Comentario
Según una leyenda popular en muchos países, «Santa Claus» vive durante el año en el Polo Norte con sus «pequeños ayudantes», los elfos, que trabajan todo el año en el taller de Santa construyendo juguetes que Santa reparte la noche de Nochebuena a todas las niñas y niños buenos del mundo, utilizando su trineo impulsado por renos.
En el espíritu de la Navidad, el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD), que opera radares de vigilancia de largo alcance para detectar el vuelo de misiles balísticos, puso en marcha hace 60 años un «rastreador de Santa» para seguir sus movimientos el 24 de diciembre de cada año mientras entrega el fruto del trabajo de sus elfos por todo el mundo.
Los elfos mágicos de Santa Claus están emparentados con los elfos que habitan bosques y montañas en el folclore germánico, escandinavo y británico. Los elfos navideños fueron «inventados» por escritores escandinavos a mediados del siglo XIX, que asociaron por primera vez a estas «criaturas buenas» con Santa Claus. Aunque inmortales y de aspecto juvenil, las representaciones populares de los elfos navideños, por ejemplo, en la trilogía cinematográfica de Santa Claus protagonizada por Tim Allen, los muestran como trabajadores alegres y voluntariosos que laboran con buen humor mientras obedecen todas las órdenes de Santa.
Curiosamente, el líder chino Xi Jinping también tiene una escuadra de «pequeños ayudantes». ¿Y por qué no? Probablemente, él se considera a sí mismo Santa Claus «con características chinas», el benefactor supremo del pueblo chino y el repartidor de todo lo bueno en la China comunista. Los medios de comunicación estatales chinos ciertamente han perpetuado el «culto a Xi» con ese fin durante la última década.
Al igual que los pequeños ayudantes de Santa, ellos también son una rama de los elfos. Los «pequeños ayudantes» de Xi consisten en muchas ramas diferentes: directivos comunistas de China que mantienen controlados a los chinos comunes; diplomáticos del tipo de «guerreros lobo» que anestesian al mundo; los ya mencionados medios de comunicación estatales que embaucan a las audiencias nacionales y extranjeras por igual sobre la beneficencia del Partido Comunista Chino (PCCh); la «mano china» (de obra) extranjera (académicos, diplomáticos, industriales, think-tankers, etc.) a las que se les paga por facilitar el compromiso con China sin importar lo que Xi y su compañía hagan o digan; y los medios de comunicación extranjeros que acentúan los (infrecuentes) aspectos positivos y minimizan los (frecuentes) negativos del régimen chino.
Mientras que los elfos mágicos de Santa sirven por amor, deber y altruismo, los pequeños ayudantes de Xi están motivados de forma muy distinta y le sirven por razones muy diferentes, entre ellas ideológicas, por ambición de fama y monetaria. Todas esas motivaciones obran la magia de Xi entre sus elfos de los medios de comunicación occidentales, dando lugar a una inmerecida información favorable sobre la China comunista. A modo de ejemplo reciente, examinemos un «boletín» de los pequeños ayudantes, en Axios China.
El boletín afirma que China se enfrenta al dilema de «cómo dejar que la gente vuelva a la vida normal y, al mismo tiempo, evitar que los casos de COVID-19 abrumen el sistema de salud.» Axios China alude a la «presión de los ciudadanos chinos» como parte de la razón de la relajación por parte de Beijing de su política de Cero COVID.
En realidad, la «presión» llegó en forma de disturbios callejeros en decenas de ciudades chinas por parte de personas hartas de una política que arruinaba sus vidas y negocios. Aquí no se mencionó el hecho de que la tasa de vacunación completa contra COVID en China es ahora del 89.35 %. ¿Es que las vacunas chinas no son eficaces y por eso existe el peligro de que el sistema sanitario chino se vea desbordado en el futuro?
Axios culpó a China por no utilizar vacunas de ARNm fabricadas en el extranjero, dando a entender que son eficaces sin aportar el contexto de que unos análisis independientes de diferentes partes del mundo indican lo contrario (ver aquí y aquí), y que las lesiones relacionadas con las vacunas de ARNm están subvaloradas (y aquí). ¿Es esta la manera de Axios de dar al PCCh una excusa para el brote actual, mientras que engañan a los lectores estadounidenses repitiendo la política de la vacuna ARNm de la administración Biden en Estados Unidos?
El boletín afirma además que el «Institute for Health Metrics and Evaluation», con sede en Estados Unidos, predijo que un millón o más de chinos podrían morir de COVID en 2023 y que se debería considerar un «retorno» a algunas de las restricciones relajadas. No se menciona qué restricciones concretas deberían volverse a aplicar, ni el hecho de que las relajaciones de Cero COVID en China se aplican de forma arbitraria y desigual, ni que los cierres fracasaron en China al igual que fracasaron en Estados Unidos. Sin embargo, Axios aparentemente «entendería» que el PCCh reinstauraría los cierres sin importar el efecto nocivo para los ciudadanos chinos.
La siguiente afirmación es patentemente absurda al afirmar que las muertes por COVID siguen siendo «bajas» en China, basándose en los informes del gobierno. ¿Acaso Axios China se remite a los informes del PCCh de 5242 muertes chinas totales registradas por Worldometers? Y ¿dónde está el contexto de que COVID apareció por primera vez en China en 2019, sin embargo, 5242 muertes son todo lo que se ha informado de una población de 1400 millones en tres años? No sería una gran pandemia —o bien el PCCh ¡está mintiendo sobre el número real de muertes en China!, lo que sería más información blanda de Axios China.
El boletín afirma que «el recuento de casos es tan alto que la actividad comercial habitual se ha visto interrumpida y las cadenas de suministro se han sumido en el caos». ¿Qué significa «alto»? De nuevo, según Worldometers, se han «notificado oficialmente» unos 3101 nuevos casos en las últimas semanas. Si Axios dispone de información sobre las «cifras reales» que están provocando el caos en las cadenas de suministro, ¿por qué no comunican una cifra que corrobore sus afirmaciones? ¿Qué cadenas de suministro se están interrumpiendo en qué ciudades chinas? Al parecer, Axios no quiere avergonzar al PCCh.
Uno se hace una idea de información superficial y falta de contexto. Ni una mala palabra sobre las fallas de la salud pública y seguridad del PCCh durante la pandemia, por no mencionar las continuas mentiras sobre el número de muertes y casos relacionados con COVID, los disturbios, el hambre y los suicidios como resultado de los duros cierres y el despliegue de guardias policiales en los crematorios para ocultar el número de muertes por COVID.
Axios China está dando al PCCh un pase libre mientras refuerza sutilmente la narrativa de la administración Biden sobre las vacunas de ARNm y la posible necesidad de futuros cierres.
Reflexiones finales
El acceso de los medios de comunicación a China continental es problemático, ya que Beijing ha revocado las visas —e incluso encarcelado— a periodistas que se han enfrentado al PCCh por informar honestamente sobre los acontecimientos. Véanse algunos ejemplos aquí, aquí, aquí y aquí. Pero, ¿es necesario mantener ese tipo de acceso a expensas de decir toda la verdad para no avergonzar a Beijing?
Tal vez ocultar la verdad sea más fácil para medios como Axios, cuya inclinación natural es apoyar a la izquierda en sus reportajes. Es más fácil hacerlo cuando las verdades matizadas encajan con la mentalidad de compromiso con China de la administración Biden y otros demócratas.
Los pequeños ayudantes de Xi en Axios China pecan de omisión y hacen un pobre favor a sus lectores.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.
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