Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, responsable de casi 10 millones de fallecimientos sólo en 2020. Además de tratamientos convencionales como la cirugía y la radioterapia, muchos pacientes de cáncer recurren a terapias de medicina integrativa para prolongar su esperanza de vida y mejorar su calidad de vida.
La medicina integrativa es un enfoque médico que combina terapias convencionales (medicación y cirugía) con prácticas de medicina complementaria y alternativa que han demostrado ser seguras y eficaces. Según los Institutos Nacionales de la Salud, algunas de las terapias de medicina complementaria y alternativa más utilizadas para el tratamiento del cáncer son la medicina tradicional china, la medicina ayurvédica, las terapias cuerpo─mente como la meditación y la hipnosis, así como los suplementos herbales y las vitaminas.
El cáncer, también denominado tumor maligno, está causado por la proliferación anormal de ciertas células mutadas en el cuerpo humano. Estas células cancerosas se multiplican a gran velocidad y son muy invasivas y metastásicas, lo que provoca daños en tejidos y órganos y da lugar a diversos síntomas. En última instancia, puede provocar un fallo orgánico y poner en peligro la vida.
Según la OMS, un tercio de las muertes por cáncer están causadas por factores como el tabaquismo, un índice de masa corporal elevado, el consumo de alcohol, la escasa ingesta de frutas y verduras y la falta de actividad física.
Las terapias complementarias y alternativas se utilizan ampliamente en el tratamiento del cáncer y pueden ayudar a potenciar las capacidades autocurativas del organismo. Un estudio publicado en el American Journal of Public Health en octubre de 2002 reveló que el 30 por ciento de los pacientes varones con cáncer de próstata de la zona de la bahía de San Francisco (entre 40 y 89 años) habían utilizado al menos un tipo de medicina complementaria y alternativa. Según una encuesta realizada por Datamonitor en 2002, el 80 por ciento de los pacientes con cáncer han recurrido a terapias de medicina complementaria y alternativa.
He aquí tres prácticas de medicina complementaria y alternativa utilizadas habitualmente en el tratamiento del cáncer:
1. Medicina tradicional china
Existen muchos métodos de tratamiento en la medicina tradicional china (MTC), siendo los más comunes la fitoterapia y la acupuntura. El objetivo de la MTC en el tratamiento del cáncer es reforzar el sistema inmunitario del organismo y activar su capacidad natural para luchar contra el cáncer.
Un estudio publicado en la revista médica Evidence─Based Complementary and Alternative Medicine en junio de 2013 concluyó, basándose en diversas pruebas in vitro e in vivo y en ensayos controlados aleatorizados, que el uso de la fitoterapia o la acupuntura como terapias de medicina complementaria y alternativa puede reforzar el sistema inmunitario, aliviar el dolor y la fatiga causados por el tratamiento del cáncer, reducir la toxicidad celular y hepática, así como inhibir la toxicidad gastrointestinal, la angiogénesis tumoral y otros efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia.
La acupuntura es un método de tratamiento habitual que consiste en estimular acupuntos específicos de los meridianos mediante la inserción de agujas o la moxibustión (quema de artemisa seca en puntos concretos del cuerpo) para regular el flujo y el equilibrio de la energía en el organismo.
Según la MTC, los meridianos son los canales de energía del cuerpo, y los órganos internos están conectados con la superficie del cuerpo a través de estos meridianos. La acupuntura puede utilizarse para tratar el cáncer en distintos órganos estimulando los acupuntos correspondientes con efectos terapéuticos específicos en los meridianos.
Yuen Oi Lin, practicante registrado de MTC de Hong Kong, mencionó en un programa que, según la teoría de la MTC, cuando hay un problema con los órganos internos, los acupuntos correspondientes también pueden verse afectados, ya que la enfermedad puede acumularse en los meridianos. La acupuntura en los acupuntos específicos puede acelerar el flujo de energía de los meridianos, permitiendo que la enfermedad se disipe más rápidamente. En combinación con la fitoterapia, el tratamiento puede ser aún más eficaz.
Yuen informó de que había tratado con éxito a una joven con displasia cervical mediante acupuntura y fitoterapia. La displasia cervical es un crecimiento celular anormal en la superficie del cuello uterino que puede derivar en cáncer de cuello uterino. La medicina occidental suele tratar esta afección extirpando quirúrgicamente las células anormales y, en casos graves, puede ser necesario extirpar todo el útero.
El tratamiento con medicina tradicional china también puede ayudar a aliviar los efectos secundarios de la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia, mejorando así la calidad de vida de las pacientes. Un estudio publicado en 2015 en la revista Oncotarget, especializada en oncología, descubrió que las terapias de MTC, como la acupuntura y el masaje terapéutico, pueden reducir el malestar gastrointestinal y la fatiga posquirúrgicos en pacientes con cáncer.
2. Terapia de meditación
Un estudio publicado en The Proceedings of the National Academy of Sciences en diciembre de 2021 indicó que la meditación puede activar el sistema inmunitario humano al influir en la expresión génica de las células inmunitarias. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el 14 por ciento de los adultos mayores de 18 años en Estados Unidos practicaron meditación mindfulness en 2017.
