El presidente francés, Emmanuel Macron, lanzó una dura advertencia el 2 de octubre, afirmando que la Unión Europea se enfrenta a riesgos existenciales en los próximos dos o tres años a menos que reforme drásticamente su marco regulatorio, refuerce la inversión y aborde un gasto social insosteniblemente alto.
Macron hizo estas declaraciones durante una mesa redonda celebrada en Berlín el 2 de octubre, en la que advirtió de que el actual modelo económico de la UE es insostenible. Sin una reforma urgente, advirtió, el bloque corre el riesgo de perder su ventaja competitiva, quedar muy por detrás de potencias mundiales como China y Estados Unidos y, en última instancia, hundirse en la irrelevancia económica.
«Nuestro modelo anterior se ha acabado», dijo Macron. «Estamos regulando en exceso e invirtiendo poco. En los próximos dos o tres años, si seguimos nuestra agenda clásica, estaremos fuera del mercado».
En toda la UE crece la preocupación por la competitividad del bloque, alimentada por la persistente falta de inversión en sectores clave, el aumento de las cargas reglamentarias y la escalada de los costes sociales. El dirigente francés afirmó que Europa debe hacer frente a estos retos o correrá el riesgo de perder relevancia en un orden mundial cada vez más multipolar.
«Si queremos claramente ser más competitivos y tener nuestro lugar en este orden multipolar, primero necesitamos un shock de simplificación», dijo Macron sobre la necesidad de reformar el marco regulador del bloque.
En la última década, la UE ha aplicado diversas normativas destinadas a proteger a los consumidores, el medio ambiente y los trabajadores. Por muy bienintencionadas que sean estas políticas, según Macron, han creado un marco regulador complejo y excesivamente rígido que ahoga la innovación y obstaculiza el crecimiento, sobre todo en sectores como la inteligencia artificial y la defensa.
El líder francés dijo que el modelo económico de la UE está anticuado y necesita ser renovado, sobre todo porque ya no puede depender de la energía barata de Rusia para aumentar los márgenes de beneficio de las empresas o contar con Estados Unidos para satisfacer las necesidades de defensa del bloque.
«La UE podría morir», dijo Macron. «Estamos al borde [de] un momento muy importante».
Macron también abordó el extenso sistema de bienestar social de la UE, que durante mucho tiempo ha sido un pilar de la gobernanza europea, pero que cada vez se considera más una carga financiera insostenible a medida que el bloque se enfrenta a crecientes riesgos para su competitividad.
Según Eurostat, en 2022 los gobiernos de la UE gastaron en diversos programas sociales el equivalente a unos 3.4 billones de dólares, es decir, el 19.5% del producto interior bruto.
La mayor parte de este gasto se destina a pensiones, subsidios de desempleo y otras transferencias sociales destinadas a mitigar riesgos como la enfermedad y la vejez. Además, los europeos están dispuestos a que sus gobiernos aumenten el gasto social: el 78% de los ciudadanos de la UE cree que debería incrementarse el gasto público en políticas sociales clave, y la mitad está a favor de subir los impuestos para pagarlo.
«No es sostenible con el modelo social que tenemos», dijo Macron.
En comparación, Estados Unidos gastó aproximadamente 3.5 billones de dólares en diversos programas sociales en 2023, o entre el 14 y el 15% del PIB, según el Center on Budget and Policy Priorities.
Aunque tanto la UE como Estados Unidos destinan cantidades similares a la protección social en términos de dólares, el porcentaje del PIB que la UE gasta en estos programas es significativamente mayor, lo que refleja los sistemas de bienestar más amplios del bloque.
Los comentarios de Macron en la conferencia de Berlín se hacen eco de las conclusiones de un reciente informe del expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, que describía la actual estrategia económica de la UE como un «desafío existencial».
El informe, publicado en septiembre, afirmaba que el complejo entorno normativo de Europa es un factor clave de su retraso en el crecimiento de la productividad en comparación con Estados Unidos. El informe de Draghi pedía reformas radicales para simplificar la normativa, fomentar la innovación y mejorar la competitividad en sectores clave.
Macron respaldó plenamente las recomendaciones de Draghi, afirmando que la UE debe adoptar urgentemente las conclusiones del informe si quiere competir a escala mundial.
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