Una advertencia pública de una madre de Colorado, Laura Stack, sobre el trágico suicidio de su hijo de 19 años se ha vuelto viral debido a nuevas y mucho más poderosas formas de marihuana.
En una publicación de Facebook, ella informa a otros padres sobre «la diferencia entre fumar marihuana (y algunos consumos), dabbing (concentrado de cannabis con un dispositivo de vaporización) con alto contenido de THC (tetrahidrocannabinol), shatter (extracto de cannabis) en forma de cera o mantequilla».
El hijo de Laura, Johnny, comenzó a «fumar», cuando tenía cerca de 15 años, usando una forma de marihuana químicamente modificada y altamente concentrada, una que es ocho veces más psicoactiva que la hierba «tradicional». Incluso después de dejar la marihuana, sufrió episodios esquizofrénicos, volviéndose «psicótico, paranoico y delirante para cuando cumplió 19 años», según su madre.
El «Dabbing» se refiere a la formación de cristales de THC casi puro, que se calientan para liberar el compuesto y ser ingeridos en el cuerpo.
Justo tres días antes de su muerte, el 20 de noviembre de 2019, Johnny le comentó a su madre que ella «tenía razón» sobre sus advertencias contra el uso de sustancias. «Me dijiste que la hierba y las drogas me dañarían el cerebro, y ha arruinado mi mente y mi vida», recuerda que su hijo le expresó.
Según la madre, ella y su esposo John se sintieron «obligados a contribuir a aumentar la conciencia sobre el consumo de drogas y a prevenir más muertes sin sentido».
Dado su parecido con el vapeo y la legalización de la marihuana recreativa y medicinal en docenas de estados de los Estados Unidos, Laura no estaba al tanto de los efectos del THC extremo que se ha hecho popular entre los adolescentes.
De acuerdo a una encuesta, aunque casi ningún estadounidense mayor sabe lo que es un toque de THC y aún menos conocen a alguien que lo haya hecho, la mitad de los milenials más jóvenes, de entre 18 y 24 años tienen o conocen a alguien que lo haya hecho, informó Survey Monkey.
El uso de los toques trae consigo toda una serie de procesos, que incluyen la «voladura»: el calentamiento de cristales de THC extraídos o aceites con un soplete de butano, así como los toques con cigarrillos electrónicos que se asemejan a los dispositivos de vapeo y producen menos humo, lo que permite a los adolescentes ocultar sus peligrosos hábitos con mayor facilidad.
«La marihuana con la que crecimos (con un contenido de THC del 10 % o menos) es MUY diferente a los extractos de alto contenido de THC de hoy en día (a menudo con un contenido de THC de más del 80 %)», dice Laura.
Después de la muerte de Johnny, los Stacks pasaron muchas horas investigando sobre el uso de la marihuana. Laura compartió su conclusión de los impactos que el uso frecuente de productos de alta potencia de THC tiene en las mentes, de los que todavía se están formando puede conducirlos a una «psicosis inducida por el cannabis».
Recientes estudios médicos en las muy respetadas revistas The Lancet y el Journal of the American Medical Association – Psychiatry han establecido la conexión entre el uso de marihuana de «alta potencia», lo que The Lancet define como enfermedad mental cuando el THC es por encima del 10 %.
El estudio de The Lancet, publicado en marzo de 2019, mostró «que en las áreas donde el uso diario y el consumo de cannabis de alta potencia son más frecuentes en la población en general, hay un exceso de casos de trastornos psicóticos».
El estudio de Psiquiatría de la JAMA, en el que se examinaron 11 estudios existentes que representaban a más de 23,000 encuestados, mostró «que el consumo de cannabis en la adolescencia está asociado con un mayor riesgo de desarrollar depresión grave en la edad joven adulta y con ideación suicida».
Para Laura y John Stack, advertir a otros padres sobre los peligros de la marihuana de alta potencia en cerebros jóvenes aún en desarrollo se ha convertido en una misión. Sienten que el uso de la marihuana les quitó a Johnny para siempre.
«Cuando murió, el informe toxicológico mostró que tenía cera de la droga en su sistema», explicó en su publicación de Facebook. «No estaba deprimido, descuidado, medicado o sin amor».
Instando a «la hiper vigilancia en los primeros años de la adolescencia», espera que la historia de Johnny, que ya ha sido compartido más de 16,000 veces, «ayude a aumentar la conciencia sobre el uso de drogas y a prevenir más muertes sin sentido».
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