Luchas políticas en medio del brote de coronavirus en China

Detrás de las anómalas palabras y hechos del gobernador de la provincia de Hubei y el alcalde de Wuhan

Por Xia Xiaoqiang
01 de febrero de 2020 9:03 AM Actualizado: 01 de febrero de 2020 9:07 AM

Comentario

Después de perder completamente el control del brote del nuevo coronavirus, que se ha extendido por toda China y en más de una docena de países, los funcionarios de alto nivel del Partido Comunista Chino (PCCh) en Wuhan y en la provincia de Hubei ya no pueden escapar ante el público.

El 26 de enero, el gobierno provincial de Hubei celebró una conferencia de prensa sobre la prevención y el control de la enfermedad. También asistieron el gobernador de Hubei, Wang Xiaodong; el Secretario General del Partido Comunista de Hubei, Bie Bixiong, y el alcalde de Wuhan, Zhou Xianwang.

El comportamiento de estos tres funcionarios de alto nivel durante la conferencia de prensa provocó una acalorada discusión en la Internet china. Primero apareció el problema de utilizar barbijos: Wang no usó mascarilla; Zhou utilizó su barbijo al revés; y Bie usó una mascarilla pero dejó expuesta su nariz.

Luego, en su introducción sobre el uso de barbijos médicos, Wang comenzó mencionando «ciertas ventajas» de su provincia. Dijo que la ciudad de Xiantao puede producir 10,800 millones de mascarillas anualmente. Más tarde, alguien le pasó un apunte. Wang se corrigió a sí mismo, diciendo que era un lapsus, y que la cifra era en realidad de 1.8 mil millones. Cuando dejó de leer la nota y reanudó la lectura de lo que estaba diciendo, se corrigió de nuevo y dijo que en realidad eran 1.08 millones de piezas.

Cuando la conferencia de prensa terminó, los tres líderes aplaudieron.

La actitud despreocupada de los tres funcionarios desencadenó un intenso debate entre los internautas. En particular, los internautas dudaron de la capacidad de Wang para liderar la lucha contra la enfermedad, cuando ni siquiera podía calcular el número de barbijos producidos dentro de su jurisdicción.

De hecho, la forma en que los tres líderes se comportaron en la conferencia de prensa revela su verdadera naturaleza y no era nada raro. Siempre que los funcionarios del Partido asisten a eventos públicos, todos actúan de una manera torpe e incómoda, llenos de pánico y nerviosismo. Las palabras a menudo les fallan. La razón principal es que, para que los funcionarios del Partido resguarden su posición, solo es necesario satisfacer las demandas de sus superiores. No necesitan ser responsables ante el público.

Los funcionarios de alto nivel del partido están confiados y tranquilos solo cuando dicen tonterías a sus subordinados durante las reuniones internas. Pero una vez expuestos en público, su pánico los traiciona.

No importa cuántas veces Wang se equivoque durante la conferencia de prensa, mientras no cometa errores en su trabajo con sus superiores y en «mantener la estabilidad», no tendrá un impacto negativo en su posición oficial. 

El hecho es que los funcionarios de alto nivel del Partido carecen de la capacidad de dirigir y gobernar adecuadamente el funcionamiento normal de un gobierno provincial o municipal, y mucho menos de la capacidad de mando en caso de emergencias o catástrofes importantes. Los funcionarios como ellos, solo pueden traer desastres y muerte a la gente.

Además, cabe señalar que el alcalde de Wuhan, Zhou Xianwang, habló y actuó de forma extraña en público y durante las entrevistas con los medios de comunicación chinos.

En una entrevista exclusiva con la emisora estatal CCTV, Zhou respondió a las críticas sobre el manejo del brote por parte del gobierno de Wuhan.

Dijo que no tenía permiso para revelar información confidencial y que solo podía hacerlo si se le otorgaba la aprobación desde el gobierno central.»Fuimos más activos en nuestro trabajo después de la reunión del Consejo de Estado del 20 de enero, que definió el virus como una enfermedad infecciosa de nivel I y requirió responsabilidad local», dijo Zhou.

¿Qué significan las palabras de Zhou? En la política china, es extremadamente raro que los funcionarios subordinados se atrevan a pasar la responsabilidad a sus superiores. Puede significar el fin de su carrera oficial, ya que han violado un tabú. 

Durante el brote de SARS (síndrome respiratorio agudo severo) en 2003, Zhang Wenkang, entonces ministro de sanidad, tuvo el «coraje» de asumir la culpa y fue destituido de su cargo. Sin embargo, regresó sano y salvo a la esfera política en octubre de 2003, y fue vicepresidente de la organización benéfica dirigida por el gobierno, la Fundación Soong Ching Ling. También fue nombrado vicepresidente del Comité de Educación, Ciencia, Cultura, Salud y Deportes en 2005.

Hay dos posibles explicaciones para la violación de Zhou de este tabú político.

Primero, Zhou fue manipulado por funcionarios de alto nivel que le pidieron que dijera eso; segundo, cometió este error sin darse cuenta. Sin embargo, su posterior actuación puede descartar una de estas posibilidades.

El tipo de atención que los funcionarios del Partido le dedican en atender las demandas de sus superiores quedó demostrado cuando el Primer Ministro chino, Li Keqiang, se apresuró a visitar a la ciudad de Wuhan el 27 de enero.

Cuando Li acompañado por Zhou fue a inspeccionar un nuevo hospital en construcción, Zhou se quitó el gorro y se lo pasó a su personal al descubrir que Li no llevaba puesto alguno, según un vídeo online. El gesto se ha visto como una forma de salvar a Li de la vergüenza.  

Esto indica que Zhou, bien versado en las reglas del Partido, no cometería el error de echar la culpa inadvertidamente al gobierno central. Entonces hay una alta posibilidad de que Zhou siguiera las instrucciones de un superior para hacer tales comentarios públicos.

¿Qué significa eso?

Esto sugiere que en un momento en que las vidas de millones y millones de chinos están en juego, los líderes del Partido Comunista están todavía comprometidos en una feroz lucha interna, e incluso la vida de las personas y el propio brote puede ser utilizado por el régimen chino como herramientas. Desde esta perspectiva, lo que es más temible, de hecho, es que el propio virus es la existencia del Partido Comunista Chino.

El alcalde Zhou puede terminar siendo objeto de una campaña «anticorrupción» en el futuro, como retribución por no cumplir con las reglas no escritas del Partido.

Dentro del oficialismo chino, cualquier funcionario podría ser la próxima víctima.

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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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