Miles de personas desbordaron hoy el centro de Ciudad de México para exigir justicia en la misma fecha en que se cumplen cuatro años de la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa, en el sureño estado de Guerrero.
«Valoramos el esfuerzo de la gente que ha estado con nosotros porque es una demanda importante. Si este movimiento fracasa, ganan los malos», afirmó a Efe Felipe de la Cruz, portavoz de los padres de los desaparecidos al constatar el éxito de la marcha un año más.
La manifestación arrancó poco después de las 16.00 horas (21.00 GMT) desde el Ángel de la Independencia, y transcurrió bajo lluvia a lo largo del céntrico Paseo de la Reforma hasta finalizar en el Zócalo, la plaza principal de la capital mexicana.
Colectivos de estudiantes, maestros y defensores de los derechos humanos, entre otros, desfilaron portando numerosas pancartas y coreando el grito emblemático de esta lucha: «Vivos se los llevaron y vivos los queremos».
En la cabecera de la marcha estuvieron los familiares de las víctimas de esa fatídica noche del 26 de septiembre de 2014, con letreros y camisetas con los rostros de los estudiantes y el lema «Nos faltan 43».
Esta cifra también la recuerda el llamado antimonumento, un gran 43 de color rojo enclavado en un punto neurálgico de la ciudad por el que transitó la manifestación un año más.
Pero también hubo espacio para reivindicar a alrededor de 37.436 personas víctimas de desapariciones forzadas en México, y criticar con dureza la gestión del Gobierno saliente de Enrique Peña Nieto.
Ana Aguilar, estudiante de Derecho, estuvo en la manifestación para «hacer un alto en nombre de nuestros 43 compañeros y miles de desaparecidos, «porque es muy triste y muy injusto»… y «una marcha es lo mínimo que podemos hacer».
En declaraciones a Efe, esta joven que ha participado cada año en la manifestación, reprochó a Peña Nieto su «indiferencia e inclusive grosería» al querer «obstaculizar» las investigaciones sobre los 43 desaparecidos.
A sus críticas se sumó Alberto Vázquez, estudiante de una escuela normal, un centro educativo que forma a maestros de educación primaria como la escuela de Aytozinapa donde estudiaban los 43 desaparecidos.
«La gestión del Gobierno no ha esclarecido absolutamente nada. Ha sido ineficaz y, aunque van de salida, siguen teniendo la culpa», aseguró a Efe este futuro maestro.
Como tantas otras personas, se sumó a la teoría de que fueron policías y elementos del Ejército quienes se llevaron a los estudiantes. «Fue el Estado», resumían muchas pancartas.
La marcha tuvo lugar tras la reunión que en este día mantuvieron los padres de los desaparecidos con el presidente electo de México, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, en quien confiaron la «esperanza» para «alcanzar la verdad» en el caso.
La versión oficial del Ejecutivo federal, conocida como «verdad histórica», sostiene que los jóvenes fueron entregados por policías corruptos al cártel Guerreros Unidos que los asesinó, los incineró en un vertedero y arrojó sus cenizas a un río.
A pesar de que organismos internacionales y expertos extranjeros echaron abajo esta versión apoyados en evidencias científicas, el mismo Peña Nieto todavía hoy sigue insistiendo en su veracidad.
En el encuentro con los padres, López Obrador, que asumirá la Presidencia el 1 de diciembre, se comprometió a instalar una Comisión de la Verdad independiente para seguir investigando el caso, como ordenó un tribunal colegiado el pasado junio
El portavoz de las familias aseguró a Efe durante la manifestación, que la reunión con López Obrador fue «algo significativo», porque el presidente electo «se manifestó de manera diferente» a Peña Nieto.
«Con Peña Nieto se sentía la diferencia entre funcionarios y pueblo. Hoy pareció que la reunión era de pueblo a pueblo», celebró De la Cruz, quien mantiene la «esperanza de que se cumplirán los compromisos adquiridos».
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