Más de 10,000 vuelos hacia y desde Estados Unidos fueron cancelados o retrasados el 17 de julio, mientras el mal tiempo seguía asolando partes del país, causando estragos en múltiples aeropuertos.
Según el sitio web de seguimiento de vuelos FlightAware, el lunes se retrasaron unos 8671 vuelos con origen o destino a Estados Unidos, mientras que 1817 fueron cancelados.
Esta cifra supuso un descenso respecto al domingo, día anterior, cuando se retrasaron más de 10,000 vuelos y se cancelaron casi 3000.
Según los datos del lunes, el Aeropuerto Internacional de Orlando, en Florida, registró el mayor número de retrasos y cancelaciones, seguido del Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale, también en Florida, que sufrieron las consecuencias de los problemas de viaje que afectaron a otros aeropuertos del país.
Harry Reid International de Paradise, Nevada, y Miami International también sufrieron cientos de retrasos.
En cuanto a las compañías aéreas, JetBlue sufrió el mayor impacto en los vuelos, con el 57% de los vuelos retrasados el lunes y el 8% cancelados, seguida de Delta Air Lines, con el 27% de los vuelos retrasados y un total del 2% cancelados, según datos de FlightAware.
American Airlines le siguió de cerca, con un 33% de vuelos retrasados el lunes y un 2% cancelados.
El domingo, el mal tiempo provocó escalas en los aeropuertos John F. Kennedy y LaGuardia de Nueva York y Newark de Nueva Jersey, según la Administración Federal de Aviación. Mientras tanto, el Aeropuerto Internacional Newark Liberty también canceló cientos de vuelos.
Los retrasos y cancelaciones de vuelos se produjeron mientras fuertes lluvias azotaban el noreste durante el fin de semana, provocando alertas de inundaciones repentinas y avisos de tornado en partes de Connecticut, el oeste de Massachusetts, Rhode Island, Vermont y New Hampshire.
Inundaciones repentinas arrastran a una familia
En Nueva York, partes de la cual ya se habían visto afectadas por recientes inundaciones repentinas, el condado de Suffolk experimentó hasta cinco pulgadas de lluvia en sólo dos horas durante el fin de semana, según la gobernadora Kathy Hochul.
Mientras tanto, los condados de Westchester y Putnam experimentaron precipitaciones de hasta cinco centímetros por hora durante el fin de semana, dijo la gobernadora.
«Con zonas del estado bajo aviso de inundaciones repentinas, animo a los neoyorquinos a que permanezcan vigilantes y controlen las condiciones meteorológicas», dijo la Sra. Hochul el domingo. «Mi administración está trabajando incansablemente para garantizar que estamos preparados para cualquier impacto meteorológico adicional durante este periodo de tiempo».
Las graves inundaciones de Nueva York de la semana pasada provocaron la muerte de una mujer de 43 años, identificada por la policía como Pamela Nugent.
La policía dijo que la Sra. Nugent murió mientras intentaba escapar de la inundación en su casa del condado de Orange —a unas 65 millas al norte de la ciudad de Nueva York— con su perro, cuando fue arrastrada por las rápidas aguas.
En otros lugares durante el fin de semana, las inundaciones repentinas en el condado de Bucks, Pensilvania, mataron a cinco personas el sábado, según informaron las autoridades.
La policía sigue buscando a una niña de 2 años y a su hermano de 9 meses que, al parecer, venían de Charleston (Carolina del Sur) con su familia cuando se vieron atrapados por las inundaciones.
Su padre y su hermano pequeño sobrevivieron «milagrosamente» al incidente, mientras que su madre fue hallada muerta, declaró el domingo el jefe de bomberos de Upper Makefield, Tim Brewer.
«Mientras intentaban escapar de las feroces agua, el padre tomó a su hijo de 4 años, mientras que la madre y la abuela cogieron a los otros dos niños, de 9 meses y 2 años», declaró a los medios de comunicación locales. «Sin embargo, la abuela, la madre y los dos niños fueron arrastrados por las aguas», dijo Brewer.
«Seguimos buscando a los dos niños. No vamos a rendirnos», añadió.
Otras cuatro personas también murieron a causa de las inundaciones en el condado de Bucks, según las autoridades.
Mientras partes de Estados Unidos eran azotadas por lluvias torrenciales y tormentas durante el fin de semana, una serie de estados, entre ellos Florida —donde se produjeron la mayoría de los recientes retrasos de vuelos— así como Nevada y Texas, estaban bajo alerta por calor a última hora del lunes, según Heat.gov.
Calor «que bate récords»
Según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés), se espera que el calor «que bate récords» continúe esta semana por Arizona, Colorado, Nuevo México, Utah y Texas hasta la parte baja del valle del Mississippi y el sur de Florida.
«Las máximas diurnas llegarán a los tres dígitos en el Suroeste Desértico y Texas», dijo el NWS en un boletín del martes. «La Costa del Golfo y el Medio Sur pueden esperar máximas diurnas superiores a los 90 que coincidirán con puntos de rocío agobiantemente altos, lo que dará lugar a índices de calor sofocante de entre 40 y 46 grados Celsius [105-115F]».
«Las temperaturas mínimas diarias seguirán siendo bastante cálidas, batiendo récords de mínimas diarias cálidas en algunas zonas, lo que permitirá un alivio mínimo del calor durante la noche», añadía.
También se mantiene una amplia zona de avisos y advertencias de calor excesivo en el suroeste, las Llanuras del Sur, el oeste y el centro de la Costa del Golfo y partes del sur de Florida.
Sin embargo, se vislumbra un ligero alivio para el noreste y el Atlántico medio que, gracias al paso de un frente frío, verán condiciones menos bochornosas el miércoles.
«Hacia el oeste, un par de frentes fríos proporcionarán al Medio Oeste y a los Grandes Lagos temperaturas más frescas de lo normal», dijo el NWS, aunque «algunas localidades del Alto Medio Oeste tendrán dificultades para salir de los 70 para las máximas del martes».
En medio del aumento de las temperaturas, las autoridades sanitarias están advirtiendo a los estadounidenses que tomen precauciones, como llevar ropa ligera y holgada y beber mucho líquido, al tiempo que aconsejan a la gente que permanezca dentro de edificios con aire acondicionado en la medida de lo posible, incluidos centros comerciales o bibliotecas públicas.
La semana pasada, las autoridades de Texas confirmaron la primera muerte relacionada con la ola de calor, tras fallecer un hombre de 67 años en el suroeste de Houston. Según los reportes, el hombre no tenía aire acondicionado en su casa.
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