El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, afirmó el 21 de mayo que los republicanos y el presidente Joe Biden pueden encontrar «puntos comunes» sobre el techo de la deuda a pesar de los persistentes desacuerdos «filosóficos».
Al parecer, McCarthy y Biden volvieron a hablar del asunto cuando este regresaba a casa en el Air Force One tras la Cumbre del G7 celebrada en Hiroshima, Japón.
McCarthy dijo a los periodistas en el Capitolio de EE. UU. que la conversación había sido «productiva» y que la discusión continuaría en la tarde del 21 de mayo.
«Yo creo que podemos resolver algunos de estos problemas si él entiende lo que estamos viendo», dijo McCarthy refiriéndose al presidente Biden. «Pero he sido muy claro con él desde el principio. Nosotros tenemos que gastar menos dinero del que gastamos el año pasado».
Pero a pesar de este optimismo, McCarthy dijo que «no hay acuerdo en nada».
Ese mismo día, Biden volvió a lanzar una idea que circula desde hace tiempo entre los demócratas: que el presidente podría utilizar una cláusula de la 14ª Enmienda para elevar unilateralmente el techo de la deuda sin autorización del Congreso.
El presidente dijo que la Casa Blanca estaba estudiando la legalidad y viabilidad de la medida, lo que indica que aún no está convencido de que pueda alcanzarse un acuerdo.
Durante su conferencia de prensa del 21 de mayo, el presidente acusó a los republicanos de «posiciones extremas» añadiendo que «es hora de que los republicanos acepten que no se puede llegar a un acuerdo solo, únicamente, en sus términos partidistas».
Todos los líderes implicados en las negociaciones han insistido en que Estados Unidos no incurrirá en un impago.
Durante meses, republicanos y demócratas han estado estancados en torno al techo de la deuda, que es la cantidad máxima de dinero que el Tesoro estadounidense puede pedir prestado. Un aumento del techo de la deuda requiere la aprobación de ambas cámaras del Congreso. Sin un aumento del techo de la deuda, Estados Unidos entraría en suspensión de pagos por primera vez en la historia, un resultado que tendría efectos catastróficos sobre el valor del dólar.
Los republicanos, bajo el liderazgo de McCarthy, exigieron recortes del gasto para acordar un aumento del techo de la deuda, alegando la necesidad de tener bajo control el déficit y la deuda nacional de Estados Unidos, que actualmente supera los 31.4 billones de dólares. Para lograr este fin, la propuesta de los republicanos recortaría el gasto en torno a un 22%.
Estos recortes incluyen requisitos laborales más estrictos para la cobertura de Medicaid y las prestaciones de los cupones de alimentos. Otras exigencias republicanas incluyen una mayor seguridad fronteriza y la derogación de la financiación que podría permitir al IRS contratar hasta 87,000 nuevos agentes fiscales.
Los líderes demócratas han calificado estas propuestas de «inaceptables» y han presionado para que se apruebe un aumento «limpio» del techo de la deuda, sin recortes de gastos ni otras disposiciones.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, afirmó que Estados Unidos podría entrar en suspensión de pagos el 1 de junio si no se avanza en el aumento del techo de la deuda. «Yo creo que este es un plazo arduo», dijo el 21 de mayo.
Durante meses, Biden se negó a negociar con los republicanos sobre el techo de la deuda. Esto cambió después de que McCarthy acorralara a la dividida bancada republicana para que respaldara la Ley de Limitación, Ahorro y Crecimiento, un proyecto de ley que eleva el techo de la deuda pero recorta el gasto.
La presión sobre este asunto también ha llegado desde el Senado, donde la mayoría de la bancada republicana ha planteado las mismas exigencias.
Un grupo de 43 senadores, entre ellos el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell (R-Ky.) y liderado por el senador Mike Lee (R-Utah), escribió una carta exigiendo reformas sustanciales a cambio de un aumento del techo de la deuda. El grupo estuvo de acuerdo con las demandas de McCarthy.
«No votaremos a favor de ningún proyecto de ley que eleve el techo de la deuda sin reformas sustanciales del gasto y el presupuesto», escribieron los senadores.
La coalición cuenta con votos suficientes para desbaratar cualquier acuerdo en el Senado que no contenga recortes del gasto.
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