Miles de personas se manifestaron este viernes en Belgrado en una nueva protesta para pedir medidas contra la violencia y la responsabilidad del gobierno, después de que en dos tiroteos murieran 17 personas, ocho de ellos niños en un colegio, la pasada semana en Serbia.
No hay evaluaciones del número de manifestantes, y la agencia de noticias FoNet señala que la columna de ciudadanos en la marcha de protesta es de un kilómetro y medio.
Los manifestantes se reunieron bajo el lema «Serbia contra la violencia» frente al Parlamento, y de allí emprendieron una marcha por el centro de la capital hasta un importante puente y una autopista, una carretera internacional que por un tramo pasa por la ciudad, donde bloquearon el tráfico durante más de una hora.
Marcharon en silencio, interrumpido con gritos «vete» al paso por la sede del presidente de Serbia, Aleksandar Vucic y «dimisiones» al pasar cerca del edificio sede del Gobierno.
El bloqueo de la carretera es una advertencia de la disposición a «bloquear» el país si no se cumplen las exigencias de la protesta, convocada por la oposición parlamentaria proeuropea.
Los participantes en la protesta inundaron la autopista, entre pitidos y gritos «dimisiones» y «vete, Vucic», a pesar de las advertencias policiales de que está prohibido y punible bloquear el tráfico en carreteras internacionales.
El organizador recordó que a finales de 2021 y comienzos de 2022 con las protestas en la misma carretera lograron prohibir la explotación de litio en Serbia, que planeaban las autoridades.
Los manifestantes exigen al Gobierno las dimisiones del ministro del Interior y del director de la Agencia de Información y Seguridad.
Piden cancelar programas de telerrealidad en unas televisiones con cobertura nacional próximas al gobierno, así como su cierre y el de algunos tabloides, por considerar que «promueven el odio y la violencia» con su forma de informar.
Una sesión urgente del Parlamento que también exigieron en la protesta del pasado lunes para analizar la responsabilidad del Gobierno y la situación de la seguridad en el país, así como las medidas para prevenir casos de violencia, ha sido convocada para el próximo día 18.
Las autoridades condenaron las protestas de la oposición por considerarlas como un abuso y politización de la tragedia, y aseguran que no contribuye a la solución del problema.
El pasado día 3, un niño de 13 años mató en un colegio de Belgrado a ocho de sus compañeros y a un guardia de seguridad, e hirió a una profesora y seis alumnos, antes de ser detenido.
Cometió el crimen con una pistola, propiedad de su padre, que tenía licencia para el arma, y al que el menor solía acompañar a prácticas de tiro.
En otro tiroteo, menos de 48 horas después, un joven de 21 años mató a ocho personas e hirió a otras 14 cerca de la localidad de Mladenovac, en el centro del país.
La Policía arrestó a agresor y encontró en su casa armas y abundante munición.
Hasta ahora, los asesinatos masivos habían sido raros en Serbia.
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