Durante años, la dieta mediterránea destaca por sus efectos beneficiosos para estimular el cerebro, ayudar a preservar las capacidades cognitivas y reducir el riesgo de demencia. Pero una nueva investigación sugiere que el aceite de oliva podría ser la clave de esos beneficios mentales.
La evidencia más reciente
En un estudio reciente que investiga la relación entre la dieta y la muerte relacionada con la demencia, publicado en el Journal of the American Medical Association, los investigadores analizaron las dietas y los resultados de salud de más de 92 mil adultos estadounidenses.
Los participantes informaron sobre sus hábitos alimentarios, incluida la ingesta de aceite de oliva, cada cuatro años durante 28 años. Luego, los investigadores clasificaron a los participantes según su consumo diario de aceite de oliva: Nunca o menos de una vez al mes, hasta 4.5 gramos, entre 4.6 y 7 gramos, o más de 7 gramos. Durante el período del estudio, se registraron 4751 muertes relacionadas con la demencia.
Los hallazgos sugieren que, independientemente de la predisposición genética y la calidad general de la dieta, aquellos que incluyeron al menos siete gramos (media cucharadita) de aceite de oliva por día redujeron su riesgo de muerte relacionada con la demencia en un 28 por ciento en comparación con los participantes que informaron que nunca o rara vez incluían aceite de oliva en su dieta.
Además, reemplazar incluso una cucharadita, o 5 gramos, de margarina y mayonesa con la misma cantidad de aceite de oliva por día se relacionó con una reducción del 8 al 14 por ciento en el riesgo de muerte por demencia.
«Nuestro estudio refuerza las pautas dietéticas que recomiendan aceites vegetales como el aceite de oliva y sugiere que estas recomendaciones no sólo apoyan la salud del corazón sino también potencialmente la salud del cerebro», dijo Anne-Julie Tessier, becaria postdoctoral en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard y coautor del estudio, dijo en un comunicado de prensa. «Optar por el aceite de oliva, un producto natural, en lugar de grasas como la margarina y la mayonesa comercial es una opción segura y puede reducir el riesgo de demencia mortal», añadió.
Sin embargo, este es un estudio observacional, por lo que no prueba que el aceite de oliva haya causado la reducción del riesgo de demencia mortal. Se necesita más investigación, como ensayos controlados aleatorios, para confirmar no sólo los efectos sino también la cantidad óptima de aceite de oliva necesaria para ver estos beneficios, señaló la Sra. Tessier.
Propiedades del aceite de oliva relacionadas con una mejor salud cerebral
Los resultados de esta investigación respaldan otros hallazgos que apuntan a los beneficios para la salud de usar aceite de oliva en lugar de grasas no saludables, dijo a The Epoch Times Amy Pendleton Kay, dietista registrada de Top Nutrition Coaching.
El aceite de oliva extra virgen contiene una combinación de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, de las cuales hasta un 80 por ciento es ácido oleico monoinsaturado , antiinflamatorio y antioxidante. Esto es importante ya que la inflamación prolongada se asocia con enfermedades cardíacas y deterioro cognitivo, según la Sra. Kay. «Se cree que la inflamación puede provocar la acumulación de placa en el cerebro, lo que se asocia con la demencia», dijo.
Las grasas saturadas se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y pueden afectar negativamente la salud y la cognición del cerebro al causar inflamación, aumentar el estrés oxidativo y alterar la barrera hematoencefálica, según una investigación, que también muestra que las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas «se ha asociado con una mejor salud», según la Sra. Kay.
Aunque los aceites son esencialmente grasas, no todas las grasas son iguales, añadió. «Algunos aceites y grasas son más saludables que otros y tienen impactos diferentes en nuestra salud», señaló. Las grasas saturadas deben limitarse, e incluso los aceites de origen vegetal como el de coco y el de palma tienen relativamente más grasas saturadas en comparación con la mayoría de los otros aceites de origen vegetal, dijo la Sra. Kay.
Sin embargo, existe un debate creciente sobre si las grasas saturadas realmente aumentan nuestro riesgo de enfermedad cardiovascular y afecciones asociadas. Algunos expertos sostienen que la investigación sobre esta asociación está desactualizada y hallazgos más recientes sugieren que el efecto de las grasas saturadas sobre el aumento del colesterol LDL es mucho menor de lo que se creía anteriormente.
Aceites alternativos para la salud cerebral
Si bien el aceite de oliva ha sido ampliamente investigado, los estudios continúan explorando cómo las diferentes grasas y aceites afectan la salud del cerebro.
El aceite de aguacate, con un perfil de grasa similar al del aceite de oliva extra virgen, podría ofrecer beneficios comparables. Un estudio de 2014 encontró que el aceite de aguacate mejoró los marcadores de riesgo cardiovascular en ratas alimentadas con una dieta alta en azúcar. La mala salud cardiovascular se relaciona con problemas cognitivos.
El aceite de palma también ha demostrado importantes beneficios para la salud, y un estudio destaca sus fuertes efectos antioxidantes. Los antioxidantes pueden proteger las células cerebrales del estrés oxidativo y prevenir el daño celular. El estrés oxidativo puede perjudicar la neurogénesis, la generación de nuevas neuronas en el cerebro, dañando la función cognitiva. Al igual que el aceite de oliva, el aceite de palma es rico en ácido oleico antioxidante.
Según una investigación, el aceite de coco ha demostrado beneficios neuroprotectores, incluido el alivio del estrés oxidativo, la reducción de la neuroinflamación y la mejora de la función mitocondrial .
«El aceite de oliva debería incluirse como parte de una dieta general sana, como la Dieta Mediterránea», dijo la Sra. Kay, y agregó que se necesita más investigación para «sacar conclusiones definitivas» sobre el efecto del aceite de oliva en la prevención y el tratamiento de enfermedades.
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