La tecnología secreta se mantiene oculta, sin embargo decenas de miles de personas dicen que han sufrido sus efectos nocivos en China.
A través de foros online, muchos afectados comentaron cómo de repente sufrieron síntomas que les alteraron la mente, como escuchar voces o ver imágenes que otros no podían. Ellos creen que las las autoridades chinas los seleccionaron como sujetos de prueba involuntarios de la “tecnología de control mental”.
Los síntomas son similares a los reportados por varios diplomáticos estadounidenses que trabajaron en el consulado de Estados Unidos en la ciudad de Guangzhou, en la provincia china de Guangdong. Dijeron que escucharon sonidos “anormales” y sintieron sensaciones de una fuerte presión atmosférica. Después, mostraron signos de una “lesión cerebral traumática leve”.
Jinnie Lee, portavoz de la Embajada de Estados Unidos en Beijing, dijo en su momento a The Associated Press que un empleado del gobierno de Estados Unidos reportó por primera vez una variedad de síntomas físicos entre finales de 2017 y abril de 2018.
En ese momento, el Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que investigaría el incidente, señalando que era similar a un incidente ocurrido en 2017, cuando unos 40 diplomáticos de la embajada de Estados Unidos en La Habana, Cuba, también informaron que se enfermaron después de escuchar un sonido inusual. Esto provocó ciertas especulaciones de que fueron atacados por un arma sónica o electromagnética.
Los escáneres cerebrales del personal afectado de la embajada de Estados Unidos en Cuba revelaron anormalidades en su tejido cerebral, reportó en julio The Guardian.
Ataques
Una ONG con sede en China, cuyo nombre se traduce en español como “Contra el control técnico oculto”, fue creada para ayudar a las víctimas de tales ataques a presentar demandas contra las autoridades locales.
La edición en chino de La Gran Época entrevistó a varias víctimas y al representante de la ONG, que describió sus experiencias.
Un hombre que usa el apellido de Zhong –para protegerse de las represalias del régimen chino– ha estado organizando a las víctimas para que presenten demandas conjuntas contra 24 gobiernos provinciales desde 2016, además de seis demandas a nivel nacional desde 2017.
Zhong dijo que las víctimas tienen diferentes edades y entornos sociales, educativos y laborales, y provienen de distintas partes de China. Esto lo llevó a creer que cada gobierno provincial está involucrado en sus propias pruebas de “control mental”.
Las víctimas reportaron haber experimentado síntomas similares desde la década de 1980. Durante décadas, las víctimas sintieron sufrimiento mental y físico, y algunos optaron por quitarse la vida como resultado del tormento, pero los tribunales locales se han negado a escuchar los casos de las víctimas. Como resultado, muchos de ellos están confinados en hospitales psiquiátricos.
Zhong dijo que en un intento de silenciarlo, las autoridades chinas también lo obligaron a ingresar en un hospital psiquiátrico.
Li Da, ingeniero y exsubdirector general de Shanghai Taidao Control Engineering Company, dijo que fue víctima de la “tecnología de control mental”. Le dijo a la edición en chino de La Gran Época que a partir de 2015, muchas víctimas se unieron a un foro online, llamado “ Foro Global sobre Control Mental”, para compartir sus experiencias.
Cuando la censura del régimen clausuró el foro en 2017, contaba con más de 70.000 miembros que se registraron con sus nombres reales, información válida de contacto y síntomas padecidos.
Síntomas
Un hombre de Beijing de apellido Wang, exdirector de la división de deportes de un grupo de medios de comunicación chino, dijo a la edición en chino de La Gran Época que cerca de 2016 comenzó a escuchar ruidos extraños cada vez que contestaba su teléfono, incluso durante llamadas telefónicas con su madre en Estados Unidos.
“Siempre escuchaba a una tercera persona que me hablaba [durante las llamadas telefónicas]”, dijo Wang.
Al principio, Wang pensó que su audición le estaba fallando. Fue a ver al médico, quien le dijo que su audición estaba bien.
Con el tiempo, Wang comenzó a escuchar voces. “Todo lo que tenía en mi mente, esa voz era capaz de expresarlo verbalmente. Además, solo yo podía oírlo, y otros no”.
La situación empeoraba cada vez más.
“Te sigue todo el tiempo, como tu sombra. (…) la voz podría llegar a conocer tus pensamientos y recuerdos privados, incluyendo tus debilidades, defectos y malas acciones del pasado. Entonces, él [la voz] se aprovecha de este conocimiento para humillarte, despreciarte y reprocharte, y de llegar al extremo con los ataques verbales”.
Wang intentó averiguar la fuente de eso.
