El Gobierno mexicano ha permitido la salida de extranjeros detenidos en las estancias y estaciones migratorias ante la emergencia sanitaria del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, afirmó este domingo el Instituto Nacional de Migración (INM).
Por ahora solo quedan 106 migrantes en los 65 albergues y estaciones migratorias que opera el INM en el país, aseguró la dependencia en un comunicado, mientras que en marzo alojaban a 3759 personas de una capacidad total de 8524 espacios.
El INM precisó que consiguió el retorno de 3653 centroamericanos por tierra a Guatemala y vía aérea a Honduras y El Salvador.
«Se instruye la salida inmediata de personas extranjeras albergadas en estancias y estaciones migratorias en acato a las medidas sanitarias. Atiende INM las medidas cautelares y observaciones hechas por la CNDH (Comisión Nacional de Derechos Humanos) a favor de la población migrante», aseveró el boletín.
La preocupación por los migrantes en México ha crecido entre organizaciones civiles y organismos internacionales desde el brote del COVID-19, que ha causado 13,842 contagios y 1305 muertes en el país, lo que el Gobierno considera la máxima fase de la epidemia.
La ONU y Amnistía Internacional (AI), en dos posicionamientos distintos, expresaron este jueves su preocupación por la falta de protecciones sanitarias en los centros migratorios.
Ahora, el INM «implementó la salida de algunas personas migrantes alojadas» en las estaciones migratorias y estancias provisionales, con base en las recomendaciones de las autoridades mexicanas y de organismos internacionales, aseveró en el comunicado.
La dependencia sostuvo que la «medida de evaluar dar salida» a los migrantes se atendió «de manera continua» desde el pasado 21 de marzo.
«El INM retomó las políticas emitidas por las distintas agencias de la Organización de las Naciones Unidas en materia de seguridad humana que establecen medidas que pongan a salvo la salud, integridad y vida de la población que se encuentra en causales de riesgo inminente», manifestó.
Apenas el lunes pasado, el Gobierno estatal de Tamaulipas, fronterizo en el noreste de México, reportó un total de 16 migrantes con COVID-19 deportados de Estados Unidos, entre extranjeros y mexicanos.
Más de 40 organizaciones civiles mexicanas presentaron un amparo la semana pasada ante el Poder Judicial por la discriminación que padecen los detenidos en las estaciones y estancias temporales del INM.
El canciller Marcelo Ebrard admitió el 20 de marzo que México recibirá a los migrantes que Estados Unidos devuelva de inmediato, una cifra que él estima es de 1.250 migrantes diarios, de los que la gran mayoría serían mexicanos y apenas unos 125 centroamericanos.
En medio de la crisis, han ocurrido motines en estaciones migratorias, como un incendio en la estación de Tenosique, en el fronterizo estado sureño de Tabasco, que el 31 de marzo dejó cuatro heridos y un fallecido, un solicitante de asilo proveniente de Guatemala.
Días después, un hecho similar sucedió en la frontera norte, donde seis personas resultaron heridas tras incendiarse un centro migratorio de Piedras Negras, Coahuila, donde 163 personas esperaban su repatriación, retrasada por la pandemia.
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