Un estudio publicado en The New England Journal of Medicine en abril de 2020 señaló que la meditación ayuda a activar regiones específicas del cerebro, suprimir las vías inflamatorias inducidas por el estrés y aumentar la expresión de la telomerasa.
Según la teoría de la medicina tradicional china, la meditación puede ayudar a desbloquear los meridianos del cuerpo y favorecer la circulación sanguínea, mejorando así el sistema inmunitario. El Dr. Hu Naiwen, médico especialista en medicina tradicional china del Shanghai Tong Te Tang de Taipei (Taiwán), señaló que al sentarse en posición de loto, el entumecimiento de los pies indica que el flujo sanguíneo es más lento. Al relajarse en este estado, se puede mejorar el dolor neuropático periférico, aliviar el daño nervioso y favorecer considerablemente la circulación sanguínea en las extremidades inferiores.
En un informe de un estudio publicado en la revista Cancer en noviembre de 2014, 88 pacientes de cáncer de mama con una edad media de 55 años, que se sentían angustiadas, fueron divididas en tres grupos. Cada grupo participó en un programa de 8 semanas de meditación, terapia de grupo o gestión del estrés.
El estudio descubrió que, al cabo de 8 semanas, la longitud de los telómeros de los cromosomas permanecía inalterada en los dos grupos de pacientes que participaron en meditación y terapia de grupo, mientras que la longitud de los telómeros de los pacientes que participaron en cursos de gestión del estrés se acortó. Los telómeros son componentes protectores y estabilizadores de los extremos de los cromosomas. Los telómeros más cortos suelen asociarse a enfermedades, mientras que los telómeros más largos pueden tener un efecto protector sobre el organismo.
El estudio sugiere que actividades como los programas basados en la atención plena, la meditación y la terapia de grupo pueden influir positivamente en las células de las supervivientes de cáncer de mama, lo que se traduce en una mejora de la longitud de los telómeros y un aumento del efecto protector de las células. Estos hallazgos ponen de relieve el impacto positivo de la conexión mente─cuerpo en la salud humana.
3. Terapia con altas dosis de vitamina D
En un estudio publicado en The Journal of Steroid Biochemistry and Molecular Biology en mayo de 2019 se informó de que un paciente con lesiones cutáneas ulceradas experimentó una mejora clínica significativa después de tomar dosis altas de vitamina D (60,000 UI al día) durante cuatro años consecutivos. Las lesiones cutáneas ulceradas pueden ser un indicador de cáncer de piel.
El estudio sugirió que la vitamina D podría ser un método de tratamiento potencial, pero se necesitan más investigaciones para determinar su papel en el tratamiento del cáncer de piel.
En la actualidad, los Institutos Nacionales de la Salud recomiendan un suplemento diario de vitamina D de 600 UI para los adultos de 1 a 70 años y de 800 UI para los mayores de 70, al tiempo que advierten de que dosis más elevadas pueden producir toxicidad. Sin embargo, el estudio mencionado sugiere que, para determinados individuos, la suplementación diaria con lo que se considera una dosis muy alta de vitamina D puede ofrecer beneficios para la salud en lugar de toxicidad.
Un estudio publicado en Nutrients en febrero de 2022 reveló que dosis más elevadas de vitamina D se asociaban a menores tasas de incidencia y mortalidad por cáncer.
Otros estudios han sugerido que la vitamina D puede reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer al afectar a la diferenciación, proliferación y apoptosis de las células, y al impedir la formación de nuevos vasos sanguíneos que sostienen el crecimiento tumoral, reduciendo así las tasas de mortalidad y evitando la metástasis. Sin embargo, aún no está claro si la vitamina D es eficaz contra todos los tipos de cáncer, y las razones del desarrollo del cáncer pueden variar entre individuos.
Un estudio realizado en 2016 mostró que el riesgo de desarrollar cáncer para las mujeres que tenían concentraciones séricas de 25─hidroxivitamina D superiores a 40 ng/mL se redujo en más del 65 por ciento, en comparación con las mujeres con concentraciones inferiores a 20 ng/mL. Otro estudio que realizó un seguimiento de pacientes con cáncer colorrectal metastásico o en fase avanzada descubrió que los que tomaban dosis altas de vitamina D3 experimentaban una tasa más lenta de deterioro de los síntomas.
Sin embargo, cabe señalar que el cáncer puede estar causado por múltiples factores, como las toxinas ambientales, el tabaquismo, la radiación, la genética y la inflamación, muchos de los cuales no pueden controlarse únicamente tomando suplementos de vitamina D. Por lo tanto, la vitamina D no es una cura universal para todos los tipos de cáncer, pero podría tener un impacto significativo en algunos individuos.
Durante el tratamiento del cáncer, pueden utilizarse ciertas terapias complementarias y alternativas junto con los tratamientos estándar con la orientación de un médico, ya que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunas de estas terapias pueden conllevar riesgos potenciales e incluso interferir con la eficacia del tratamiento estándar del cáncer.
La Sociedad Americana contra el Cáncer subraya la importancia de hablar con el equipo médico antes de considerar el uso de cualquier terapia no tradicional.
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