Un médico de Texas está dando la voz de alarma en contra de la sustracción forzada de órganos llevada a cabo por el régimen comunista chino.
El Dr. Howard Monsour, quien fue uno de los primeros médicos involucrados en los trasplantes de hígado en Estados Unidos durante la década de 1980, testificó el mes pasado en el Senado de Texas apoyando una resolución que condena la «práctica vil de extraer por la fuerza órganos humanos para trasplantes». La resolución fue adoptada unánimemente por el Senado estatal el 15 de abril.
Hace una década, Monsour tuvo un paciente que desarrolló un cáncer de hígado que se había extendido demasiado para que pudiera ser sometido a una cirugía de trasplante. Varios hospitales de trasplantes en Texas lo rechazaron. Pero una persona de origen chino cercana al hombre le dijo que podía recibir un trasplante de hígado por USD 88,000 en China. En contra del consejo de Monsour, el hombre fue a China y se sometió a una cirugía de trasplante de hígado. Terminó falleciendo del cáncer ocho meses después.
Monsour, que en ese momento no sabía acerca de la sustracción forzada de órganos, ahora sospecha que el hígado provenía de órganos sustraídos sin consideraciones éticas en China porque el proceso de trasplante “sucedió demasiado rápido”, le dijo a NTD, una compañía asociada a The Epoch Times.
Mientras que los pacientes en Estados Unidos y en otros países suelen esperar meses o incluso años para recibir un trasplante de órgano, los tiempos de espera en China son mucho más cortos y pueden ser de tan solo dos semanas.
Estos tiempos inusualmente cortos, combinados con otras pruebas, llevaron a un tribunal popular independiente en 2019 a concluir que el régimen chino ha estado sustrayendo a la fuerza órganos de presos de conciencia vivos a una «escala significativa». El tribunal descubrió que la principal fuente de órganos han sido los practicantes de Falun Gong encarcelados.
Durante más de dos décadas, el régimen ha detenido a millones de seguidores de Falun Gong como parte de una gran represión dirigida a erradicar la práctica espiritual que había ganado una popularidad significativa en China durante la década de 1990.
Si Monsour lo hubiera sabido, dijo que le habría advertido al paciente sobre las prácticas de trasplante poco éticas llevadas a cabo en China.
«A todos nos gusta pensar que somos individuos morales, pero cuando nos enfrentamos a la muerte, ya sabes, intentaremos cualquier cosa», dijo. «Realmente tenemos que proteger a nuestra gente para que no se acerque y haga esto, y realmente tenemos que castigar a las personas que participan en esto».
Monsour, ahora especialista en gastroenterología en Lakeside Physicians Express Care, con sede en Granbury, ha hablado con muchos profesionales médicos sobre la espeluznante práctica durante el último año.
Muchos no se dan cuenta de lo que está sucediendo y se sorprenden cuando se enteran de ello, porque «suena como una película de terror», dijo Monsour.
«Ese será el desafío, hacer que la gente crea esto, porque suena muy horrible», agregó.
Los estadounidenses, señaló el médico, están algo aislados de las atrocidades perpetradas en todo el mundo, por lo que cuando se encuentran con tales cosas, pueden resultarles difíciles de creer.
Parte de esta incredulidad se debe a la falta de conciencia que hay sobre el Partido Comunista Chino (PCCh), un régimen que representa el mayor desafío para Estados Unidos en los próximos años, dijo Monsour.
“Tenemos que entender la mentalidad detrás de un gobierno que detiene a personas inocentes, las mata y les roba sus órganos”, dijo. «Eso dice lo que realmente es ese gobierno… Obviamente no hay moral allí».
Monsour espera que la comunidad médica y de trasplantes pueda tomar medidas para intentar frenar la sustracción forzada de órganos.
Los médicos “hacen un juramento para no causar daño a sus pacientes”, dijo.
“Nosotros… juramos tener altos estándares éticos. Así que pienso y espero que mis colegas médicos y médicos de trasplantes comiencen a involucrarse, para tratar de trabajar con el fin de resolver este problema y detener esta práctica”.
La resolución alienta a la comunidad médica de Texas a desaconsejar a sus pacientes los viajes a China para los trasplantes de órganos. También insta al gobierno federal y al Congreso a prohibir que las compañías médicas y farmacéuticas estadounidenses colaboren con firmas chinas vinculadas con la sustracción forzada de órganos. El proyecto de ley debe ser considerado en la Cámara de Representantes de Texas.
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