El fiscal general de Oklahoma ha comunicado a los médicos de todo el estado que pueden recetar ivermectina o hidroxicloroquina para tratar la COVID-19, y que no se enfrentarán a procedimientos disciplinarios por hacerlo.
En una declaración publicada el martes, el fiscal general John O’Connor dijo que no había encontrado «ninguna base legal» para que la junta estatal de licencias médicas disciplinara a un médico autorizado por «ejercer su buen juicio» y «recetar de forma segura» los medicamentos.
Ni la ivermectina ni la hidroxicloroquina han sido aprobadas para su uso en el tratamiento de la COVID-19 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA), pero O’Connor dejó claro que los médicos no se enfrentarían a sanciones si prescriben cualquiera de los dos fármacos con el propósito no indicado de tratar a un paciente con COVID-19.
«Apoyo a los médicos que creen que lo mejor para sus pacientes es recibir ivermectina e hidroxicloroquina», dijo O’Connor. «Nuestros profesionales de la atención médica deben tener todas las herramientas disponibles para combatir la COVID-19. La seguridad pública lo exige. Los médicos que recetan medicamentos y se ajustan a la ley no deben temer una acción disciplinaria por recetar dichos medicamentos».
La oficina del fiscal general añadió que «mantiene que las decisiones de atención médica adecuadas deben tomarse entre un paciente y su médico, y el gobierno no debe interferir en su relación».
Tanto la ivermectina como la hidroxicloroquina han sido fármacos muy controvertidos que han causado división durante la pandemia.
La ivermectina, un fármaco antiparasitario, ha sido utilizada por la Organización Mundial de la Salud durante más de 30 años para tratar ciertas infecciones, así como piojos y afecciones de la piel. La FDA no ha aprobado su uso para el tratamiento de la COVID-19 y advierte que los datos actuales no demuestran que sea eficaz contra el virus.
Tomar grandes dosis de ivermectina puede ser peligroso.
Sin embargo, según la FDA, se están realizando ensayos clínicos que evalúan el fármaco para la prevención o el tratamiento de la COVID-19 en personas.
A pesar de la advertencia de las autoridades sanitarias de EE. UU., la totalidad o parte de 22 países de todo el mundo han aprobado el uso de la ivermectina en el tratamiento de la COVID-19, basándose en múltiples estudios.
Japón aún no la ha aprobado para el tratamiento de la COVID-19, pero un conglomerado japonés descubrió el mes pasado, basándose en investigaciones de laboratorio, que la ivermectina tenía un efecto antiviral sobre la variante ómicron del virus en estudios in vitro.
La empresa farmacéutica también está llevando a cabo actualmente un ensayo clínico de fase 3 del fármaco para ver si es eficaz en el tratamiento de los pacientes de COVID-19.
La empresa afirmó que la ivermectina tiene el «mismo efecto antiviral» en todas las «cepas mutantes», incluidas la alfa, la delta y la ómicron, y que actúa suprimiendo la invasión del virus e inhibiendo su replicación.
«[La ivermectina] se espera que se aplique como fármaco terapéutico (pastilla) para todas las nuevas enfermedades infecciosas por coronavirus», decía el informe.
Hace unas semanas, varios legisladores de la asamblea legislativa del estado de Iowa presentaron una medida que permitiría utilizar la ivermectina para tratar a los pacientes gravemente enfermos de COVID-19 que están conectados a respiradores.
La FDA también advierte que no se debe utilizar el fármaco antipalúdico hidroxicloroquina o cloroquina como tratamiento de la COVID-19 fuera de un entorno hospitalario debido a los riesgos de que aumenten los problemas de ritmo cardíaco y otros problemas de seguridad.
La hidroxicloroquina cobró protagonismo pero también ha sido objeto de un gran escrutinio después de que el expresidente Donald Trump dijera que la tomaba como profiláctico.
Un estudio publicado en el American Journal of Medicine el 1 de enero descubrió que la hidroxicloroquina ayudaba a reducir la mortalidad en el tratamiento temprano de la COVID-19.
Sin embargo, tanto la FDA como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han desaconsejado el uso de la hidroxicloroquina para la COVID-19.
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