Ahora es que empieza la crisis en Venezuela por la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus; los casos van en aumento y la escasez de servicios básicos empeora la situación: sin agua, sin luz y sin insumos médicos el país suramericano «es una bomba de tiempo».
Un informe de la ONG estadounidense Human Rights Watch y los Centros de Salud Pública, Derechos Humanos, y de Salud Humanitaria de la Universidad Johns Hopkins señala que «la imposibilidad de Venezuela para hacer frente a la pandemia del Covid-19 podría provocar que más personas intenten irse del país»; esto a pesar de que miles de venezolanos se han visto obligados a regresar.
Según el reporte reseñado por el diario El Tiempo, «el hacinamiento en zonas populares y cárceles, así como los problemas generalizados para acceder al agua en hospitales y hogares, son caldo de cultivo perfecto para la rápida propagación del virus».
A día de hoy se han registrado oficialmente 1121 contagios y 10 muertos por el virus del PCCh, pero el documento resalta que “la cifra real es seguramente mucho mayor debido a la escasa disponibilidad de pruebas confiables, la total falta de transparencia y la persecución contra profesionales de la salud y periodistas que cuestionan la versión oficial”.
El reporte dice que la tasa de mortalidad en Venezuela del COVID-19 es incierta y agrega que es muy factible que termine siendo mucho más alta que la del promedio “ya que no hay capacidad para brindar atención de alta complejidad debido a la falta de equipos básicos para radiografías, análisis de laboratorio, camas de terapia intensiva y respiradores”.
“Los profesionales médicos y de enfermería entrevistados dijeron que prácticamente no hay jabón ni desinfectante en sus clínicas y hospitales. Es común que los cortes de agua afecten a los hospitales de Caracas. En algunos, en zonas remotas, los cortes de agua han durado semanas e incluso meses. Los pacientes y el personal de la salud se ven obligados a llevar su propia agua para consumo, para lavarse las manos antes y después de procedimientos médicos, para limpiar insumos quirúrgicos y, a veces, para descargar los inodoros”, dice el reporte.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) desmintió al régimen de Nicolás Maduro y reveló que el 97,7 % de los test de COVID-19 que realiza Venezuela son defectuosos.
Un informe de la organización informa que en el país suramericano solo se han realizado 16,577 pruebas PCR para detectar COVID-19; lo que representa el 2,3 % del total de pruebas realizadas.
Según este estudio el régimen reporta 697,691 pruebas de diagnóstico del coronavirus hasta el 21 de mayo, pero dichas pruebas “corresponden a test rápidos de una sensibilidad limitada”, es decir defectuosas.
Un reportaje publicado por PanAm Post el pasado 29 de abril coincide con el informe de la ONU en el que una fuente del Instituto Nacional de Higiene afirmaba que Maduro mentía en cuanto a la cantidad de pruebas aplicadas en el país.
La fuente, que pidió mantenerse en calidad de anonimato para no recibir represalias del régimen, confirmó que Maduro miente en cuanto a la cantidad de pruebas «a menos que el régimen también contara las pruebas rápidas que no son confiables».
Un informe de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela reveló a principios de mayo que el número de casos reportado por la dictadura de Nicolás Maduro «no parece ajustado a un escenario epidemiológico» como el del coronavirus (COVID-19). Estimaba que en junio el número de contagios podría llegar a 4000 casos diariamente. El informe de los académicos fue tan certero que el régimen amenazó con perseguir a sus autores.
El estudio de la academia revela que las cifras que ha ofrecido el régimen no están claras, pues para el 23 de abril del presente año pudieron haberse presentado 507 casos, mientras que la cifra aportada oficialmente era de 298.
Se estima un subregistro que en el mejor de los casos podría ser del 63 % y en el peor, del 95 % de los casos sintomáticos hasta el 23 de abril 2020.
La institución advierte que «el país debe prepararse para el impacto que representa un número de entre 1000 y 4000 casos nuevos diariamente durante el pico de la epidemia».
Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.
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