México se está preparando para recibir a sus ciudadanos que han estado viviendo ilegalmente en Estados Unidos, con funcionarios del gobierno planeando abrir nuevos albergues para dar cabida a la afluencia prevista de deportados.
Unos 25 refugios, cada uno con capacidad para albergar hasta 500 personas, estarán operativos en todo el país para el 20 de enero, cuando el presidente electo Donald Trump asuma el cargo, según la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda.
La gobernadora dijo en una conferencia de prensa el 23 de diciembre que seis de esos refugios se instalarán en Tijuana, la ciudad más grande de su estado y a sólo 32 kilómetros al sur de San Diego, mientras que otros dos se abrirán en Mexicali, la capital del estado.
«Creemos que esta vez [Trump] será más estricto y duro en materia de deportaciones, y estamos trabajando para estar listos para recibir a nuestros migrantes», dijo la gobernadora.
El anuncio se produce después de las recientes conversaciones entre la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y los gobernadores de los cinco estados fronterizos del norte de México sobre las estrategias para hacer frente a las deportaciones masivas prometidas por la administración entrante de Trump.
«Ya hemos tenido dos reuniones con la Secretaria de Gobernación», dijo a la prensa. «Todos los gobernadores de la frontera norte [de México con Estados Unidos] estamos trabajando en un plan en el que se crearán 25 albergues».
Destacó que los nuevos albergues atenderán exclusivamente a los ciudadanos de México.
«Estos albergues están diseñados para repatriados que vienen de norte a sur y que son mexicanos, no extranjeros», dijo. «Esto debe quedar muy claro: los mexicanos serán bienvenidos de regreso a su país. Aquí los recibiremos y respetaremos sus derechos humanos».
Según la gobernadora, los albergues estarán organizados para garantizar la seguridad y el orden, con instalaciones específicas designadas para diferentes grupos.
«Familias enteras serán alojadas en un albergue, otro será para mujeres que viajan solas, otro para hombres solos, otro para adolescentes no acompañados y otro para niños no acompañados», dijo.
Se espera que los deportados sólo permanezcan brevemente en los albergues antes de ser trasladados a sus ciudades de origen. Ávila señaló que su estado trabajará con las autoridades federales mexicanas y otros estados para esa tarea.
Detener la inmigración ilegal fue uno de los pilares de la campaña presidencial de Trump, quien ha prometido iniciar «el mayor programa de deportación masiva» en la historia del país a partir de su primer día de regreso a la Casa Blanca.
No hay muchos detalles sobre cómo se ejecutará la operación. Trump ha sugerido desplegar recursos militares para lograr los objetivos.
Tom Homan, nuevo zar de fronteras de Trump y ex director en funciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ha dicho que la nueva administración podría dar prioridad a la deportación de personas que supongan una amenaza para la seguridad pública y nacional, como las que tienen antecedentes penales, antes de pasar a otras con órdenes de expulsión emitidas por los tribunales.
Al abordar la cuestión de las familias con estatus mixto —como los niños nacidos en EE. UU. con padres inmigrantes ilegales—, Roman ha sugerido que podrían ser necesarias instalaciones transitorias o centros de reinserción.
«Pueden… quedarse en casa y esperar a que los agentes hagan los preparativos del viaje y vuelvan a buscar a la familia», dijo.
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