Un técnico chino de 24 años del Grupo Foxconn en el Parque Científico y Tecnológico de Zhejiang Jiashan, en el este de China, murió tras recibir una tercera dosis de la vacuna SinoVac COVID-19 el mes pasado. Los familiares dijeron que sospechaban que la causa de su muerte estaba relacionada con la vacunación.
El técnico apellidado Cheng se graduó en la Universidad de Hunan Shaoyang y empezó a trabajar en la fábrica del Grupo Foxconn en la provincia de Zhejiang en septiembre del año pasado. Este año, la empresa organizó a sus empleados para que se vacunaran. Después de las dos primeras vacunas, la empresa organizó una vacuna de refuerzo que se administraría el 11 de noviembre.
Uno de los familiares de Cheng declaró al diario chino The Epoch Times que, tras la vacunación, no hubo inicialmente ninguna reacción.
«Pero el 14 de noviembre le dijo a su colega: ‘No vayas a ponerte la vacuna de refuerzo, me siento muy incómodo y cansado después de la inyección'», relató el familiar a Cheng.
«El 15 de noviembre, dijo a sus amigos que después de vacunarse estaba ‘muy cansado y muy incómodo’. El 16 de noviembre, buscó muchos informes sobre reacciones adversas a la vacuna en Baidu, el buscador nacional de China, y el registro de búsqueda quedó en su teléfono móvil», dijo el familiar.
Un compañero de habitación de Cheng en la residencia de la empresa relató al diario chino Epoch Times lo ocurrido la mañana del 20 de noviembre, cuando encontró a Cheng tras volver a la residencia después de su turno de noche.
«Lo encontré tumbado en la cama, inmóvil y sin respirar, así que llamé al 120, vino el personal de emergencias y lo envió al hospital para que lo trataran de urgencia. Parece que no surtió efecto», dijo el compañero de habitación. «El médico no sabía la causa de la muerte».
El familiar de Cheng dijo que el joven de 24 años había sido sano, muy fuerte, y no tenía ningún problema de salud preexistente.
El compañero de habitación de Cheng también añadió que Cheng solía gozar de buena salud.
«Desde la vacunación, estaba cansado, tenía dificultades para respirar y se encontraba mal todos los días», dijo.
El familiar describió lo que ocurrió cuando acudieron al hospital.
«Los funcionarios del hospital dijeron que no se atrevían a decir que había un problema con su vacunación», dijo el familiar. «La policía dijo que no es un caso criminal, por lo que no investigará. La gente del departamento de recursos humanos de Foxconn vino y echó un vistazo, pero no dijo nada».
El familiar dijo que la familia quería hacer una autopsia, pero la policía dijo que la familia tenía que solicitarla por sí misma y que tendría que pagar una gran cantidad de dinero por la autopsia. Pero esto era imposible para la familia, dijo el pariente añadiendo: «¿a dónde vamos a ir para conseguir ese dinero?».
El diario chino The Epoch Times se puso en contacto con el Centro de Salud de la ciudad de Xitang, donde Cheng recibió la inyección de refuerzo, y con el Parque Científico y Tecnológico de Zhejiang Jiashan, del grupo Foxconn, para pedirles comentarios sobre lo ocurrido, pero no recibieron respuesta.
Las autoridades chinas se han enfrentado a acusaciones de silenciar los informes sobre las muertes de personas ocurridas poco después de tomar vacunas fabricadas en China.
Debido a la supresión de información por parte de las autoridades, es difícil calibrar la prevalencia de las muertes o reacciones adversas a causa de las vacunas en China, pero han salido a la luz múltiples casos, como por ejemplo un informe del periódico chino The Epoch Times a principios de noviembre sobre el fallecimiento de un profesor de primaria de la provincia de Henan tras recibir dos inyecciones de la vacuna SinoVac.
En octubre, el South China Morning Post informó de que una madre soltera fue detenida en la misma provincia después de que intentara presentar una petición a las autoridades de Beijing sobre la muerte de su hija preadolescente, que falleció tras recibir una vacuna COVID-19.
Con información de Gu Xiaohua y Gao Miao.
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