Mientras aún luchan contra el virus del PCCh, los médicos italianos de Bérgamo, la ciudad más afectada, dicen que debe haber un cambio de enfoque en la atención médica durante una pandemia.
En un artículo publicado en el New England Journal of Medicine Catalyst, 13 médicos que trabajan en el Hospital Papa Giovanni XXIII están pidiendo un cambio de la atención centrada en el paciente, ya que el COVID-19 continúa abrumando el sistema de salud del país.
«Las soluciones para COVID-19 son necesarias para toda la población, no solo para los hospitales», escribieron los médicos. Para manejar mejor la próxima pandemia, se debe adoptar una «atención centrada en la comunidad».
La atención centrada en la comunidad implica una red de organizaciones de salud, gubernamentales, educativas y comunitarias que trabajan juntas para atender las necesidades de salud de una comunidad.
Esto difiere del modelo centrado en el paciente, en el que los pacientes son los principales encargados de tomar decisiones con respecto a sus necesidades de atención médica y tratamiento, y los médicos solo están allí para aconsejar, informar y apoyar.
La situación actual en Bérgamo es «pésima ya que operamos muy por encima de nuestro nivel normal de atención», escribieron los médicos. “Pero la situación en los alrededores es aún peor. La mayoría de los hospitales están superpoblados, cerca del colapso, mientras que los medicamentos, los ventiladores mecánicos, el oxígeno y el equipo de protección personal no están disponibles».
Bérgamo, una ciudad del norte de Italia con una población de 122,000 habitantes, ha visto 27,206 casos y 3456 muertes por el virus del PCCh, aproximadamente la mitad del total de muertes en el país hasta el 25 de marzo.
La Gran Época se refiere al nuevo coronavirus, que causa la enfermedad COVID-19, como el virus del PCCh porque el encubrimiento y la mala gestión del Partido Comunista Chino permitieron que el virus se extendiera por toda China y creara una pandemia global.
«Necesitamos desesperadamente tanto enfermeras como médicos, junto con ventiladores y dispositivos de protección», dijo Stefano Faguioli, jefe del departamento del Hospital Papa Giovanni, en un vídeo de YouTube. «Y si usted es del personal de salud, es más que bienvenido a unirse a nosotros para combatir el coronavirus».
Según el sindicato Anaao Assomed para gerentes médicos, más de 5000 trabajadores de la salud en Italia han sido infectados con el virus del PCCh debido, en parte, a la escasez de equipo de protección personal (PPE).
Walter de Caro, presidente de la Asociación Italiana de Enfermeras, dijo en un comunicado de prensa (pdf) que «en la mayoría de los casos, las enfermeras y los médicos se ven obligados a usar máscaras que han pasado su uso efectivo, y en algunos hospitales del centro y sur de Italia, el personal no tiene EPP en absoluto».
La alta tasa de infecciones entre los trabajadores de la salud en Italia ha ejercido una presión adicional sobre el personal que ya está agotado y con exceso de trabajo. Las personas infectadas deben quedarse en casa durante 14 días.
Los médicos de Bérgamo escriben que una atención centrada en la comunidad con servicios de extensión como atención domiciliaria y clínicas móviles ayudaría a «evitar movimientos innecesarios y liberar presión de los hospitales», así como a administrar oxímetros de pulso, oxigenoterapia y alimentos a quienes están levemente enfermos o en recuperación en casa. El uso de telesalud también debería aprovecharse.
“Este brote es más que un fenómeno de cuidados intensivos, más bien es una crisis de salud pública y humanitaria. Requiere científicos sociales, epidemiólogos, expertos en logística, psicólogos y trabajadores sociales. Necesitamos urgentemente agencias humanitarias que reconozcan la importancia del compromiso local”.
Durante dos días, parecía esperanzador que la epidemia comenzara a disminuir en Italia, ya que el número de muertos disminuyó de 651 el 22 de marzo a 601 al día siguiente. Sin embargo, el 24 de marzo el país registró el segundo mayor número de muertes, 743, desde que el brote se hizo evidente en febrero.
Hospitales de Nueva York ahora sienten la tensión
En Estados Unidos, Nueva York ha estado encerrada desde el 22 de marzo, después de que el gobernador Cuomo hizo un llamado para que los trabajadores no esenciales se queden en casa. Hasta la fecha se han confirmado más de 30,000 casos y más de 285 personas han muerto.
El personal de los hospitales en Nueva York comienza a sentirse agotado, a medida que los casos de COVID-19 continúan aumentando y más personas son hospitalizadas.
El Director de Calidad y Subdirector Médico de Northwell Health, Mark Jarrett, MD, dijo a The Epoch Times: «Todas nuestras políticas se han construido sobre el concepto de proteger al personal de la mejor manera posible, con los recursos con los que contamos».
Cualquier flujo de trabajo que pueda exponer a los trabajadores de la salud a un desperdicio de recursos no va a seguir en este momento. «Entonces, queremos ver cómo podemos optimizar el flujo de trabajo en un momento en que nuestra principal preocupación es mantener la seguridad y el cuidado de nuestros pacientes», dijo Jarret.
Al igual que los hospitales en otros estados, las instalaciones de Northwell Health están preocupadas por si habrá suficientes suministros médicos y EPP dentro de varias semanas.
«No hemos tenido un exceso de oferta de máscaras, pero hemos tenido suficientes máscaras que cumplen con nuestros criterios», dijo Jarret. “Sin embargo, nos preocupamos especialmente por algunos equipos específicos como los ventiladores. Si esto no comienza a disminuir o a reducirse, entonces vamos tener que abarcar las cosas más allá de lo que podemos hacer con nuestros equipos».
«Estamos evaluando nuevamente qué cosas podemos hacer para multiplicar nuestros suministros. Se ha hecho antes y todos lo estamos haciendo ahora.
«Ha habido informes que hablan del uso de ventiladores para varios pacientes juntos», dijo. «Hay maneras de hacerlo y de esa manera puedes expandir tus suministros».
Jarret dijo que en estos momentos estresantes el » programa de asistencia al empleado en [la] unidad de salud mental» se ofrece para apoyar al personal.
Para ayudar a aliviar la presión sobre los hospitales que luchan contra el virus del PCCh, el USNS Comfort se ha desplegado en la ciudad de Nueva York. El barco hospitalario de 1000 camas se centrará en el tratamiento de pacientes que no tengan el virus.
Según el presidente y CEO de 3M, Mike Roman, el 22 de marzo la compañía envió 500,000 respiradores N95 a Nueva York y Seattle.
Personas de todo el país se ofrecen como voluntarios para coser máscaras protectoras que sirvan en los hospitales con escasez de EPP, en medio de la pandemia. Mientras tanto, algunas destilerías como Old Forester y Lexington Brewing & Distilling están usando su alcohol para hacer desinfectantes de manos libres para aquellos que trabajan en las líneas del frente.
El desinfectante de manos con al menos un 60 por ciento de alcohol solo debe usarse cuando no haya agua y jabón disponibles para prevenir la transmisión del virus del PCCh. El jabón y el agua son los más efectivos para limpiar las partículas de virus.
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