Marcas de ropa occidentales quedan atrapadas entre los ingresos y la ética por abusos en Xinjiang

Por Fan Yu
28 de marzo de 2021 8:22 AM Actualizado: 06 de abril de 2021 2:51 PM

Análisis de noticias

Muchas marcas internacionales han intentado evitar abastecerse de materiales y mano de obra de la región china de Xinjiang debido a los actos de genocidio de Beijing contra los uigures y otras minorías étnicas y religiosas.

Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido y Canadá sancionaron recientemente a ciertos funcionarios chinos por su implicación en la persecución de las minorías étnicas mayoritariamente musulmanas de Xinjiang. El Partido Comunista Chino (PCCh) ha detenido a más de un millón de uigures en campos de concentración en la región. Los detenidos son sometidos a trabajos forzados, torturas, violaciones y adoctrinamiento político.

H&M, GAP, Nike y la japonesa Fast Retailing —la empresa matriz de UNIQLO— han emitido declaraciones en los últimos dos años condenando el trabajo forzado o distanciándose de las acusaciones.

Pero ahora, las empresas occidentales se enfrentan a una inmensa reacción del régimen comunista y se ven cada vez más obligadas a elegir un bando. Las empresas pueden tener que caminar por una delicada cuerda floja entre complacer a Beijing y mantener su base de clientes chinos, y cumplir con las expectativas de los accionistas, ejecutivos y otras partes interesadas occidentales.

El 25 de marzo, el periódico del PCCh, el Diario del Pueblo, denunció a Nike, Adidas, New Balance y Burberry —todos ellos miembros de la Iniciativa para un Mejor Algodón (BCI)— y recomendó un boicot en toda China a las grandes empresas. Docenas de celebridades chinas han cancelado o planean cancelar contratos con marcas occidentales por su postura sobre Xinjiang.

BCI ha sido un objetivo frecuente en las redes sociales chinas. La BCI promueve la producción sostenible de algodón y el año pasado anunció que suspendía su apoyo a las empresas miembros que se abastecen de algodón procedente de Xinjiang debido a la preocupación por los derechos humanos. Se calcula que Xinjiang suministra un 20 por ciento del algodón mundial.

H&M y Fast Retailing también son miembros de BCI.

El minorista sueco de moda H&M fue uno de los objetivos iniciales cuando la Liga de la Juventud del Partido Comunista desenterró un comunicado de la empresa de principios de 2020 en el que decía que dejaría de abastecerse de algodón de Xinjiang. Nike y Adidas también fueron atacadas en las redes sociales chinas y por la prensa estatal china por sus posturas. Ambas firmas habían emitido declaraciones en las que afirmaban que no se abastecían de materiales procedentes de la región de Xinjiang.

El gigante chino de internet Tencent Holdings retiró las «pieles» con temática de Burberry, o trajes virtuales que llevan los personajes del videojuego para móviles de Tencent, debido a las declaraciones de Burberry distanciándose de los materiales procedentes de Xinjiang. La decisión se anunció en un posteo en la red social china Weibo, que es propiedad de Tencent.

«La enorme inversión en relaciones públicas se ha destruido al instante», escribió en un editorial Hu Xijin, redactor jefe del medio estatal chino Global Times, orientado al extranjero.

«Tienen que volver a la sociedad occidental para quejarse, porque saben que por cualquier motivo, ya sea en forma activa o pasiva, han hecho algo que es intolerable para los consumidores chinos».

Ante el temor de un boicot generalizado por parte de los consumidores chinos, que tienen un acceso limitado a la información independiente del departamento de propaganda del PCCh, las acciones de H&M, Burberry, Nike y Adidas cayeron la semana que terminó el 26 de marzo. Adidas sufrió la mayor caída, pues sus acciones bajaron un 6.7 por ciento durante la semana en Frankfurt.

Las empresas están teniendo cuidado a la hora de equilibrar sus intereses comerciales en China con el sentimiento de los consumidores en su país de origen. Algunas empresas ya están dando marcha atrás y otras están empezando a congraciarse con el PCCh para evitar un boicot y recuperar el negocio.

La española Inditex, que gestiona las tiendas Zara, retiró de su página web el 24 de marzo un comunicado publicado anteriormente sobre Xinjiang. El minorista japonés Muji comenzó recientemente a anunciar voluntariamente que utiliza «algodón derivado de Xinjiang». La empresa estadounidense de calzado Skechers dijo que sus investigaciones no encontraron pruebas de trabajo forzado en sus cadenas de suministro chinas.

La forma en que esto se desarrolle será interesante dada la importancia que los factores ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) han adquirido para los consejos de administración y los accionistas.

No existe una definición uniforme de los estándares ESG, pero en términos generales, se juzgan los impactos medioambientales de una empresa, las políticas sociales como las normas laborales, las relaciones con los empleados, el impacto en las comunidades locales, así como los factores de gobernanza como la transparencia de la propiedad, la ética empresarial y la independencia de su consejo de administración.

Los gestores de fondos e inversiones han comenzado a dar gran importancia a los factores ESG y, en algunos casos, la demanda de los inversores por las acciones de una empresa podría tener una correlación positiva con su calificación ESG.

Por ejemplo, Adidas tiene asignada una puntuación ESG de 82 por la empresa de calificación crediticia S&P Global. Burberry Group tiene una calificación de 87, Inditex tiene una calificación de 75, mientras que H&M tiene una calificación de 70.

Aunque S&P es solo una firma de calificación ESG —hay muchos rastreadores ESG—, todas estas puntuaciones se considerarían buenas.

Pero si estas empresas occidentales empiezan a consentir las exigencias de Beijing para rescatar las ventas, el panorama se vuelve más turbio. Doblegarse activamente ante el PCCh y hacer la vista gorda ante la difícil situación de los uigures en Xinjiang debe ir en detrimento de las puntuaciones ESG de las empresas, suponiendo que las empresas de calificación ESG realicen un seguimiento independiente.

Y eso podría desencadenar ventas forzadas por parte de los fondos que deben cumplir ciertos umbrales ESG, y potencialmente disminuir el precio de las acciones de las empresas.

Una vez más, las empresas que realizan importantes negocios en China están atrapadas entre los ingresos y la ética.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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