Opinión
El triunfo de Javier Milei ha significado una conmoción política para Argentina, pero también representa algunas lecciones especialmente para América Latina en lo que se refiere a la vigencia y permanencia de los populismos de izquierda en el sub continente.
Queda claro, como en aquella victoria de Bolsonaro contra Lula Da Silva, que la izquierda en el poder puede ser derrotada si funciona el sistema democrático. Las versiones de un posterior fraude electoral para evitar la reelección de Bolsonaro no es por ahora el tema.
El triunfo aplastante de Milei por un 12 por ciento de ventaja respecto a su rival Massa, demuestra que a pesar de que el 40 por ciento de los argentinos subsiste en la pobreza gracias a las ayudas de los programas sociales del peronismo-kirchnerismo —o por ello mismo—, el desastre de una economía con 140 por ciento de inflación y una contracción de 33 por ciento fue determinante para el resultado de estas elecciones presidenciales.
Aunado lo anterior a una corrupción de los políticos gobernantes que tiene a la expresidenta Cristina Kirchner a las puertas de la cárcel, Milei tuvo el suficiente sustento para un discurso radical que propuso acciones determinantes que cambien el modelo político económico, buscando así revivir las viejas glorias argentinas que el populismo izquierdista de raigambre peronista enterró aunque ahora la mayor parte del electorado piensa no fue para siempre.
En México —que cuenta con una colonia argentina—, el ascenso al poder de Milei generó un gran interés en medios políticos y periodísticos; también en las redes sociales donde hubo fuertes polémicas entre quienes festejaban el triunfo de un Milei de palabra exaltada y propuestas de soluciones duras y quienes lamentaban que hubiera ganado un “loco”, un “ultraderechista” y hablaron de que “comienza una larga noche para Argentina”.
Y es que durante su paso por México en la reunión de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), donde participaron de manera presencial o por Zoom personajes como Donald Trump, Eduardo Verástegui, Santiago Abascal, Ted Cruz, Steve Bannon, y otras figuras de la nueva derecha conservadora en el mundo, el hoy presidente electo argentino hizo fuertes declaraciones en contra del presidente López Obrador y sus seguidores, a quienes señaló por representar degradación política y social de acuerdo a su punto de vista.
Con motivo de unas declaraciones del presidente López Obrador promoviendo el voto del izquierdista Petro en Colombia, dijo que el actual gobierno mexicano era “repugnante y patético” y sus seguidores unos “resentidos y envidiosos”. Ahora el Presidente mexicano dice que haber elegido a Milei era un “autogol” y no lo felicitó, aunque la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) publicó un comunicado en términos más diplomáticos.
En contraste, la candidata de la hoy llamada Coalición Fuerza y Corazón opositora, felicitó de manera efusiva a Javier Milei por su victoria electoral y señaló que era parte de las decisiones de cambio en el Continente, aunque luego hiciera un deslinde respecto a posturas específicas sostenidas por el hoy Presidente electo de Argentina.
¿Qué lecciones dejan las elecciones argentinas? En primer término que no hay acusaciones de fraude electoral y el candidato oficial aceptó los resultados del conteo de votos; que un candidato opositor radical puede ganar si existe la segunda vuelta que en México el establishment político se niega a instaurar; que en una situación negativa la propaganda o manipulación de masas no sirve; que un candidato opositor necesita ser controversial para generar el apoyo al cambio que representa y propone.
Si bien en México la autonomía del Banco de México ha evitado se dispare la inflación, es un hecho incontrovertible que existen situaciones graves en terrenos esenciales como la salud, la educación y la seguridad públicas, como para convertirse en temas de la campaña opositora, así como la afectación a mujeres y niños por la desaparición que hizo el actual gobierno de programas tales como las estancias infantiles, los comedores comunitarios, las escuelas de tiempo completo, los albergues de mujeres maltratadas, el Seguro Popular, los medicamentos a niños con cáncer o el tamiz neonatal. En el ámbito de la seguridad pública los recortes de presupuesto a estados y municipios es una causa del disparo de violencia y delitos en varias regiones del país, incluyendo las carreteras federales.
Según un estudio del experto electoral, Gabriel González Molina, el electorado se divide en voto duro, Switcher 1 y Switchwer 2. El voto duro del oficialismo morenista es de 21 por ciento mientras que la Oposición tiene 23 por ciento, el S1 es pro AMLO, en un 21 por ciento, lo que hace un 42 por ciento que sería su techo electoral, mientras que el S2 todavía no se decanta por ningún candidato, pero sus características los hacen proclives a un voto opositor pues “exigen mejoras en salud y educación y una estrategia efectiva contra el crimen organizado”. Quieren además una sociedad de oportunidades.
El S1 es quien puede proveer, paradójicamente, de votos a Samuel García de Movimiento Ciudadano, al que se impulsa desde el oficialismo como tercero en discordia para dividir supuestamente a los votos opositores. El candidato independiente, Eduardo Verástegui, identificado con posiciones netamente conservadoras de derecha, tiene cuesta arriba su postulación en el proceso de firmas para registrarse en la contienda.
Así como con Milei las realidades negativas alimentaron su fuerza, es posible que esa lección pudiera ser aprovechada por la candidata opositora mexicana, Xóchitl Gálvez, que hasta ahora ha resistido una campaña negra en su contra que abiertamente se dirige desde el Palacio presidencial.
Las opiniones expresadas en este artículo son opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.
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