El concejo municipal de Minneapolis declaró el viernes una emergencia de salud pública por racismo, dos meses después de la muerte de George Floyd bajo la custodia policial de Minneapolis y las medidas que buscan desfinanciar el departamento de policía de la ciudad.
«El racismo sistémico es una de las mayores amenazas a largo plazo que enfrenta nuestra ciudad y nuestra nación, y los últimos dos meses han dejado esa realidad dolorosamente clara», dijo en un comunicado de prensa el alcalde demócrata Jacob Frey. «Para que Minneapolis sea un lugar donde todos puedan vivir y prosperar, debemos reconocer esta crisis por lo que es y abordar la formulación de políticas con la urgencia que merece».
La resolución (pdf) también afirma que «el racismo tiene varias formas, incluidas las históricas, individuales, sistémicas y que no solo ha continuado hasta nuestros días, sino que se ha institucionalizado para garantizar la concentración de material, poder y recursos en manos de los individuos blancos». La resolución también señaló que Minneapolis se clasifica «como una de las peores regiones por las brechas raciales en la propiedad de vivienda, la pobreza, el ingreso medio y la obtención de un diploma de escuela preparatoria».
La resolución busca disminuir la tasa de encarcelamiento y solo hacer arrestos por «crímenes violentos y graves», «facilitar y desestimar» la fianza en efectivo y proporcionar un «protocolo integral de respuesta rápida a las necesidades inmediatas y el trabajo a largo plazo para abordar las desigualdades sistémicas». El texto de la resolución no decía cómo esas medidas propuestas mejorarían problemas como las brechas en la propiedad de vivienda, los ingresos o el aumento de las tasas de graduación del bachillerato.
La mayor parte del consejo municipal de Minneapolis ya prometió disolver el departamento de policía local y reemplazarlo con un nuevo modelo de seguridad pública, aunque los detalles sobre la nueva agencia no están claros. Frey ha dicho públicamente que él no quiere abolir la fuerza policial de la ciudad.
Y en junio, el Departamento de Derechos Humanos de Minnesota presentó un cargo de discriminación de derechos civiles contra el departamento de policía de la ciudad e investiga las políticas y prácticas del departamento.
Los líderes de la ciudad y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley han dicho que los meses de cierre pandémicos por COVID-19, el aumento del desempleo y las consecuencias de las protestas masivas por el asesinato de George Floyd ayudaron a crear condiciones para un aumento de la delincuencia violenta en Minneapolis. Varios negocios se vieron obligados a cerrar o irse durante las semanas de disturbios, saqueos, incendios provocados y vandalismo en la ciudad.
«Esta fue una tormenta perfecta», dijo el jefe de policía de Milwaukee, Alfonso Morales, según The Wall Street Journal. «Tuvimos una serie de eventos que muchos de nosotros probablemente nunca experimentamos en nuestro tiempo».
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