para contrarrestar el «Proyecto 1619» y afirmar las virtudes fundadoras de Estados Unidos y su promesa de igualdad y oportunidades para todos.
¿Seguiremos «enseñando a nuestros niños que viven en una nación que es hostil a su futuro?», se preguntó Woodson.
«La gente se motiva para cambiar y mejorar cuando se le muestra la visión de victorias que son posibles, no recordándoles constantemente las lesiones que deben evitarse».
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Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.
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