“En un experimento, me quedé dentro de una habitación y utilicé planchas metálicas de impresión de periódicos [que pueden bloquear las ondas electromagnéticas] para cubrir las paredes, el techo y el piso. En esta habitación cerrada, me di cuenta de (…) que la voz perturbadora ya no podía leer mi mente”.
La voz también interfería con su vida diaria.
“Inevitablemente, me quedaba dormido cuando conducía durante más de 10 minutos. No era un sueño profundo, sino un estado de cuasi-sueño, y no tenía absolutamente ningún control sobre él”, dijo Wang. Como consecuencia, estuvo involucrado en cuatro accidentes automovilísticos en menos de un año.
Eso convenció a Wang de que la voz estaba controlada por alguien que realizaba un experimento de “control mental”.
Wang comentó que buscó a un amigo que es un alto funcionario del Partido Comunista Chino. Este amigo le confirmó: “Hay tecnología de control mental, y nuestro gobierno la trata con mucha seriedad”.
Cree que fue seleccionado por las autoridades chinas porque su hermana es una experta en tecnología en Estados Unidos; él se había negado a ceder ante la presión del régimen para que convenciera a su hermana de proveer secretos comerciales a Beijing, afirmó.
Otros que buscaron ayuda con la ONG contaron experiencias similares.
Yao Duojie, exgerente de un hotel de cinco estrellas en la ciudad de Shenzhen, dijo a la edición en chino de La Gran Época que voces extrañas lo habían molestado desde 2007, y también mensajes irritantes y aterradores que aparecían ante sus ojos.
“Lo que sea que pensara, lo que hiciera, lo que viera, la voz lo expresaba verbalmente. Después algún tiempo, también hubo mensajes intimidatorios, diciendo que alguien me iba a matar o arrestar. En una etapa posterior, tan pronto como cerraba los ojos, aparecían imágenes desagradables [en mi mente]. Vivía aterrorizado día tras día. Sentía que mi situación era como la de un enfermo mental”, dijo Yao.
Las palabras de Beijing
Las autoridades chinas han admitido la existencia de dicha tecnología, pero solo para explicar que otros gobiernos han llevado a cabo experimentos relacionados.
“Ya sea que los sujetos de prueba seleccionados en secreto se encuentren en una residencia privada, en un espacio público, en un entorno industrial o en el transporte público y privado, pueden verse afectados por los estímulos químicos y biológicos emitidos por el arma misteriosa”, informó en 2008 la cadena estatal de televisión CCTV de China. “Después de un largo tiempo, los sujetos de la prueba se aislarán de la sociedad y su inmunidad disminuirá, provocando varias enfermedades e incluso la muerte”.
El Diario del Pueblo, portavoz del Partido Comunista Chino, informó en mayo de 2012: “Los soldados que fueron atacados por tales armas tienen un comportamiento alterado y se convierten en ‘zombis’ que pueden ser fácilmente controlados. Se les puede ordenar que apaguen el motor de un tanque”.
El artículo añadió que la tecnología de “control mental” puede hacer que los soldados se maten entre sí.
La tecnología
Hay poca investigación científica sobre este tipo de tecnología. Pero imágenes satelitales confirman que el régimen chino desarrolló instalaciones de prueba de armas de pulso electromagnético (EMP).
En enero, se desclasificó y publicó un estudio del Congreso de Estados Unidos sobre las armas “EMP nucleares” desarrolladas por China, Rusia, Irán y Corea del Norte, lo que ofrece más información al respecto de las armas EMP que pueden inutilizar infraestructura.
Una ONG china publicó en febrero un informe sobre la tecnología de “control mental”, después de que las personas afectadas hicieran sus propias investigaciones.
Un oficial militar con base en la ciudad de Xuzhou, provincia de Jiangsu, que participó en el desarrollo de la tecnología de “control mental”, dijo en junio a la ONG que el régimen chino tiene una máquina “que puede interferir o atacar el cerebro de una persona a miles de kilómetros de distancia. Puede conectar el cerebro de la persona, monitorear su intención, controlar su sistema nervioso autónomo e incluso detener el latido de su corazón”, dijo el oficial.
El estudio de la ONG concluyó que la máquina mencionada por el funcionario probablemente tenía la capacidad de emitir ondas electromagnéticas a las mismas frecuencias que un cerebro humano.
El dispositivo puede emitir una onda electromagnética que imita las frecuencias humanas reales de la persona seleccionada, creando un falso sentimiento o alucinación, o controlando las funciones corporales del sujeto, según el estudio.
Yi Ru colaboró en la elaboración de este artículo.
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