Secuestros, robo, extorsiones, trata de personas: La cara oscura del sueño americano

La activista mexicana Gladys Cañas relata la difícil situación de los migrantes en la frontera sur de EE. UU.

Por Estela Hernandez
27 de diciembre de 2024 9:27 AM Actualizado: 27 de diciembre de 2024 9:27 AM

Millones de migrantes cruzaron la frontera sur de Estados Unidos en los últimos 4 años, cerca de 6 millones, según un reporte, fueron registrados como solicitantes de asilo o de otras protecciones migratorias en el país. No obstante, llegar a territorio norteamericano no fue una jornada fácil, Gladys Cañas activista y presidenta de “Ayudándolos a Triunfar”, nos cuenta la cruda historia por la que deben atravesar muchos migrantes para alcanzar el anhelado “sueño americano”.

En entrevista exclusiva con The Epoch Times en Español, la Sra. Cañas compartió la complicada situación de la que ha sido testigo al trabajar de primera mano con los migrantes que llegan a Matamoros, Tamaulipas al norte de México, ciudad que hace frontera con la ciudad de Brownsville, Texas.

“Nuestra manera de trabajar, de acuerdo al comportamiento de la migración, va cambiando y vamos teniendo que buscar otros apoyos y abrir otros caminos para poderlos ayudar siempre de forma legal”, asegura la activista.

“Siempre insistimos que la única manera de entrar a Estados Unidos es de forma legal y actualmente, y en honor a la verdad, la aplicación de CBP One que se utiliza para generar una cita de las personas que quieren solicitar su asilo, ha sido una forma de controlar la migración irregular. Ha sido un éxito en ese sentido”, agregó.

Cañas, quien tiene 13 años trabajando con su asociación con la población migrante que llega a la zona de Matamoros, ha podido ser testigo de los cambios que ha sufrido la migración que llega a la región, según lo que se atraviese tanto en Estados Unidos como en los países de origen de estos migrantes.

“Nosotros recibíamos la migración que venía del sur, transmigrantes, o sea que utilizaban esta frontera para lograr su finalidad, que era llegar hacia Estados Unidos y por lo general lo hacían de forma irregular. Y en el 2018 vemos este fenómeno migratorio que se dio de personas extranjeras de esperar en los puentes, llegar a los puentes”, relata Cañas.

“Recuerdo que las nacionalidades al principio eran cubanos, después venezolanos, después centroamericanos y después mexicanos que empezaron a llegar, y preguntábamos si era en busca de asilo”.

El inmigrante venezolano Louis Sánchez abraza a su hija Nilfa después de que su familia cruzó el río Bravo desde México el 27 de septiembre de 2023 en Eagle Pass, Texas. (John Moore/Getty Images)

Para la activista, el 2018 —año en que se encontraba la administración Trump-Pence—, fue un parteaguas en el trabajo que hacía en su asociación para ayudar a los migrantes.

“Desde ese 2018 fue apoyarlos incluso al principio, en su estadía… después de forma legal ver de qué manera ellos podían entrar de forma legal a Estados Unidos”.

“Hicimos sinergia con abogados de Estados Unidos para que pudieran dar esa teoría y mediante unos enlaces nosotros pudimos lograr que algunas personas pudieran entrar a través del apoyo de esos abogados”.

La activista está completamente convencida de que la única manera que la gente debe entrar a Estados Unidos es por la vía legal, sin embargo ha sido testigo de la desesperación de los migrantes que después de haber atravesado diversos países y habiendo agotado sus recursos, no logran conseguir una forma legal de entrar al país y se ven orillados a tomar otras opciones que incluso los llega a poner como víctimas del crimen organizado.

“El esperar tanto tiempo en una frontera que desconocen, el entorno que desconocen, el estar ya sin recursos… Recordemos que los de Venezuela tiene que pasar siete países y en los siete países pasan una cantidad de situaciones, experiencias difíciles donde ellos tienen que también tener un presupuesto para comida, hoteles y lo que venga”, detalló.

“Y también un presupuesto para ir dando dinero a las personas que los van dejando, autoridades; puedo decir que los van dejando pasar a cambio de un favor económico, entonces ya es parte del presupuesto también del migrante ir dando ese tipo de dinero, entonces cuando llegan a la frontera ya vienen sin recursos, vienen hambrientos, vienen cansados, vienen desconociendo el entorno, la sociedad, el lugar donde van a estar esperando, sin trabajo, sin un lugar donde vivir”.

