Un total de 42 aviones de guerra chinos y ocho buques de guerra fueron avistados en los alrededores de Taiwán el 19 de agosto, justo un día después de que el vicepresidente taiwanés William Lai Ching-te regresara de un sensible viaje a Estados Unidos.
El ministerio de Defensa de Taiwán detectó 42 aviones del Ejército Popular de Liberación (EPL), de los cuales 26 cruzaron la línea mediana del estrecho de Taiwán, lo que llevó a la fuerza militar taiwanesa a desplegar aviones, buques de guerra y sistemas de misiles terrestres como respuesta.
El ejército chino dijo que había lanzado patrullas conjuntas, aéreas y marítimas, y realizado ejercicios militares de la armada y la fuerza aérea, alrededor de Taiwán como «severa advertencia» a la «connivencia de los separatistas independentistas de Taiwán con elementos extranjeros y sus provocaciones».
Shi Yi, portavoz del Comando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación, dijo que los simulacros pondrán a prueba la capacidad de las fuerzas armadas «la habilidad para luchar en condiciones reales de combate», informó la agencia estatal de noticias Xinhua.
«Las patrullas y ejercicios tienen por objeto entrenar la coordinación de buques y aviones militares y su capacidad para tomar el control de espacios aéreos y marítimos», declaró el portavoz.
En respuesta, el ministerio de Defensa de Taiwán criticó a China por su «comportamiento irracional y provocador», afirmando que causaba «daños sustanciales a la seguridad regional».
El ministerio dijo que enviará las fuerzas apropiadas para responder a la situación.
«Lanzar un ejercicio militar con el pretexto de esta vez, no solo no ayuda a la paz y la estabilidad del estrecho de Taiwán, sino que también pone de relieve su mentalidad militarista y confirma una naturaleza hegemónica de expansión militar», declaró el ministerio.
Las maniobras militares de China se produjeron mientras los líderes de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur celebraban una cumbre trilateral por primera vez en Camp David, en Maryland, el 18 de agosto, para discutir la ampliación de la cooperación trilateral en el Indo-Pacífico y más allá.
China condena la visita de Lai a Estados Unidos
Los simulacros se produjeron un día después de que Lai, favorito en las elecciones presidenciales de Taiwán, pusiera fin a su viaje a Paraguay, donde asistió a la toma de posesión del presidente sudamericano.
Paraguay es el último aliado diplomático de Taiwán en Sudamérica, después de que en marzo Honduras rompiera sus lazos con el país insular autónomo en favor de China, dejando las relaciones diplomáticas formales de Taiwán con solo 13 países.
Durante su viaje, el Sr. Lai hizo escalas en Nueva York y San Francisco. En su estancia en Estados Unidos, pronunció discursos ante la comunidad taiwanesa y se reunió con funcionarios del Instituto Estadounidense de Taiwán.
El ministerio de Asuntos Exteriores de China condenó la visita y calificó al Sr. Lai de «alborotador», reiterando que Beijing «se opone firmemente a cualquier forma de interacción oficial entre Estados Unidos y la región de Taiwán».
«China sigue de cerca la evolución de la situación y adoptará medidas firmes y decididas para salvaguardar su soberanía e integridad territorial», declaró un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores en una declaración.
Una alta funcionaria estadounidense declaró que este tipo de escalas de funcionarios taiwaneses son rutinarias, por lo que han ocurrido muchas veces con anterioridad y que no hay razón para que Beijing adopte respuestas «provocativas».
«Dadas las distancias realmente largas que recorre la gente, estos tránsitos son realmente una forma de garantizar la seguridad, la comodidad, la conveniencia y la dignidad del viajero», declaró a la prensa en julio Sandra Oudkirk, directora del Instituto Estadounidense en Taiwán.
«En cuanto a la posible reacción de la República Popular China (RPC), como he dicho antes, se trata de un hecho rutinario», declaró la Sra. Oudkirk, embajadora de facto de Estados Unidos en Taiwán.
«No hay absolutamente ninguna razón para que la RPC utilice el tránsito como pretexto para ningún tipo de acción provocadora», añadió.
El Partido Comunista Chino (PCCh) considera a Taiwán una provincia renegada que debe unirse al continente por todos los medios, aunque Taiwán nunca ha estado gobernada por el PCCh y tiene su propio gobierno democrático.
Con la colaboración de Dorothy Li e información de Reuters.
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