Alain Delon, actor francés de fama internacional que destacó en una amplia gama de personajes, ha fallecido a los 88 años.
Con su atractivo físico y sus tiernos modales, el prolífico actor supo combinar la dureza con una cualidad atractiva y vulnerable que le convirtió en uno de los protagonistas más memorables de Francia.
Delon fue también productor. También actuó en obras de teatro y, más tarde, en televisión.
El presidente francés, Emmanuel Macron, rindió homenaje en X a «un monumento francés».
«Alain Delon ha interpretado papeles legendarios y ha hecho soñar al mundo», escribió. «Melancólico, popular, reservado, era más que una estrella».
Los hijos de Delon anunciaron la muerte el domingo en un comunicado a la agencia de noticias nacional francesa Agence France-Presse, una práctica habitual en Francia. Inmediatamente comenzaron a llover los homenajes a Delon en las plataformas sociales, y todos los principales medios de comunicación franceses se volcaron de lleno en su rica carrera.
A principios de año, su hijo Anthony dijo que a su padre le habían diagnosticado un linfoma de células B, un tipo de cáncer.
Durante el año pasado, el frágil estado de salud de Delon había sido el centro de una disputa familiar sobre su cuidado que dio lugar a agrios intercambios a través de los medios de comunicación entre sus tres hijos.
En el apogeo de su carrera, en los años 60 y 70, Delon fue solicitado por algunos de los directores más importantes del mundo, desde Luchino Visconti a Joseph Losey.
En sus últimos años, Delon se desilusionó con la industria del cine, afirmando que el dinero había matado el sueño. «El dinero, el comercio y la televisión han destrozado la máquina de los sueños», escribió en una edición de 2003 del semanario Le Nouvel Observateur. «Mi cine ha muerto. Y yo también».
Pero siguió trabajando con frecuencia, apareciendo en varios telefilmes a sus 70 años.
La presencia de Delon era inolvidable, ya interpretara a personajes rudos o a protagonistas románticos. Fue aclamado por primera vez en 1960 con «Plein Soleil», dirigida por Réne Clément, una película adaptada del mismo libro que la estadounidense de 1999 «El talentoso señor Ripley».
Hizo varias películas italianas, trabajando, sobre todo, con Visconti en la película de 1961 «Rocco y sus hermanos», en la que Delon interpreta a un abnegado hermano empeñado en ayudar a su pariente. La película ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia.
En 1963, la película de Visconti «Le Guepard» (El Leopardo), protagonizada por Delon, ganó la Palma de Oro, máximo galardón del Festival de Cannes. Otras de sus películas fueron «Arde París», de Clément, con guión de Gore Vidal y Francis Ford Coppola, entre otros; «La Piscine» (Los pecadores), dirigida por Jacques Deray; y, en 1972, «El asesinato de Trotsky», de Losey.
En 1968, Delon empezó a producir películas, 26 de ellas antes de 1990, como parte de un impulso frenético y seguro de sí mismo que mantuvo durante toda su vida.
Su confianza era palpable en su declaración a Femme en 1996: «¡Me gusta que me quieran como me quiero a mí mismo!». Esto reflejaba su carismática personalidad en la pantalla.
Delon siguió cautivando al público durante años. En 2010, apareció en «Un mari de trop» («Un marido de más») y volvió a los escenarios en 2011 con «Un día cualquiera», junto a su hija Anouchka.
La última gran aparición pública de Delon fue para recibir una Palma de Oro honorífica en el Festival de Cannes en mayo de 2019.
El Festival de Cannes expresó el domingo su «tristeza», diciendo en un comunicado que Delon «encarnó el cine francés mucho más allá de sus fronteras».
La Fundación Brigitte Bardot, dedicada a la protección de los animales, rindió homenaje a «un hombre excepcional, un artista inolvidable y un gran amigo de los animales», en un comunicado difundido en las redes sociales. Delon era «un amigo íntimo» de la leyenda del cine francés Brigitte Bardot «que está profundamente entristecida por su fallecimiento», dice el comunicado. «Perdemos a un amigo precioso y a un hombre con un gran corazón».
El productor de cine francés Alain Terzian dijo que Delon era «el último de los gigantes».
«Es una página que se pasa en la historia del cine francés», declaró a la radio France Inter. Terzian, que produjo varias películas dirigidas por Delon, recordó que «cada vez que llegaba a algún sitio… había una especie de respeto casi místico, casi religioso. Era fascinante».
Delon era franco fuera del escenario, sobre todo cuando dijo que lamentaba la abolición de la pena de muerte y criticó el matrimonio homosexual, legalizado en Francia en 2013.
Defendió públicamente al partido conservador francés Frente Nacional y telefoneó a su fundador Jean-Marie Le Pen, un viejo amigo, para felicitarle cuando el partido obtuvo buenos resultados en las elecciones locales de 2014.
Nacido el 8 de noviembre de 1935 en Sceaux, al sur de París, Delon fue colocado en una familia de acogida tras la separación de sus padres cuando tenía 4 años. Después asistió a un internado católico romano.
A los 17 años se alistó en la marina y fue enviado a Indochina. De vuelta a Francia en 1956, tuvo varios trabajos ocasionales, desde camarero a transportista en el mercado de carne de París, antes de dedicarse a la interpretación.
Delon tuvo un hijo, Anthony, en 1964 con su entonces esposa Nathalie Canovas, que actuó junto a él en «El Samurai», de Jean-Pierre Melville, en 1967. Tuvo dos hijos más, Anouchka y Alain-Fabien, con una compañera posterior, Rosalie van Breemen, con la que produjo una canción y un videoclip en 1987.
Delon desempeñó diversas actividades a lo largo de su vida, desde montar una cuadra de caballos de trote hasta desarrollar colonia para hombre y mujer, pasando por relojes, gafas y otros accesorios. También coleccionaba cuadros y esculturas.
Delon anunció el fin de su carrera como actor en 1999, pero ese mismo año siguió actuando en «Les Acteurs» (Los actores), de Bertrand Blier. Más tarde apareció en varios programas policíacos de televisión.
Su buen aspecto le mantenía. En agosto de 2002, Delon declaró a un semanario, L’Humanite Hebdo, que no seguiría en activo si no fuera así.
«Nunca me veréis viejo y feo», dijo cuando ya rozaba los 70 años, “porque me iré antes o me moriré”.
Sin embargo, fue en 2019 cuando Delon encapsuló sus sentimientos sobre el sentido de su vida durante una gala de homenaje en el Festival de Cannes. «Una cosa de la que estoy seguro es que si hay algo de lo que estoy orgulloso, realmente, lo único, es de mi carrera».
Con información de The Associated Press y Reuters.
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