Gilbert está ultimando los detalles para abrir de nuevo el “American Social”, uno de los locales más populares del centro financiero de Miami. Los protocolos de mantenimiento y seguridad han cambiado por completo desde que cerró completamente sus puertas hace más de dos meses debido a la crisis del virus del PCCh.
“Al principio fue muy triste, especialmente por tener que despedir a nuestros empleados, aunque pudimos sobrevivir este tiempo con un menú para llevar y ofreciendo bebidas y cócteles para llevar”, recuerda Gilbert Martínez, responsable del bar y restaurante de Brickell, en una entrevista con la Voz de América.
En la puerta de acceso hay indicaciones para mantener la distancia social y advierten del uso obligatorio de la mascarilla, salvo cuando se está consumiendo.
También ha instalado máquinas expendedoras de gel desinfectante en varios puntos del local para que, tanto clientes como empleados, puedan asegurar la higiene en todo momento.
“Nada volverá a ser como antes”
Martínez afirma que “jamás nada volverá a ser como antes” en su negocio después de todos los protocolos que las autoridades de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) han implementado en el sector de la restauración para proteger y frenar el brote del virus del PCCh.
“Nosotros somos conocidos por ser un lugar sumamente social y esa es nuestra cultura: promover la unidad”, explica al tiempo que señala que poner en marcha esas nuevas medidas será “un nuevo reto», ya que la gente no está acostumbrada a seguir este tipo de reglas en sitios como estos.
“Nos hemos informado, nos hemos preparado y hemos estado en comunicación constante entre todos los locales”, cuenta sobre los preparativos que han estado llevando a cabo a largo de estos dos meses de cierre.
Códigos QR y otras tecnologías alternativas
Uno de los cambios más sustanciales será el uso de los menús. Los funcionarios sanitarios de los CDC han pedido que los menús sean de un solo uso para evitar la posibilidad de contagio. Martínez ha ido un paso más allá y, para ello, se ha apoyado en las nuevas tecnologías.
En la esquina de cada mesa del restaurante hay un código QR que los comensales deberán escanear para hacer sus pedidos. Automáticamente se envía la petición a la cocina y, al cabo de unos minutos, la comida llega a la mesa.
Cuando se solicita la cuenta, el proceso es prácticamente igual. Se utiliza la misma aplicación y se paga a través de Internet para evitar el contacto físico y el dinero en efectivo.
Mantener los espacios desinfectados en todo momento en lugares como estos, donde el flujo de personas es constante, es una de las mayores preocupaciones de los empresarios de restauración.
Martínez contrató a un equipo especializado en desinfecciones industriales para asegurarse la higiene en el local. Los baños, la cocina, los cristales y hasta el más mínimo espacio debe ser higienizado para evitar posibles focos de contagio.
Adrian Lee, el portavoz de National Bio Defense, la compañía que Martínez contrató, aseguró a la VOA que muchos negocios se han interesado por sus servicios ante una creciente preocupación por mantener estos lugares completamente desinfectados.
“Hemos recibido una cantidad significativa de peticiones y llamadas de otros restaurantes”, señalaba Lee, explicando que están utilizando una nueva tecnología electroestática para cubrir completamente todas las superficies, especialmente las más difíciles, como los pomos de las puertas, que es donde se concentran las bacterias.
“Lo que solemos hacer primero es una visita inicial al lugar para identificar zonas de gran contacto para diseñar un protocolo de desinfección en toda la instalación, incluso en el área de la cocina, en los exteriores”, agregó el portavoz de la empresa.
Después de todo este proceso, el restaurante ya está listo para abrir.
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