España suma cada día pequeños focos de contagio del virus del PCCh, comúnmente conocido como nuevo coronavirus, cuando se cumple una semana del fin del estado de alarma y comenzaran a intensificarse las relaciones sociales y familiares, los desplazamientos por todo el territorio y la vida al aire libre.
No obstante, la epidemia sigue controlada, según el Ministerio de Sanidad, que notificó este sábado tres fallecidos más en un día, hasta 28,341 en total, y 191 contagiados nuevos, con 248,469 casos diagnosticados hasta ahora.
Después de tres meses y medio, el país vive el primer fin de semana completo de libertad absoluta de circulación entre municipios, provincias y regiones, con las fronteras reabiertas parcialmente, tiempo caluroso en gran parte y a punto de iniciarse las vacaciones de verano, la temporada turística más importante del año.
Son dos días seguidos de descanso laboral que muchos aprovechan para trasladarse a cientos de kilómetros con el ansia de reencontrarse con familiares y amigos, disfrutar de segundas residencias y lugares de esparcimiento. Y con ello crece el riesgo de que el virus también «viaje» y aumenten las infecciones.
La mayor movilidad se notó tanto el viernes como hoy en una gran intensidad del tránsito de automóviles en la salida de algunas grandes ciudades.
En los destinos costeros, muy demandados en esta época por españoles y extranjeros, los ayuntamientos impusieron normas de uso de las playas para limitar el contacto social y evitar el contagio, aunque no siempre respetadas por el público.
El jefe del Ejecutivo, el socialista Pedro Sánchez, pidió hoy «disfrutar de la normalidad recuperada», pero sin «bajar la guardia» pues ni la epidemia ni la COVID-19 son algo pasado y es necesaria la cautela hasta que haya vacuna o remedio terapéutico. España aportará 10 millones de euros más, hasta 135, a la campaña mundial de donación de fondos para acelerar la lucha contra el virus del PCCh.
Muy atentos a los brotes
En esta situación, las autoridades sanitarias se mantienen vigilantes y preocupadas por las celebraciones y las aglomeraciones públicas sin guardar la distancia interpersonal mínima de un metro y medio ni llevar mascarilla, obligatoria en tal caso, y reclaman responsabilidad en las relaciones sociales, sobre todo de adolescentes y jóvenes.
También se afanan en detectar de manera temprana cualquier nuevo punto de transmisión, rastrear el origen, localizar y aislar a los contagiados rápidamente para impedir que la enfermedad pueda causar otra grave crisis sanitaria en España, uno de los países más perjudicados por la pandemia.
El departamento de Salud de la región de Cataluña (noreste), una de las más afectadas de España, se prepara para una eventual segunda ola de la epidemia en septiembre de «una cierta intensidad».
Uno de los focos más importantes en este momento, pero «controlado», es el de los 89 contagiados en un centro de acogida de Cruz Roja en Málaga (región de Andalucía, sur).
«Brotes como éste los vamos a tener con frecuencia» a medida que aumente el movimiento de personas, vaticinó hoy el presidente regional andaluz, Juan Manuel Moreno, en unas declaraciones radiofónicas.
En cuatro comarcas de Aragón (noreste) continúa activo el otro brote más importante, con unos 300 casos positivos.
Turismo sí, pero seguro
El estado de alarma, declarado el 14 de marzo, duró prácticamente cien días en España, hasta el sábado pasado. El Gobierno impuso restricciones muy severas de movimiento de la población y de las actividades socieconómicas para frenar la infección, con innumerables empresas cerradas temporalmente, muchas del importantísimo sector turístico.
Miles de personas se concentraron hoy en varias ciudades españolas convocadas por los sindicatos principales para reclamar una «reconstrucción social», tras el duro impacto económico y laboral de la epidemia, basada en el pacto político y no la confrontación entre partidos.
En el caso del turismo, representaba el 12.3 % del PIB nacional y el 12.7 % del empleo (2.45 millones de trabajadores) antes dela crisis. España recibió 83.7 millones de viajeros extranjeros en 2019.
Sin embargo, el cierre temporal de hoteles, bares, restaurantes, comercios, locales de ocio y empresas de transporte generó pérdidas multimillonarias. Un millón de trabajadores del sector se acogieron a expedientes de regulación temporal de empleo.
El Gobierno ha emprendido campañas nacionales e internacionales para presentar a España como un destino seguro, pero con el reto de detectar en los aeropuertos la llegada de personas contagiadas.
También las cadenas hoteleras buscan reforzar la percepción de seguridad en sus instalaciones, con el apoyo de certificadoras internacionales, y completan su oferta con servicios médicos novedosos.
En algunos casos son las propias compañías de seguros las que ofertan este tipo de coberturas por sí mismas y en otros, son los hoteles los que han buscado alianzas con aseguradoras de salud para dar este nuevo servicio.
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