Hay una estatua de arcilla de un monje loco en el Salón de los 500 Arhats en el Templo Xiyuan en la ciudad de Suzhou. El monje tiene diez defectos: boca torcida, joroba, ojos cruzados, orejas de murciélago, tiña (hongos) del cuero cabelludo, piernas desiguales, manos raquíticas, hombros inclinados, pecho de paloma y nariz torcida. Se le conoce como el “Monje con diez imperfecciones”.Su aspecto es especial, pero no feo. El cinturón alrededor de su cintura parece tan real como un cinturón de tela.
Se dice que el monje loco solía ser un pobre erudito que a menudo criticaba a la corte imperial y condenaba las grandes cuestiones nacionales. Se presentó a los exámenes imperiales varias veces, y sus disertaciones siempre estuvieron llenas de desprecio y burla. Por esa razón, ni siquiera aprobó sus exámenes a nivel de distrito cuando tenía treinta años a pesar de ser un hombre de letras.
Entonces se dio cuenta de que la sociedad estaba perdiendo su brújula moral. Decidió tomar el voto monástico y se convirtió en un monje cocinero en un templo. Se comportaba de una manera trastornada y eventualmente llegó a ser conocido como el monje loco.
Jin Wuzhu, príncipe y general militar de los Jurchen, invadió el sur de China en 1140 durante la dinastía Song (960-1279). En su ataque, empleó la “formación del caballo ajustada” (una formación que rodeaba al enemigo) y los jinetes de la Pagoda de Hierro (en la que la caballería y sus caballos estaban blindados de pies a cabeza). Sin embargo, sus tropas fueron aplastadas por Yue Fei.
Mientras el Canciller Qin Hui de la dinastía Song confabulaba con Jin Wuzhu, convenció al Emperador Song que emitiera doce placas de oro para que Yue Fei regresara del frente de batalla. Pero Yue Fei se negó a declararse culpable de los cargos falsos, incluso después de dos meses de tortura.
Qin Hui estaba en la ventana oriental de su salón intentando pensar en una forma de matar a Yue Fei cuando a su esposa, Lady Wang, se le ocurrió un plan de poner una falsa orden de ejecución dentro de una naranja para dársela al juez que presidía la corte.
En la mañana del primer día del año nuevo lunar, Qin Hui y su esposa estaban ofreciendo oraciones en un templo cuando Qin Hui vio un trozo de papel amarillo en la pared con un poema escrito en él de forma inclinada: “Someterse al tigre es fácil, pero dejarlo ir será difícil. El complot orquestado antes en la ventana oriental golpea la serie de estratagemas. La malvada mujer es terrible al mover su lengua. Petrifica y angustia a un viejo monje como yo”.
Qin Hui estaba estupefacto. Su esposa dirigió la mirada en la misma dirección que él observaba. Para el horror de ambos, se dieron cuenta de que el poema hablaba del Pabellón Fengbo, donde Yue Fei fue asesinado. La pareja se miró fijamente. A Qin Hui le llevó bastante tiempo recuperarse de la conmoción. «¡Esto es indignante!», pronunció.
El abad del templo apareció por casualidad. Qin Hui le gritó: “¿Quién escribió este poema? ¡Encuéntrelo!”.
El abad podía alegar que Qin Hui era alguien de autoridad y que no podía permitir ofenderlo. Él tembló y respondió: “Voy a echar un vistazo”.
El abad regresó pronto con otro monje que tenía un palo y una escoba de bambú en sus manos y cojeaba. Qin Hui y su esposa lo reconocieron. Era el monje que comía carne de perro. Ellos exclamaron: “¡Ya veo, es un monje asqueroso el que escribió ese poema!”.
El monje loco respondió de una manera distante: “Ya veo, es un ingrato el que hace todo este ruido”.
Qin Hui se puso furioso. “¡Toda la carne de perro que comiste se te ha subido a la cabeza! ¡Arrodíllate y muéstrame tu respeto!”.
El monje loco cojeó y señaló hacia sus rodillas. “No puedo. Mis rodillas están sufriendo de quemaduras por congelación”.
Qin Hui se dio cuenta de que el monje loco no era tonto. En cambio, decidió meterse con la sotana andrajosa del monje. “¡Cómo te atreves a venir a mí vestido con harapos! ¿No se comportan los monjes con decoro?”.
El monje se rió. “¿Por qué hablas así cuando estás bien vestido y educado? No me juzgues por mi ropa. Mi apariencia puede ser fea, pero no tengo nada en mi conciencia. Del mismo modo, algunos funcionarios pueden parecer respetables, pero son malvados y sus conciencias los molestan constantemente”.
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