Una revisión de más de 60 estudios concluyó que «no hay evidencia a largo plazo de que los problemas de salud mental disminuyan o se alivien después de una ‘terapia de afirmación de género'», según un grupo nacional de médicos.
El Colegio Americano de Pediatras (ACPeds) emitió el miércoles una declaración en la que se opone al uso de los llamados medicamentos de «afirmación de género», como los bloqueadores de la pubertad y las hormonas transgénero, la transición social y la cirugía para los jóvenes que tienen una identidad de género no congruente con su sexo.
«Instamos a los profesionales médicos y a los padres a afirmar la verdad sobre la disforia de género infantil en presencia de pensamientos dañinos y abordar la enfermedad mental subyacente, los eventos adversos y la disfunción familiar», dijo la Dra. Jane Anderson, autora principal y vicepresidenta de ACPeds en un comunicado.
El grupo encontró que hay evidencia sustancial de que los jóvenes transgénero sufren altas tasas de problemas de salud mental.
«A partir de esta revisión de la literatura, existe evidencia sólida de que los niños y adolescentes que se identifican como transgénero han experimentado un trauma psicológico significativo que los ha llevado a su disforia de género», concluyó ACPeds.
La posición de ACPed describe los estudios que han llevado a varios países europeos, incluidos Finlandia, Noruega y Suecia, a cambiar sus posiciones y rechazar los tratamientos de reasignación de género en los jóvenes.
El grupo, que durante mucho tiempo se ha opuesto a los tratamientos de afirmación de género, dijo estar «muy preocupado de que los padres, junto con los profesionales de la salud y la educación, que apoyan la ‘transición’ transgénero de niños y adolescentes, estén, de hecho, contribuyendo a aumentar la depresión al intentar validar a los niños de que algo ‘anda mal con su cuerpo y sexo biológico'».
«El bienestar mental de todos los adolescentes es fundamental, tanto para ellos como individuos como para la salud de la familia y la comunidad», escribieron los autores.
«Por lo tanto, el Colegio Americano de Pediatras (ACPeds) insta a los padres y a todos los profesionales de la salud a promover y fomentar modalidades de prevención y tratamiento que aseguren resultados óptimos para aquellos afectados por la incongruencia de sexo-identidad de género, junto con todas las enfermedades mentales».
Hecho médico
ACPeds también afirmó «el hecho médico de que el sexo de un individuo se basa en la biología y no en pensamientos o sentimientos».
La llamada «transición» no es un cambio de sexo o incluso un cambio de identidad sexual o de género, «sino solo un cambio en la apariencia o presentación sexual», añadieron. «Por lo tanto, ‘transgénero’ y ‘transición’ son términos engañosos e inexactos, pero se utilizan en este documento debido a su desafortunado estándar de uso en la literatura médica».
Los partidarios de los tratamientos de reasignación de género han argumentado que salvan vidas al reducir el suicidio en jóvenes que padecen disforia de género.
El informe de los médicos encontró que la tasa de intentos o consumaciones de suicidio eran altas entre aquellos que habían recibido intervenciones de reasignación de género.
«Un estudio que pretendía mostrar una reducción de la ‘ideación suicida a lo largo de la vida’ en aquellos que recibieron bloqueadores de la pubertad en realidad encontró el doble de intentos de suicidio graves en los participantes que recibieron los bloqueadores, que en aquellos que simplemente desearon haberlos recibido», según la «Hoja informativa de resumen de posición de ACPeds: La salud mental de los jóvenes con incongruencia de género».
La decisión de hacer la transición durante la adolescencia tiene «consecuencias para toda la vida, incluida la posible esterilidad y la pérdida de la función sexual», y debería haber más apoyo para quienes buscan la destransición, según el informe.
Se recomienda psicoterapia intensiva
Se recomienda tranquilizar a los niños con disforia de género para que acepten su sexo biológico, así como abordar las enfermedades mentales y otros acontecimientos adversos de la infancia, para evitar consecuencias dañinas a largo plazo de los tratamientos de resignación de género, explicaron los autores.
«Por lo tanto, los ACPeds no pueden tolerar la afirmación social, la intervención médica o la mutilación quirúrgica de niños y adolescentes que se identifican como transgénero o no conformes con su género», escribieron.
«Más bien, se debe realizar una psicoterapia intensiva para que el individuo y la familia determinen y, con suerte, traten la etiología subyacente de su incongruencia de género».
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