Una madre preocupada compartió una advertencia sobre la que merece la pena reflexionar, en relación con los retrovisores y las sillas de seguridad para niños.
En un video que publicó en las redes sociales, la madre canadiense Natausha Furlong, de 30 años, dijo que abrió la puerta trasera de su coche y vio humo. La madre de dos niños de Victoria, en la Columbia Británica, se disponía a sentar a su hija en la sillita, pero antes tuvo que buscar la fuente del humo.
Furlong estaba estacionada frente a la casa de su suegra aquella tarde de mayo y la temperatura era de solo 63 grados (17 grados centígrados), así que se preguntó qué podría haber causado el incendio.
Su hijo de 9 años lo descubrió.
«Rápidamente nos dimos cuenta de que el humo procedía del asiento del coche», explica a The Epoch Times. «No podía imaginar qué podía haber provocado que el asiento echara humo hasta que mi hijo señaló que la luz del sol de un espejo situado frente al asiento del coche se reflejaba en él».
(Crédito del video: ViralHog)
Con su teléfono, Furlong grabó los rayos de luz que se reflejaban en el asiento del coche y el humo que parecía salir de una parte dañada de la cubierta del asiento.
«¡Qué diablos!», se le oye exclamar en el video. «¿Te imaginas si estuviera sentada en su asiento?».
«¡Es humo de verdad!»
Cuando Furlong retiró el espejo, el asiento dejó de echar humo, según declaró al periódico.
Después, el fabricante del asiento, Diono, se puso directamente en contacto con ella y le ofreció cambiar la funda del asiento. El fabricante del retrovisor, Evenflo, también se puso en contacto con ella y le dijo que le enviaría un cheque de reembolso.
Furlong compartió con The Epoch Times la correspondencia electrónica entre ella y la empresa del retrovisor como prueba de la indemnización.
«Tantos niños se quedan dormidos en sus asientos de coche y realmente me preocupa que puedan resultar heridos si la luz reflejada por un espejo es lo suficientemente brillante o caliente», dijo al periódico. «Estoy muy contenta de que mi hija no resultara herida y de haber podido grabar un video y compartirlo con otros padres para advertirles de este riesgo».
«Se necesita un pueblo y un enorme sistema de apoyo para criar a los niños, y me alegro de haber podido formar parte del apoyo a otros padres y mantener a sus hijos a salvo».
La hija de Furlong, de 18 meses, tuvo reflujo cuando era recién nacida y el espejo fue un «salvavidas» para la madre, ya que le permitía comprobar si respiraba.
«Para eso están los espejos», dice. «Como las mamás sabemos, los niños se duermen en el coche y las mamás estacionamos, disfrutamos del silencio, tomamos un café y hacemos scroll en nuestros teléfonos».
Añadió que ha recibido una «cantidad abrumadora de comentarios» de padres que estaban «atónitos» y no eran conscientes de los riesgos que suponen los espejos.
Pero también ha recibido «montones de comentarios groseros», aunque no le molestan.
«Sé que estoy concienciando y ayudando a otros padres», afirma, y añade que algunos incluso la han ayudado a encontrar una solución. «Basándome en lo que todos me sugirieron, decidí pedir una cámara para el asiento trasero para usarla de ahora en adelante».
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