La continua negativa de los farmacéuticos de todo el país a surtir las recetas de controvertidos medicamentos para el COVID ha planteado cuestiones sobre la autonomía médica y sobre quién tiene en última instancia el control de la atención al paciente, según una destacada médica.
La Dra. Mary Talley Bowden, médica y fundadora de la Coalición por la Libertad Sanitaria, declaró a The Epoch Times que muchos farmacéuticos de todo el país siguen negándose a despachar las recetas de ivermectina expedidas a los pacientes para el tratamiento del COVID, a pesar de las declaraciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) en las que afirma ese derecho a los médicos.
«Esto tiene que acabar. Al decir a mis pacientes a qué medicamentos pueden acceder y a cuáles no, tenemos de hecho un gran grupo de farmacéuticos que ejercen la medicina sin licencia», afirmó la Dra. Bowden. «No tienen que rendir cuentas por ello y, sin embargo, se les permite dictar la atención al paciente».
«Lo veo todos los días. Ya basta», añadió el Dr. Bowden.
La ivermectina existe desde hace décadas, pero se convirtió en el centro de la controversia en 2020, después de que la opinión médica se dividiera sobre su eficacia como tratamiento del COVID. A raíz de ello, muchos farmacéuticos se negaron a surtir recetas del medicamento.
En 2023, la cuestión había llegado a los tribunales, cuando el 8 de agosto una abogada representante de la FDA confirmó que los médicos eran libres de recetar ivermectina para tratar el COVID.
«La FDA reconoce explícitamente que los médicos tienen autoridad para recetar ivermectina para tratar el COVID», declaró Ashley Cheung Honold, abogada del Departamento de Justicia que representa a la FDA, ante el Tribunal de Apelación del 5º Circuito de EE. UU.
La abogada del gobierno hizo esta declaración en defensa de los repetidos llamamientos de la FDA para que la gente no tome ivermectina para el COVID. El 21 de agosto de 2021, la FDA escribió en X, antes conocido como Twitter: «No eres un caballo. No eres una vaca. En serio. Basta ya».
El 17 de agosto, la FDA emitió una aclaración, esta vez afirmando que, aunque había aprobado la ivermectina para determinados usos en humanos y animales, no había emitido ninguna declaración afirmando la seguridad o eficacia del fármaco para tratar el COVID. Sin embargo, la agencia volvió a afirmar que quedaría a criterio de cada médico prescribir o no el medicamento para el tratamiento del COVID.
«Por lo general, los profesionales sanitarios pueden optar por recetar un medicamento humano aprobado para un uso no aprobado cuando consideren que el uso no aprobado es médicamente apropiado para un paciente concreto», afirmó la FDA.
Las directrices de tratamiento del COVID-19 de los Institutos Nacionales de Salud desaconsejan el uso de la ivermectina para el tratamiento del COVID, citando una supuesta falta de pruebas que respalden su eficacia. Otros estudios han descubierto que la ivermectina es eficaz.
El Dr. Bowden, que es uno de los tres demandantes en el caso, esperaba que el reconocimiento de la FDA hubiera puesto fin a las objeciones en el mostrador de la farmacia. Sin embargo, a principios de esta semana se denegó el servicio a otro de los pacientes que había estado tratando. Para complicar la situación, la paciente era anciana y no podía acceder fácilmente a otras opciones, y en el tiempo que tardó en encontrar una farmacia que atendiera la receta la salud de la paciente empezó a deteriorarse, según la Dra. Bowden.
«Es difícil de creer, pero los farmacéuticos siguen bloqueando estos medicamentos que pueden salvar vidas», dijo el Dr. Bowden. «El farmacéutico no habló con el paciente y no sabrá si vive o muere, aunque tenía el control de su atención».
El Dr. Bowden cree que en la mayoría de los casos los propios farmacéuticos no son los culpables, y que a menudo cumplen órdenes de la dirección de la empresa. Sin embargo, afirma haber visto ejemplos en los que los farmacéuticos impedían a sus pacientes obtener su medicación como consecuencia de su propia «agenda personal».
«Es una barbaridad. Hubiera pensado que ya habíamos superado esto, pero sigue ocurriendo», dijo la Dra. Bowden.
Si no se pone freno a este nuevo poder, podría conducir a una pendiente resbaladiza que merme los derechos de los pacientes, según la Dra. Bowden.
«Antes del COVID, nunca había visto a un farmacéutico rechazar una receta. Es un fenómeno nuevo y tiene que acabar. Esto va más allá de su función y es una tendencia peligrosa», afirmó el Dr. Bowden.
El senador Ron Johnson (R-Wis.), cree que la denegación generalizada de ivermectina podría haber provocado incontables muertes por COVID.
«Los médicos con los que he tratado y hablado durante años creen que probablemente cientos de miles de estadounidenses perdieron la vida porque se les negó un tratamiento temprano y se les negó porque la FDA saboteó, por ejemplo, la ivermectina», declaró el Sr. Johnson a FOX News el 11 de agosto.
«Vamos por un camino muy peligroso, pero es un camino trazado y planificado por un grupo de élite que quiere tomar el control total de nuestras vidas, y eso es lo que están haciendo poco a poco», añadió.
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