A medida que se acumulan las caravanas en Honduras, los migrantes están aumentando a un «ritmo preocupante» en la frontera sur de Estados Unidos, según Matthew Hudak, jefe de patrulla de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) del sector de Laredo en Texas. Él advierte que la inmigración es solo una parte de la amenaza junto con el riesgo de pandemia para la salud y otros delitos a lo largo de la frontera.
“Como todo el mundo, estamos rastreando la formación de estas caravanas en Centroamérica”, dijo Hudak. El sector de Laredo es uno de los nueve sectores de la CBP a lo largo de la frontera sur. Contiene unas 135 millas de la frontera internacional con México.
El 8 de enero, el comisionado interino de la CBP, Mark A. Morgan, emitió una declaración sobre posibles caravanas de migrantes: «No pierdan su tiempo y dinero, y no pongan en riesgo su seguridad y salud». Según Hudak, el sector de Laredo no ha visto una reducción de migrantes en respuesta a la declaración. La CBP ha realizado más de 30,000 arrestos en este año fiscal, un aumento del 50 por ciento con respecto al mismo período del año pasado. Hudak agregó que otros sectores en la frontera sur identifican tendencias similares. El año fiscal del gobierno de Estados Unidos comienza el 1 de octubre. Hudak calificó el aumento del 50 por ciento como «una tasa bastante preocupante».
Hudak le dijo a The Epoch Times que algunas partes de la caravana de 9000 migrantes se dirigirán a la frontera sur. Parte del grupo fue detenido en Guatemala el 16 de enero. Dependiendo del ritmo y los medios con los que viajen estos migrantes, el tiempo de llegada a la frontera entre Estados Unidos y México puede ser de unos días a unas semanas. Hasta el 21 de enero, aún no ha visto un aumento dramático de migrantes que indique la llegada de caravanas a la frontera sur.
Hudak dijo que el tráfico de personas generalmente se logra con sistemas compartidos con el contrabando de drogas y armas de fuego, y las tarifas que se cobran a los migrantes alimentan a las organizaciones criminales más grandes. Por lo tanto, él ve una amenaza más significativa: «Puede que estemos hablando de una parte, que es la inmigración, pero es parte de una empresa criminal mucho más grande».
Él atribuyó la tendencia de aumento de migrantes a la economía de Estados Unidos y a los mejores sistemas de salud, especialmente durante la pandemia. El tiempo también juega un papel. “Hemos visto cómo la economía de este país vuelve a encaminarse y continúa expandiéndose. Esa es siempre una fuerza motriz de personas que vienen de esta manera en busca de trabajo. Hemos realizado entrevistas en las que obtenemos esa información de que hay un sentido de la oportunidad, que ahora es el momento de intentar hacer ese viaje aquí a los EE. UU”.
Teresa De la Garza, representante de inmigración acreditada por el Departamento de Justicia (DOJ) de Catholic Social Services en Laredo, Texas, pasó por un proceso de 11 años para convertirse en estadounidense. Al crecer en la frontera, ella solía ir a una escuela internacional en Texas y volver a casa en México todos los días. Dijo que parte del entusiasmo de los migrantes se debe más a un cambio de presidente que a cambios en las políticas de inmigración.
Ella consideró el entusiasmo poco realista. “Algunas de las políticas que han cambiado en los últimos cuatro años no se pueden revertir tan pronto como llegue otro presidente. Eso tomará tiempo”. En su opinión, la nueva administración necesitará más de cuatro años para realizar cambios significativos en la política de inmigración.
De la Garza está actualmente ocupada con muchas citas hasta marzo para entrevistar a los solicitantes del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). El programa es para inmigrantes ilegales que fueron traídos a los Estados antes de cumplir los 16 años. Un memorando presidencial del 20 de enero restableció el programa después de que el Departamento de Seguridad Nacional suspendiera el programa para su revisión el año pasado.
Las comunidades locales no quieren que lleguen migrantes debido a problemas de salud relacionados con la pandemia, según De la Garza. Hace apenas una semana, la CBP interceptó a 114 migrantes en un camión. La mayoría de ellos no llevaba equipo de protección personal.
Según Hudak, los principales desafíos a corto plazo son proteger la seguridad nacional y la fuerza laboral durante la pandemia y mantenerse al día con la evolución de las tácticas de los cárteles y las organizaciones de contrabando, incluido el uso de más vehículos en movimiento que grandes camiones de remolque.
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