En las salas de COVID-19 de Israel casi el 60 por ciento de los 514 pacientes del país, hospitalizados con síntomas graves o críticos del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), están completamente vacunados, según un informe dado a conocer el 16 de agosto.
Las cifras se dieron a conocer mientras los médicos están aprendiendo continuamente qué pacientes vacunados son más vulnerables a la enfermedad. Actualmente la comunidad médica está cada vez más preocupada por los casos de infecciones posvacunación.
«Hay muchas infecciones posvacunación que están predominando, la mayoría de los pacientes hospitalizados están realmente vacunados», dijo Uri Shalit, bioinformático del Instituto de Tecnología de Israel, según informó la revista Science.
Para la mayoría de los pacientes que experimentan infecciones posvacunación, alrededor del 87 por ciento tenían 60 años o más y recibieron dos dosis de la vacuna hace cerca cinco meses. Los hallazgos muestran que los «casos posvacunación» no son un evento raro.
Noa Eliakim-Raz, jefa de la sala COVID-19 del Centro Médico Rabin, en Petach Tikva, dijo que la mayoría de los pacientes vacunados hospitalizados no estaban sanos, eran sedentarios y antes de contagiarse requerían de cuidados médicos.
Israel se encuentra entre los países con niveles de vacunación más altos del mundo, con 5,4 millones de personas, o el 78 por ciento de los mayores de 12 años, completamente vacunados. La gran mayoría recibió la vacuna de Pfizer. Sin embargo, el país muestra una de las tasas de contagios más altas del mundo, lo que podría ser un signo de que la inmunidad que ofrecen las vacunas ha disminuido a medida que se propaga la variante Delta del virus del PCCh.
Los nuevos casos en Israel han experimentado un aumento constante desde mediados de julio.
La Dra. Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., dijo durante una rueda de prensa el 18 de agosto que tres estudios recientes muestran que la eficacia de las vacunas anti-COVID disminuye con el tiempo. Aunque la protección contra un evento extremo como la muerte o la hospitalización aún funciona, este tipo de protección ha ido disminuyendo con el tiempo.
«Aunque nuestras vacunas están funcionando bien a la hora de prevenir las hospitalizaciones, estamos observando pruebas preocupantes de que la eficacia de la vacuna disminuye con el tiempo y frente a la variante Delta», dijo Walensky.
Teniendo en cuenta la cantidad de israelíes que están completamente vacunados, la propagación de la variante Delta y los casos posvacunación, ahora se ha convertido en el centro de un debate mundial si los países altamente vacunados deberían administrar dosis de refuerzo de vacunas anti-COVID y a qué gente.
Israel comenzó a ofrecer dosis de refuerzo a personas de 60 años o más en julio y desde entonces ha ampliado esa elegibilidad. Otros países, incluidos Francia y Alemania, hasta ahora han limitado sus planes de refuerzo a los ancianos y a las personas con sistemas inmunológicos débiles.
Las autoridades estadounidenses dijeron que su plan de refuerzo es para enfrentar la disminución de la protección contra las enfermedades graves, incluso entre los adultos jóvenes. Las dosis de refuerzo estarán disponibles para todos los estadounidenses a partir de septiembre.
«Estamos observando a otros países con atención y nos preocupa lo que está ocurriendo en Israel, en donde las infecciones se están presentando gradualmente entre las personas vacunadas», dijo Walensky durante la sesión informativa del 18 de agosto, explicando por qué los funcionarios federales ahora recomiendan que las vacunas de refuerzo se administren a los estadounidenses ocho meses después de haber sido vacunados con las dosis de Pfizer o Moderna.
Con información de Reuters.
De NTD News.
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