Con el reciente paso del primer año de la pandemia de COVID-19, los efectos a largo plazo se han hecho más evidentes. El virus no solo ha cobrado la vida de más de 2 millones de personas en todo el mundo, sino que también ha tenido un impacto profundamente perjudicial en la salud mental millones de personas en todo el planeta.
Una investigación realizada en ciudadanos chinos al comienzo de la pandemia descubrió que los síntomas de ansiedad, depresión y estrés eran reacciones comunes a la pandemia. Estos efectos se reflejaron en otros países y aumentaron con el paso del tiempo.
Por ejemplo, un estudio más reciente realizado en Estados Unidos descubrió que uno de cada cuatro adultos declaró que tuvo síntomas de ansiedad o depresión, un aumento respecto a uno de cada 10 en 2019. Para algunos, el aumento de los niveles de estrés y ansiedad también ha ido acompañado de un sueño pobre y un mayor consumo de alcohol y sustancias, lo que ha agravado aún más los problemas de salud mental.
El aumento de los problemas de salud mental durante la pandemia no se puede atribuir a un solo factor. De hecho, los psicólogos sugieren que estas emociones negativas se deben a varias cuestiones diferentes. Por ejemplo, la preocupación por la salud, el miedo a morir o a que un ser querido enferme, el aislamiento, la interrupción de los viajes y los planes sociales, así como la sobrecarga de información de los medios de comunicación.
La investigación descubrió que el impacto psicológico de la pandemia fue mayor entre ciertos grupos, como mujeres, estudiantes y personas con previos problemas de salud. Pero nuestra nueva investigación también reveló que, para algunas personas, tener ciertos rasgos de personalidad parece haber ofrecido cierto nivel de protección durante estos tiempos difíciles.
De hecho, parece que tener «fortaleza mental» ha ayudado a muchas personas a mantener alejados los efectos adversos en la salud mental de la pandemia.
¿Qué es la fortaleza mental?
La fortaleza mental es algo más que tener resiliencia y control en situaciones difíciles. Se refiere a un estado de ánimo psicológico que refuerza la confianza y el compromiso hacia el éxito. En su libro “Developing Mental Toughness” («Desarrollo de la fortaleza mental»), el psicólogo Peter Clough describe la fortaleza mental como una combinación de lo siguiente:
- El grado de control que una persona cree tener sobre su vida y sus emociones;
- El grado de compromiso que se adquiere para alcanzar los objetivos a pesar de las dificultades;
- Poder ver las posibles amenazas como oportunidades de autodesarrollo;
- Seguir esforzándose en entornos variables;
- El nivel de confianza que una persona tiene en el éxito, a pesar de los contratiempos.
Los niveles de fortaleza mental están influidos por muchos factores diferentes. Aunque en parte la genética es responsable, el entorno de una persona también es relevante. Por ejemplo, se ha comprobado que las experiencias positivas durante la juventud y los programas de entrenamiento de fortaleza mental hacen que las personas sean más fuertes mentalmente.
Mantener la compostura
Las investigaciones demuestran que las personas que tienen estos rasgos son menos propensas a reaccionar negativamente en situaciones de estrés y muestran una mayor capacidad de afrontamiento. Por esto, nuestro estudio quiso basarse en estos hallazgos para descubrir cómo la fortaleza mental ha ayudado potencialmente a las personas durante la pandemia.
En general, descubrimos que los informes de depresión, ansiedad y síntomas de estrés fueron notablemente más elevados que en los tiempos previos al COVID. Los que habían perdido un trabajo o un negocio durante la pandemia reportaron un número significativamente mayor de síntomas de esos problemas.
Incluso aquellos que se enfrentaban a una baja temporal fueron más propensos a reportar altos niveles de angustia. Esto se debe a que los efectos psicológicos del desempleo van mucho más allá de la inestabilidad financiera. Un trabajo proporciona un sentido de propósito y aporta una sensación de control de la vida de las personas. Quitarlo en un momento en el que la gente está aislada y con una sensación de libertad limitada puede disminuir aún más su bienestar.
Sin embargo, las personas que obtuvieron una puntuación más alta en nuestro cuestionario de fortaleza mental reportaron niveles más bajos de depresión, ansiedad y estrés. Esto se debe probablemente a que estas personas sentían que tenían una mayor sensación de control sobre la situación, y eran más capaces de mantener la concentración bajo el estrés y estaban mejor equipadas para afrontarlo en su mente. Las personas mentalmente fuertes también fueron menos propensas a reportar síntomas depresivos.
¿Qué puede hacer?
La investigación que examina la eficacia del entrenamiento de la fortaleza mental desde la infancia. Sin embargo, las investigaciones realizadas con jugadores de fútbol australianos han demostrado el prometedor potencial de este tipo de entrenamiento para mejorar la fortaleza mental.
Para cualquiera que quiera mejorar su fortaleza mental, un buen punto de partida es simplemente identificar y reconocer las habilidades y actitudes asociadas. Estas incluyen la relajación, el pensamiento positivo, la fijación de objetivos y la automotivación. Esto puede incluir el uso de frases positivas diarias, el establecimiento de objetivos específicos y alcanzables para un proyecto o algo en lo que se esté trabajando, y asegurarse de dedicar un tiempo del día a la meditación o a ejercicios de respiración profunda.
es profesora de psicología en la Universidad de Huddersfield, Reino Unido. Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.
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