El senador Marco Rubio (R-Fla.) instó al Departamento de Comercio (DOC) a incluir en la lista negra a una empresa china de diseño de chips y a imponer más restricciones a las empresas de tecnología chinas, ya que supuestamente eluden las medidas estadounidenses de control de las exportaciones para ayudar a entidades chinas sancionadas por Estados Unidos.
En una carta fechada el 20 de diciembre dirigida a la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, Rubio expresó su preocupación por el hecho de que la empresa china Brite Semiconductor haya utilizado tecnología y fondos estadounidenses para prestar servicios de diseño de chips a empresas militares chinas.
«El hecho de que Brite y otras empresas de tecnología chinas tengan un acceso relativamente libre a la tecnología estadounidense demuestra una vez más que su sistema de control de las exportaciones está permitiendo el ascenso de China como potencia tecnológica», señaló Rubio. «No basta con impedir que China alcance capacidades teóricas en el futuro si ello significa ignorar la lucrativa y militarmente significativa transferencia de tecnología que se produce hoy entre empresas estadounidenses y chinas».
El senador hizo la petición a raíz de un reportaje de investigación de Reuters titulado «China chip firm powered by U.S. tech and money eludes [President Joe] Biden’s crackdown» (La empresa china de chips se nutre de la tecnología y el dinero de EE.UU. y evita la represión de Biden), que revela los estrechos lazos comerciales de Brite con dos empresas de software con sede en California y empresas de inversión estadounidenses, así como sus vínculos con empresas militares chinas.
El informe revela que Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC) posee una participación del 19% en Brite. SMIC ha sido objeto de una estrecha vigilancia por parte de Washington y figura en varias listas negras de Estados Unidos, que persiguen a empresas vinculadas al ejército chino, el Ejército Popular de Liberación (EPL).
Entre los clientes de Brite figuran al menos seis proveedores militares chinos, entre ellos ComNav Technology, que fabrica sistemas de navegación por satélite para la Armada del EPL y la Fuerza de Apoyo Estratégico del EPL.
El informe señalaba que Brite ha mantenido sus relaciones con las principales empresas estadounidenses de software de diseño de chips, Cadence y Synopsys, que hacen del software de asistencia al diseño electrónico (EDA) una parte importante de la cadena de suministro de semiconductores.
En agosto de 2022, el Departamento de Comercio impuso controles a la exportación de software EDA.
El informe también encontró que Brite tiene vínculos financieros estadounidenses. Norwest Venture Partners, respaldado por el banco Wells Fargo, y Biola University, una universidad cristiana con sede en California, tienen participaciones en Brite.
«El ejemplo de Brite muestra que se necesita una acción rápida ahora para impedir que la base industrial de chips de China se fortalezca», dijo Rubio.
El senador de Florida instó al Departamento de Comercio a aplicar a Brite los mismos requisitos de licencia que los impuestos a SMIC. También instó a Raimondo a endurecer aún más las restricciones, incluida la denegación o rescisión de licencias de exportación de empresas chinas en la lista negra y la ampliación de la lista de software EDA restringido, para evitar que las empresas tecnológicas chinas accedan a estas herramientas cruciales.
Los expertos dijeron a Reuters que Brite ilustra la capacidad de Beijing de utilizar empresas de bajo perfil para eludir las prohibiciones estadounidenses de exportación de empresas chinas de renombre.
«Brite es un ejemplo clásico de cómo una empresa conjunta entre Estados Unidos y China podría terminar canalizando valiosa tecnología de semiconductores hacia SMIC y el EPL», dijo Martijn Rasser, director gerente de Datenna, una compañía de inteligencia de código abierto.
The Epoch Times se comunicó con el Departamento de Comercio para solicitar comentarios.
Medidas
En octubre pasado, con apoyo bipartidista, la administración Biden comenzó a imponer amplios controles a las exportaciones en un esfuerzo por debilitar la ambición de los chips de Beijing, que podrían amenazar el dominio de la tecnología de Estados Unidos.
Desde entonces, Estados Unidos ha introducido una serie de restricciones adicionales para impedir aún más que el régimen chino acceda a la tecnología estadounidense.
En julio, el Senado respaldó un proyecto de ley que exige que las empresas estadounidenses deban notificar al Departamento del Tesoro si tienen inversiones en empresas chinas con tecnologías sensibles (incluidos semiconductores, inteligencia artificial, computación cuántica e hipersónica) por motivos de seguridad nacional.
En agosto, el presidente Biden firmó una orden ejecutiva que prohíbe las salgan al exterior inversiones en tecnologías críticas estadounidenses que «aumenten significativamente las capacidades militares, de inteligencia, de vigilancia o cibernéticas de los países de interés».
En octubre, el presidente del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino, Mike Gallagher (R-Wis.), y el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, Michael McCaul (R-Texas), instaron a la administración Biden a fortalecer la aplicación de los controles de exportación de los envíos informáticos avanzados y la maquinaria necesaria para su producción a China.
Los dos republicanos dijeron que los existentes controles de exportación estadounidenses y las políticas relacionadas con las empresas de tecnología china son ineficaces. Ellos señalaron que estas empresas pueden aprovechar las lagunas jurídicas, lo que resulta en avances significativos en la tecnología de chips que representan un riesgo para la seguridad nacional.
En octubre, el DOC anunció que habían finalizado las normas de la Ley CHIPS y Ciencia para impedir que China se beneficiara de los fondos de 52,000 millones de dólares.
Con información de Reuters
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