Durante más de dos semanas se ha llevado a cabo en China una campaña, respaldada por el estado, para boicotear a las marcas de moda occidentales que, por preocupaciones sobre el trabajo forzado, se han negado a usar el algodón de Xinjiang. Los canales de televisión y las plataformas de streaming han estado difuminando los logos de las marcas occidentales en sus programas.
Desde finales de marzo, los programas de entretenimiento en China han censurado, de forma preventiva o bajo la directiva del gobierno, los logotipos de marcas occidentales como Adidas, Nike, Puma, Burberry, H&M, Uniqlo, Calvin Klein y Converse en la ropa que llevan los concursantes que bailan, cantan y hacen monólogos.
La edición de muchos programas se ha retrasado considerablemente y las imágenes borrosas han sido ridiculizadas por los internautas tanto en China como en el extranjero.
Los editores difuminaron todos los logotipos que aparecían en las personas, de la cabeza a los pies, creando un efecto cómico involuntario. Algunos artistas parecían bailar en las nubes.
Algunos internautas se solidarizaron con el personal de postproducción, al que se le pidió que trabajara muchas horas para difuminar los logotipos en todos los contenidos. Otros señalaron la cantidad de trabajo que se crearía durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing si los editores tuvieran que difuminar todos los logotipos de la ropa de los atletas internacionales, atletas que serán patrocinados por muchas de las marcas que han perdido el apoyo de Beijing.
Desde que los medios de comunicación, controlados por el régimen chino, comenzaron la campaña, celebridades simpatizantes del régimen, incluidas algunas de Hong Kong y Taiwán, se han unido a los esfuerzos del Partido Comunista para mostrar su apoyo al algodón de Xinjiang. La campaña de los medios chinos ha provocado la indignación pública de una parte de la población china contra Occidente, impulsando a estos consumidores chinos a boicotear las marcas occidentales.
Sin embargo, la oficina de deportes, los equipos y los atletas de China han guardado silencio sobre el tema, ya que están patrocinados por muchas marcas deportivas internacionales.
La campaña ha sido condenada por el Departamento de Estado de EE.UU.
La producción de algodón en la región de Xinjiang, noroeste de China, se realiza con trabajo forzado de las minorías uigures, según acusaciones. Es una de las violaciones de derechos humanos cometidas contra el grupo minoritario por el régimen comunista chino, junto con los campos de «reeducación» y otras medidas que, de acuerdo con Estados Unidos, equivalen a genocidio.
EE.UU. y los países europeos han impuesto sanciones a las agencias gubernamentales chinas e individuos relacionados con las violaciones de derechos humanos, mientras que compañías internacionales han hecho publicaciones que anuncian el boicot a cualquier algodón de Xinjiang sobre el que no se pueda garantizar que no esté relacionado con trabajos forzados.
En represalia, el régimen chino impuso sanciones a legisladores y académicos estadounidenses y europeos.
Mientras tanto, China ha negado las acusaciones de abusos a los derechos humanos en Xinjiang y ha lanzado una campaña de propaganda a través de sus diplomáticos, los medios de comunicación estatales en el extranjero de la CGTN y plataformas de redes sociales internacionales.
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