Luchando por sobrevivir, los civiles recurren a la «autoayuda» por brote de coronavirus en Wuhan

Por Eva Fu
19 de febrero de 2020 4:28 PM Actualizado: 19 de febrero de 2020 4:28 PM

Feng Mingqin, una trabajadora de un Walmart de Wuhan, el epicentro del coronavirus, tenía problemas para respirar cada vez que se movía.

La tomografía computarizada mostró una infección en sus dos pulmones. El médico, que le diagnosticó el nuevo coronavirus el 5 de febrero, le dijo que busque «hospitalización inmediata».

Feng hizo lo mejor que pudo. Durante nueve días seguidos durmió en sillas en el pasillo de un hospital, haciendo cola diariamente para recibir inyecciones y medicamentos, mientras su caso recorría por el laberinto de agencias administrativas para determinar si podía ser hospitalizada.

En la ciudad, ahora cerrada, los funcionarios de control del virus ordenaron que se informe a todas las personas que soliciten ser hospitalizadas primero a través de la oficina residencial de su vecindario y luego a la oficina del subdistrito, antes que las autoridades puedan dar la autorización.

Feng sigue esperando una decisión.

Una mujer usa una máscara protectora mientras lleva una cesta vacía caminando por la calle en Optical Valley en Wuhan, provincia de Hubei, China, el 16 de febrero de 2020. (Getty Images)

The Epoch Times habló con varios pacientes y familias que se quejaron de que los oficiales de control del virus eran apáticos y solo les dijeron que esperaran. Muchos tuvieron que llenar repetidamente un formulario de solicitud de hospitalización y llamar a las líneas telefónicas de emergencia. Algunos pacientes murieron en casa mientras esperaban una respuesta.

Frustrados por la falta de atención, grupos de voluntarios intervinieron para ayudar a los que no pudieron conseguir tratamiento.

Voluntarios

Las autoridades de Wuhan anunciaron el 10 de febrero que hospitalizaron a todos los pacientes con coronavirus grave. Dijeron que identificaron a 1499 de estos pacientes después de una búsqueda casa por casa que cubrió más del 98 % de la población local.

Sin embargo, muchos sostuvieron que la investigación fue descuidada y no les ayudó en absoluto.

Una vista general de la ciudad mientras cae la nieve en Wuhan, Hubei, China, el 15 de febrero de 2020. (Getty Images)

«No sé si hicieron la búsqueda o no, pero nunca vinieron a nuestra casa», contó Luo, que se infectó mientras cuidaba de su padre enfermo, a The Epoch Times el 11 de febrero con una voz cansada.

Desde que se detuvo prácticamente todo el transporte en la ciudad, personas de todas las clases sociales comenzaron a ofrecer sus propios vehículos para ayudar a llevar a los médicos y enfermeras a los hospitales desbordados.

También surgieron grupos de debate en las redes sociales, donde los profesionales médicos brindan servicios que van desde el asesoramiento clínico hasta el apoyo emocional. Los habitantes de la zona también comparten consejos basados en su experiencia personal, como, por ejemplo, cómo asegurar el tratamiento.

Otros establecieron una línea telefónica de ayuda, donde colaboran recopilando y organizando información sobre los pacientes, y la presentan al hospital más cercano de forma gratuita para acelerar su tratamiento.

Uno de los voluntarios de la línea directa, al ser contactado por teléfono, le comentó a The Epoch Times que pueden organizar el tratamiento hasta de un 60 % de las personas que llaman cada día.

«Había mucha gente buscando ayuda», señaló.

De cada uno de los doce distritos de Wuhan, un promedio de 10 a 20 personas llama todos los días, afirmó. Había alrededor de siete u ocho personas en su equipo.

Muchos pacientes también acudieron a las redes sociales con la esperanza que sus voces fueran escuchadas.

Una investigación parcial de The Epoch Times encontró que un número de pacientes fueron admitidos en el hospital a través de la líneas de voluntarios.

Un hombre lleva una máscara protectora montado en su bicicleta mientras cae la nieve en Wuhan, Hubei, China, el 15 de febrero de 2020. (Getty Images)

Una tarea difícil

Para los voluntarios, el trabajo también supone un esfuerzo mental.

Liu Fang, que recibe más de 100 llamadas en el transcurso de una semana, manifestó a los medios de comunicación chinos que lloraba casi todos los días cuando estaba al teléfono.

«La gente de Wuhan está pasando por muchas cosas», expresó Liu, y añadió que muchas personas que trabajaban junto a ella sufrieron crisis mentales debido al estrés.

Zhang Jiang, que se ofreció como voluntario para ayudar con el trabajo comunitario, mencionó que nunca antes había visto a Wuhan en una crisis tan grave, ni había oído hablar de las medidas restrictivas de cierre que se aplican actualmente.

El vecindario en el que trabaja como voluntario alberga a 10,000 personas, pero solo cuenta con unos 10 funcionarios de distrito, que se encargan de comprobar la temperatura de todos, organizar las altas del hospital y entregar medicamentos o verduras a los necesitados.

Zhang aseguró que ha oído hablar de conductores voluntarios que murieron después de ser infectados, pero ha decidido seguir adelante.

«En realidad no hay otra manera, alguien tiene que asumir estos trabajos», declaró, según Tencent News.

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