Luisiana anunció el lunes que vuelve a imponer el uso obligatorio de mascarilla en interiores, independientemente del estado de vacunación, convirtiéndose en el primer estado en hacerlo después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) modificaran su recomendación para decir que las personas vacunadas también deben llevar mascarilla en algunos espacios interiores.
Los CDC publicaron la semana pasada los datos que han impulsado su revisión de las directrices sobre el uso de mascarillas. Según los datos, entre los brotes del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) en grandes reuniones públicas en el Condado de Barnstable (Massachusetts), el 74 por ciento de los 469 contagios se produjeron entre personas totalmente vacunadas. La COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh.
Según un comunicado de la oficina del gobernador, éste dijo que los datos de los CDC sugieren que, aunque la vacunación reduce la posibilidad de que una persona se infecte con la COVID-19, aquellos que contraen la variante Delta, aunque estén totalmente vacunados, pueden transmitirla a otros.
«Después de revisar los nuevos datos de los CDC, de hablar con los asesores de salud pública y de escuchar a los dirigentes de los hospitales y a la comunidad empresarial, voy a restablecer el uso obligatorio de mascarilla en todo el estado de Luisiana en interiores, incluso en las escuelas para proteger a nuestros niños que son demasiado jóvenes para ser vacunados y a nuestros profesores y personal», dijo el gobernador John Bel Edwards, demócrata, en un comunicado.
«Esta decisión no la tomo a la ligera, pero como la cuarta oleada de la COVID-19 está sobre nosotros, sabemos que el uso de mascarillas cuando se está en público es una forma de reducir en gran medida el riesgo de propagar o contraer la COVID», añadió.
La orden entra en vigor el 4 de agosto, aunque se pide a los residentes que se adhieran a la nueva norma inmediatamente.
Según el nuevo decreto, los mayores de cinco años están obligados a llevar una mascarilla en interiores, a menos que estén en su casa. La orden permanecerá en vigor al menos hasta el 1 de septiembre, pero «puede prorrogarse si es necesario», según el comunicado de la oficina del gobernador.
El comunicado señaló que Luisiana se encuentra en medio de una cuarta oleada de COVID-19, que califica como la «peor oleada de la pandemia de la COVID-19 hasta ahora en términos de tasa de crecimiento de casos, porcentaje de positividad y hospitalizaciones».
La oficina del gobernador dijo que durante la propagación de la variante Delta, altamente transmisible, los casos en Luisiana han crecido «exponencialmente» y el estado ha registrado la mayor cantidad de nuevos casos per cápita del virus del PCCh en todo el país.
«El uso temporal obligatorio de mascarilla en todo el estado ayudará a frenar la propagación de la COVID-19 y a limitar el sufrimiento y la muerte en Luisiana hasta que hayamos superado esta cuarta oleada», añadió la oficina.
La orden se aplicará a todas las escuelas K-12, universidades y otras instituciones de educación superior del estado. Los estudiantes y el personal volverán al campus este mes.
Las excepciones al uso de la mascarilla en interiores incluyen cualquier condición médica que impida llevarla, comer o beber, comunicarse con personas con problemas de audición, dar un discurso para su difusión o ante un público, o tener que quitarse la mascarilla para identificarse.
En California, San Francisco y otros seis condados del Área de la Bahía también anunciaron el lunes el uso obligatorio de mascarilla en interiores, que entrará en vigor el martes. Al igual que en Luisiana, los requisitos de mascarilla se aplicarán independientemente del estado de vacunación de la persona.
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