Decenas de miles de jóvenes se manifestaron hoy en la Ciudad Universitaria de la capital mexicana para protestar contra la violencia hacia la comunidad estudiantil y condenar la agresiones de los grupos de choque, que dejaron al menos 13 heridos el pasado lunes.
Agrupados en diferentes contingentes, dependiendo de su centro de estudios, la multitudinaria marcha recorrió el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hasta llegar a la Rectoría, donde los alumnos exigieron que el ataque hacia sus compañeros no quede en la impunidad.
«Fuera porros (palabra con la que se nombra coloquialmente a los integrantes de los grupos de choque) de la UNAM», fue uno de los gritos que tomaron el protagonismo en la marcha, en la que también proliferaron las quejas contra el rector de la institución educativa, Enrique Graue.
El pasado lunes, alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco, un centro de educación media superior de la UNAM, fueron agredidos frente a Rectoría mientras llevaban a cabo una protesta para exigir mejoras en la Universidad.
Tres de los heridos fueron hospitalizados en los altercados, en los que se lanzaron cócteles molotov.
En el recorrido de hoy estuvo muy presente el recuerdo de la matanza estudiantil ocurrida en Tlatelolco, de la que se cumplirán 50 años el próximo 2 de octubre.
«68 = 18», «Hoy como hace 50 años seguimos defendiendo nuestras ideas» o «La historia se repite» fueron algunos de los lemas que pudieron leerse en las pancartas.
«Esto se está reproduciendo a razón de lo que vimos en 1968. Seguimos viviendo en un Estado fallido que en lugar del diálogo prefiere la represión», dijo a Efe Emilio Villar, de la Escuela Nacional Preparatoria.
Agregó que las élites de la Universidad emplean a los grupos de choque para continuar con sus «privilegios» y someter a los estudiantes, como presuntamente ocurrió durante la agresión del lunes.
«No queremos que se siga masacrando, maltratando y atacando a las voces que exigimos justicia», argumentó.
Los jóvenes, quienes entonaron en varias ocasiones el cántico distintivo de la UNAM, también reivindicaron otras causas: pidieron justicia para las víctimas de violencia machista y recordaron a los 43 desaparecidos de la escuela de Ayotzinapa.
Tras la agresión del lunes, los estudiantes convocaron una huelga y Graue firmó la expulsión de 18 personas por su presunta participación en los hechos.
A pesar de que esta expulsión fue fruto de la lucha de los alumnos, «no es suficiente y no nos vamos a conformar», clamó por megafonía una de las jóvenes al final de la marcha, antes de denunciar que el Gobierno mexicano ha declarado «la guerra» a la comunidad estudiantil.
Julio, estudiante del CCH Oriente, explicó a Efe que las causas de la «rabia» estudiantil van más allá de lo ocurrido el lunes, porque el ambiente de inseguridad se ha agravado en la Universidad y no se están respetando los derechos de los alumnos, incluido el de la libre expresión.
«No es normal ir a la escuela con el temor de que te pase algo», expresó.
Una de las tragedias más recientes fue la sucedida el 20 de agosto, cuando una estudiante del CCH Oriente fue secuestrada al salir del centro. Al día siguiente, su cuerpo fue encontrado calcinado.
Gabo, estudiante de ese mismo centro, indicó que los propios alumnos han llegado a «normalizar la violencia», y que parece que las autoridades educativas están apostando al miedo para reprimir a los jóvenes, impulsando la actividad de los grupos de choque.
Sin embargo, aseguró, esto no les amedrentará: «No tenemos miedo, no nos vamos a ir; (si) nos tiran una vez nos vamos a volver a levantar».
«Como lo hicieron en el 68, somos los nietos del 68, aquí seguimos y no nos vamos a ir hasta que se respeten nuestros derechos», recalcó el estudiante.
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