Una madre soltera de 39 años de Utah, que gozaba de buena salud, murió cuatro días después de recibir una segunda dosis de la vacuna Moderna COVID-19 el 1 de febrero.
Según KUTV, su familia dijo que Kassidi Kurill «tenía más energía» que la mayoría de las personas de su entorno y era una persona feliz sin problemas de salud conocidos.
«En realidad no lloré cuando mi padre murió, lloré mucho por ella», dijo al medio su padre, Alfred Hawley, un expiloto de combate de la Base Aérea.
Kurill era técnica quirúrgica local al servicio de varios cirujanos plásticos.
«Estoy en un estado de mi vida en el que estoy bien con esa [emoción]», dijo Hawley entre lágrimas, «ella fue la que prometió cuidar de mí».
«Estaba aparentemente sana como un caballo», dijo Hawley, según Fox News. «No tenía ninguna condición subyacente conocida».
En la mañana del 4 de febrero, Hawley se despertó con su hija pidiendo ayuda.
«Llegó temprano y dijo que su corazón estaba acelerado y que sentía que necesitaba ir a la sala de emergencias», dijo.
«[Ella] se enfermó de inmediato, con dolor en el lugar de la inyección, luego comenzó a enfermarse, empezó a quejarse de que estaba bebiendo muchos líquidos pero no podía orinar, y luego se sintió un poco mejor al día siguiente», dijo Hawley.
Hawley dijo que su estado empeoró: dijo que tenía dolores de cabeza, náuseas y que no podía orinar aunque estaba bebiendo líquidos.
La llevó a urgencias, donde le hicieron análisis de sangre. Hawley dijo que entonces se volvió cada vez menos coherente y empezó a vomitar.
Por la noche la trasladaron al Centro de Traumatología de Murray.
«Le hicieron un análisis de sangre e inmediatamente volvieron a decir que estaba muy, muy enferma, y que su hígado no funcionaba», dijo Hawley.
Los médicos intentaron estabilizarla para un trasplante, pero su estado empeoró hasta el punto en que no pudo hablar a la mañana del día siguiente.
«Intentaron estabilizarla lo suficiente para un trasplante de hígado. Y no consiguieron estabilizarla», dijo. «Fue empeorando a lo largo del día. Y a las nueve, falleció».
La familia de Kurill está esperando una autopsia.
Crearon una página de GoFundMe llamada «Kassidi Kurill and Emilia Memorial Fund», en su honor y en el de su hija de 9 años.
KUTV dirigió una investigación sobre los efectos secundarios de la vacuna COVID-19 y encontró cuatro muertes reportadas por familiares y cuidadores.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron a The Epoch Times en un correo electrónico que, hasta el 8 de marzo, se habían inyectado más de 92 millones de dosis de vacunas de ARNm para COVID-19, y que se habían producido 1637 muertes después de las inyecciones.
Los CDC afirman en su página web que: «Hasta la fecha, VAERS no ha detectado patrones en la causa de muerte que indiquen un problema de seguridad con las vacunas COVID-19».
El Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas (VAERS) se puso en marcha en 1990 para recoger las reacciones imprevistas de las vacunas.
Los datos de los CDC también muestran que miles de personas se han visto impedidas para realizar su actividad normal, incluido el trabajo, tras recibir la vacuna.
Hasta el 18 de diciembre del año pasado, 3150 personas informaron lo que la agencia denomina «eventos de impacto en la salud» después de vacunarse.
Las personas que experimentan estos «eventos» son «incapaces de realizar las actividades diarias normales, no pueden trabajar» o «requirieron atención de [un] médico o profesional de la salud».
La información fue presentada el 19 de diciembre por el Dr. Thomas Clark, epidemiólogo de los CDC, al Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización, un panel independiente que ofrece recomendaciones a la agencia.
Con información de Zachary Steiber y Celia Farber.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
