El alcohol está matando a estadounidenses a un ritmo que casi se duplicó entre 1999 – 2020 y los adultos jóvenes están soportando la peor parte de una creciente crisis de salud pública según un estudio reciente de la Florida Atlantic University.
Los investigadores observaron un aumento de 4 veces las muertes relacionadas con el alcohol entre los jóvenes de 25 a 34 años, lo que pone de manifiesto una tendencia que, según los expertos, se ve alimentada por el aumento del estrés, los problemas de salud mental y la omnipresente cultura de la bebida.
Los profesionales de la salud y sus pacientes deben ser conscientes de que «las personas que consumen cantidades moderadas o elevadas de alcohol tienden a presentar los mayores riesgos de mortalidad y morbilidad prematuras», declaró a The Epoch Times el Dr. Charles H. Hennekens, profesor de investigación de la Facultad de Medicina Charles E. Schmidt de la Universidad Atlántica de Florida, en Boca Ratón y coautor del estudio.
Disparidad de sexos en la mortalidad relacionada con el alcohol
El número total de muertes relacionadas con el alcohol pasó de 19,356 a 48,870, lo que representa un aumento del doble, según el estudio, publicado en The American Journal of Medicine en noviembre. La tasa de mortalidad pasó de 10.7 por 100,000 en 1999 a 21.6 por 100,000 en 2020.
Los investigadores analizaron las tendencias de las muertes relacionadas con el alcohol a partir de los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Wide-ranging Online Data for Epidemiologic Research, (WONDER).
«Nuestro estudio halló diferencias de género significativas en la mortalidad relacionada con el alcohol», declaró en un comunicado de prensa el autor principal y correspondiente Panagiota «Yiota» Kitsantas, profesor de Florida Atlantic University. «Aunque los hombres tenían tasas de mortalidad más elevadas, las mujeres experimentaron un aumento relativo mayor, lo que puede reflejar el cambio de las normas sociales y el hecho de que la industria del alcohol se dirija cada vez más a las mujeres a través de campañas de marketing».
Los resultados indican que, aunque tanto hombres como mujeres experimentaron aumentos en las muertes relacionadas con el alcohol, los hombres tuvieron las tasas más altas tanto en 1999 como en 2020 y experimentaron el aumento global más pronunciado. En cambio, las mujeres experimentaron el mayor aumento proporcional, con un incremento de las muertes de 4.8 por 100,000 en 1999 a 12 por 100,000 en 2020.
Entre los factores que contribuyen al aumento de la mortalidad figuran las enfermedades cardiovasculares, en particular los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, así como ciertos tipos de cáncer y la cirrosis hepática, según Hennekens.
Tendencias regionales y respuesta a la mortalidad por alcohol
A nivel regional, el medio oeste registró el mayor aumento de muertes relacionadas con el alcohol, con tasas que se multiplicaron por 2.5, seguido del noreste, el oeste y el sur. El estudio señaló que las comunidades asiáticas y de las islas del Pacífico también experimentaron un fuerte aumento, con tasas de mortalidad 2.4 veces superiores.
«Abordar estos factores mediante intervenciones adaptadas podría ayudar a combatir la creciente epidemia de mortalidad por alcohol en EE. UU.», afirmó Kitsantas, subrayando la necesidad de iniciativas de salud pública específicas.
Hennekens señaló la necesidad crítica de realizar pruebas de detección del consumo de alcohol en los centros de atención primaria, ya que el consumo excesivo de alcohol es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad total y enfermedades cardiovasculares. Las enfermedades coexistentes, como el sobrepeso y la obesidad, pueden acelerar el daño hepático y adelantar la aparición de cirrosis y cáncer de hígado, señaló en el comunicado de prensa.
«Estos efectos pueden ser aditivos o sinérgicos y contribuir a una mayor y más temprana aparición de la mortalidad relacionada con el alcohol», declaró a The Epoch Times.
El papel de la salud mental y los factores sociales
Sanam Hafeez, neuropsicóloga y directora de Comprehend the Mind, un proveedor de evaluaciones neuropsicológicas de Nueva York, declaró a The Epoch Times que, a medida que aumenta el consumo de alcohol, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, y se amplía el policonsumo (consumo de alcohol junto con otras drogas, como los opiáceos), se incrementan las tasas de sobredosis.
«Con el aumento de los problemas de salud mental, como el estrés y la soledad, la gente tiende a recurrir al alcohol para aliviar temporalmente sus problemas porque es legal y fácil de conseguir en casi todas partes», dijo. «Luego está la falta de acceso a un tratamiento asequible de la adicción, aparte de programas como Alcohólicos Anónimos, que a menudo no es suficiente por sí solo para ayudar a los alcohólicos».
Hafeez advirtió que la «normalidad» y el consumo del alcohol como sustancia, se extendieron tanto en la cultura estadounidense que a menudo no se insiste en sus peligros desde una edad temprana, del mismo modo que se hace con las drogas ilícitas. «Para resolver este problema habrá que mejorar las iniciativas de salud pública», señaló.
¿Qué se puede hacer?
Hafeez sugirió que abordar el creciente número de muertes relacionadas con el alcohol requiere un enfoque polifacético.
Aboga por la intervención precoz y los servicios de salud mental como parte de la educación en atención primaria, la aplicación de políticas de reducción de daños y una mayor educación pública sobre el alcohol, el estrés y la salud mental.
Además, pide «leyes más estrictas sobre la publicidad del alcohol, especialmente en lo que respecta a los menores de 21 años en las redes sociales».
Hafeez sostiene que los jóvenes suelen percibir el alcohol como algo glamuroso, «sobre todo porque tantos famosos suelen respaldar marcas de licores».
Otro problema es la falta de acceso a tratamientos asequibles, tanto en régimen hospitalario como ambulatorio. Según Hafeez, esta barrera a la desintoxicación de calidad y a los centros de rehabilitación impide a menudo que quienes buscan ayuda accedan a ella.
«El aumento de las muertes por alcohol subraya la necesidad de abordar los problemas de salud emocional y mental que alimentan el consumo peligroso de alcohol», afirmó. «Es importante transformar las actitudes públicas hacia la bebida, [y] la prevención y el tratamiento deben implicar una atención integral y personalizada».
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