Una madre inmigrante de Colombia abraza a su esposo e hija tras viajar durante 20 días y cruzar por un hueco en la barrera fronteriza entre EE.UU. y México el 20 de mayo de 2022 en Yuma, Arizona.(Mario Tama/Getty Images)

Esta situación deja mucho más vulnerables a los migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos por lo que los deja más volubles ante los encuentros con criminales.

“Muchas veces las personas les venden un sueño americano muy bonito porque algunas personas les conviene hacerlo…. Y otros porque la información se va desvirtuando, distorsionando ya cuando llega al migrante y es una información realmente equivocada”.

“El sueño americano es realmente difícil, no tiene ese tal sueño, no hay tal esperanza, porque realmente es un sacrificio. Tienen que pasar una serie de situaciones como secuestros, robo, extorsiones, trata de personas, trata laboral e incluso hasta la pérdida de la vida. Accidentes, accidentes que dejan secuelas para toda su vida”.

“Entonces, ese es el sueño americano que les venden. No es tal realmente. No se dan cuenta de la realidad de todo lo que tienen que pasar desde que salen de su lugar de origen hasta llegar acá, y todavía es llegar a Estados Unidos. Y es luchar también con el entorno, con el idioma, reinsertarse a la vida laboral y volver a aprender todo lo de la sociedad o donde viven, todo lo que tienen que reaprender y todo el sacrificio que tienen que hacer para tener un trabajo”.

Cañas ha vivido y escuchado de primera mano el testimonio de los migrantes que al llegar a Estados Unidos trabajan “incansablemente para salir adelante”, no obstante, el extremo esfuerzo llega a afectar tanto al migrante que se encuentra fuera de su país, como a quien se queda en casa a esperarlos.

“Entonces el sueño americano se torna difícil, se torna, vulnerable, se torna triste, estresante porque la familia que dejaron en su lugar de origen, que es su fortaleza, también se empieza a cansar, de seguir apoyando emocionalmente, de seguir apoyando incluso hasta económicamente”, reflexionó.

“Y se empiezan a cansar ambos lados. La desintegración familiar que hay, que es muy visible en la migración, afecta también a la familia… Vemos que realmente reciben una información distorsionada de lo que es la realidad de las personas que migran”.

Reflexionando acerca del tema migratorio, a principios de este año el senador demócrata John Fetterman dijo que la afluencia masiva de inmigrantes ilegales está destruyendo el sueño americano.

«Nosotros queremos proporcionar el sueño americano a cualquier inmigrante, pero parece muy difícil cuando se tienen a 300,000 personas apareciendo en la frontera», expresó el senador.

Datos recopilados por el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP) muestran que los encuentros con inmigrantes ilegales en la frontera sur terrestre aumentaron drásticamente tras la toma de posesión del presidente Biden en 2021.

Había alrededor de 70,000 encuentros cada mes cuando el presidente Donald Trump dejó la Casa Blanca. Después de eso, sin embargo, el número aumentó rápida y constantemente. Solo en noviembre de 2023, se produjeron más de 242,000 encuentros en la frontera terrestre sur.

El sueño americano inalcanzable para el ciudadano promedio

En la Convención Nacional Republicana realizada a mediados de año, líderes empresariales y estadounidenses pronunciaron discursos en los que se pronunciaron sentidas remembranzas personales sobre la consecución del sueño americano e historias en las que se argumentaba que la prosperidad lograda por uno mismo es un sueño que se desvanece para la mayoría de los estadounidenses, debido a los problemas financieros.

Algunos oradores pusieron en duda la posibilidad de alcanzar el sueño americano en este contexto.

Linda Fornos, que emigró de Nicaragua hace 60 años, dijo que había encontrado el éxito, pero que era difícil recuperarse tras perder su casa en un incendio en 2022. «La vida es demasiado dura ahora mismo», dijo la Sra. Fornos. «Uno de mis hijos tiene tres trabajos y el otro mantiene dos. Eso hace seis trabajos para tres personas, sólo para sobrevivir».

El representante Byron Donalds, de Florida, contó cómo su madre se sacrificó para darle de niño una educación en un colegio privado, pero más tarde se vio obligada a aceptar la ayuda pública debido a la pérdida de un empleo.

«Mi madre y mi abuela se sacrificaron para que yo pudiera labrarme un futuro de éxito mediante el compromiso con los logros académicos y el trabajo duro», afirma Donalds. Pero para muchos niños de hoy, «ese sueño se ha esfumado».

Con información de Allen Zhong y Lawrence Wilson

Siga a Estela Hernández en X: @HGLauraEstela


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