La magnetoterapia podría ser prometedora para la artritis, según estudio

Por Amie Dahnke
19 de marzo de 2024 10:30 AM Actualizado: 19 de marzo de 2024 11:22 AM

¿Podrían los imanes ser realmente la cura para aliviar el dolor debilitante y la rigidez causados ​​por la artritis reumatoide?

La magnetoterapia puede reducir el dolor, disminuir la rigidez matutina y mejorar el rango de movimiento en la mano dominante, según un estudio reciente publicado a principios de este mes en el Journal of Clinical Medicine.

¿Qué es la magnetoterapia?

Según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa, existen dos tipos principales de magnetoterapia: la terapia magnética estática y la terapia electromagnética.

La terapia magnética estática consiste en colocar imanes directamente sobre el cuerpo o cerca de él en un esfuerzo por aliviar el dolor. Estos imanes para aliviar el dolor generalmente se incorporan en artículos portátiles como pulseras o se venden como productos tales como joyas, tapetes, almohadas o protectores de cama.

Por otro lado, la terapia con campos electromagnéticos utiliza dispositivos con electroimanes de bobina de alambre. Estas bobinas generan una corriente eléctrica que puede variar en intensidad. La intención detrás de esta corriente eléctrica es aliviar el dolor y mejorar la función en personas con ciertas afecciones de dolor musculoesquelético, así como osteoartritis.

El tratamiento mejora la movilidad y la rigidez de las manos

Algunos estudios han demostrado que la terapia con campos magnéticos es más eficaz en el tratamiento de los síntomas de los pacientes con artritis reumatoide.

Los autores del nuevo estudio señalaron que los tratamientos alternativos, como la magnetoterapia, podrían ser útiles para las personas que no responden a los tratamientos tradicionales, como los fármacos biológicos y las terapias dirigidas .

En el estudio, realizado por un equipo de investigación de Polonia, participaron 39 pacientes diagnosticados con artritis reumatoide. Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a uno de dos grupos que recibieron diferentes formas de magnetoterapia.

Un grupo se sometió a terapia de campo magnético estático, mientras que el otro recibió terapia de campo electromagnético pulsado de baja frecuencia. Los pacientes recibieron hasta cinco tratamientos de magnetoterapia de 20 minutos por semana durante tres semanas.

Además de la magnetoterapia, todos los pacientes se sometieron a un tratamiento de kinesioterapia idéntico de 30 minutos.

El estudio mostró que los pacientes de ambos grupos experimentaron una disminución muy significativa en la intensidad del dolor.

Además, la duración de la rigidez matinal disminuyó en una media de 23.2 minutos. Sin embargo, el equipo de investigación encontró que solo la reducción de la rigidez matutina experimentada por el grupo de terapia de campo magnético estático, fue estadísticamente significativa.

Los investigadores también observaron un aumento promedio de 1.9 mm en el rango de movimiento de la mano dominante en ambos grupos.

Basándose en los resultados, el equipo de investigación cree que «la magnetoterapia tiene un gran potencial para convertirse en un tratamiento independiente o una terapia complementaria para pacientes con trastornos musculoesqueléticos».

El equipo descubrió que la terapia con campos magnéticos estáticos parece ser más eficaz para reducir la gravedad y la duración de la rigidez matutina, mientras que la terapia con campos electromagnéticos pulsados ​​de baja frecuencia parece mejorar más eficazmente la función y reducir la hinchazón en la mano reumatoide.

El estudio ofrece esperanza a los pacientes que necesitan nuevas opciones

Los resultados del estudio son prometedores para las personas que podrían no responder a las terapias tradicionales, como los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) o los modificadores de la respuesta biológica. Los DMARD son agentes inmunosupresores e inmunomoduladores que pueden provocar efectos secundarios como pérdida de apetito, náuseas, diarrea, problemas hepáticos y un mayor riesgo de infecciones.

Aproximadamente el 1 por ciento de la población mundial tiene artritis reumatoide.

Entre los factores de riesgo de la afección se incluyen la edad, ser mujer, tener antecedentes de nacidos vivos, obesidad y ciertos rasgos genéticos. Curiosamente, las mujeres que amamantan a sus bebés parecen tener menos posibilidades de desarrollar artritis reumatoide, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.

Los pacientes con artritis reumatoide sufren diversos síntomas, que incluyen dolor en las articulaciones, rigidez, hinchazón, pérdida de peso, fiebre, fatiga y debilidad. Las complicaciones de la enfermedad consisten en enfermedades cardíacas prematuras, obesidad y problemas laborales, ya que las personas con artritis reumatoide suelen tener dificultades para conservar su empleo.


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