La madre de un joven que fue asesinado a tiros el verano pasado en la zona autónoma de Seattle, también conocida como «CHOP» (Protesta Organizada del Capitol Hill), demandó a la ciudad por el manejo de la zona.
Donnitta Sinclair, la madre de la víctima, Horace Lorenzo Anderson de 19 años, dijo en una demanda federal de derechos civiles que la negligencia de los funcionarios al permitir que la policía abandonara el Precinto Este del Departamento de Policía de Seattle (SPD, por sus siglas en inglés) y las áreas circundantes invitaban a la «anarquía y (…) a un peligro previsible” que contribuyó a que su hijo recibiera un disparo fatal, informó el Seattle Times.
La zona autónoma fue tolerada por los funcionarios de la ciudad durante semanas antes de que finalmente la cerraran el 1 de julio tras los asesinatos de Anderson y otro hombre negro de 16 años.
Sinclair argumenta también en la demanda que la acción y la inacción de los funcionarios de la ciudad, del condado y del estado son directamente responsables de crear la situación caótica. Y dijo que Marcel Long, de 18 años, acusado de dispararle fatalmente a Anderson, sabía que CHOP era una «zona sin policías».
La policía dijo que a los dos hombres se les vio en un video de vigilancia del incidente mortal del 20 de junio mientras intercambiaban palabras.
Mientras Anderson se alejaba del altercado verbal, Long, quien fue restringido por otros para que no se peleara, sacó una pistola y le disparó varias veces, dijo la policía.
El presunto asesino fue acusado de homicidio premeditado en primer grado y las autoridades creen que huyó del estado. Actualmente permanece prófugo.
Un portavoz del departamento le dijo al Seattle Times el jueves que el caso sigue activo.
Evan Oshan de Oshan & Associates, que representa al padre de la víctima, Horace Anderson, dijo a The Epoch Times que la anarquía de la zona hacía previsible la muerte.
“No había seguridad, no había seguridad. Toda esta región quedó completamente abandonada y este niño con necesidades especiales, básicamente, fue puesto en una situación peligrosa”, dijo.
«Fue una muerte predecible y evitable», agregó.
Varias personas llamaron al 911 para informar del tiroteo. Unos 15 minutos después, varios policías ingresaron a la zona de protesta y “fueron confrontados por una multitud agresiva e inestable”, según documentos presentados contra Long.
Anderson fue trasladado por médicos voluntarios al Harborview Medical Center, donde murió, según el Departamento de Bomberos de Seattle.
El segundo adolescente que fue asesinado a disparos en la zona autónoma fue identificado como Antonio Mays Jr., de 16 años, nadie ha sido arrestado ni identificado como sospechoso aún.
Con información de Zachary Stieber.
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