Más de 3000 personas han muerto a causa del virus del PCCh en los Estados Unidos y se han confirmado más de 164,539 casos, según los últimos datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins, que está haciendo un seguimiento de la pandemia mundial.
A fecha del 30 de marzo, se ha informado de que 3164 personas han muerto a causa de la enfermedad COVID-19, y 914 de esas muertes han ocurrido en la ciudad de Nueva York, que se ha convertido en el epicentro del brote en los Estados Unidos.
El lunes, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, hizo un llamamiento urgente a nivel nacional para que los voluntarios médicos se unan a lo que él llamó «las líneas del frente», ya que él y los funcionarios de salud advirtieron que la crisis que se está desarrollando en el estado es solo un anticipo de lo que otras comunidades de EE.UU. podrían enfrentar pronto, añadiendo que el virus «no discrimina» y que ningún estadounidense es inmune a la enfermedad.
«Necesitamos reclutar más trabajadores de la salud», dijo en una reunión informativa en un hospital improvisado en el Jacob K. Javits Convention Center en Manhattan. «Necesitamos compartir profesionales de la salud dentro de este estado y dentro de este país. Como gobernador de Nueva York, le pido a los profesionales de la salud de todo el país, si no tienen una crisis de salud en su comunidad, por favor vengan a ayudarnos ahora a Nueva York».
«No me importa si vive en Kansas. No me importa si vive en Texas. No hay ningún americano que sea inmune (…) lo que le está pasando a Nueva York no es una anomalía. No hay nada en el sistema inmunológico de un neoyorquino que sea diferente del sistema inmunológico de cualquier otro americano. Así que en muchos sentidos, Nueva York es solo un canario en una mina de carbón».
Antes de que Cuomo solicitara ayuda a los voluntarios médicos, casi 80,000 exenfermeras, exdoctores y otros profesionales se habían ofrecido como voluntarios, al tiempo que el USNS Comfort, un barco hospital de la Marina con 1000 camas y 12 quirófanos, llegaba al puerto de Nueva York para ayudar a liberar espacio en los abrumados hospitales de la ciudad para atender a aquellos que no se han enfermado por el virus del PCCh.
Politico informa que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) desplegó esta semana 85 camiones refrigerados en la ciudad de Nueva York para servir como morgues temporales, mientras los hospitales tratan de lidiar con el desborde de cuerpos. El espacio adicional de los camiones podría duplicar la capacidad de las morgues de la ciudad, elevándola de 3500 cuerpos a 7000, dijo la Oficina del Examinador Médico de NY (OCME).
Si bien la ciudad de Nueva York se ha convertido en el peor «punto caliente» de los Estados Unidos en lo que al virus se refiere, Nueva Orleáns, Detroit y otras ciudades también tienen brotes alarmantes. En California, el gobernador Gavin Newsom hizo un llamado similar a los voluntarios médicos, ya que las hospitalizaciones por el virus del PCCh se duplicaron en cuatro días y el número de pacientes de las UCI se triplicó durante ese tiempo.
El estado espera que su iniciativa, denominada Cuerpo de Salud de California, atraiga suficiente personal para manejar 50,000 camas de hospital adicionales, dijo Newsom.
La semana pasada, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) emitió una autorización de uso de emergencia de los medicamentos antipalúdicos hidroxicloroquina y cloroquina para tratar a los pacientes hospitalizados con el virus del PCCh, ya que el número de casos sigue aumentando.
Aunque todavía no se han realizado ensayos clínicos más amplios, los medicamentos de venta con receta oral han demostrado «actividad en estudios de laboratorio contra los coronavirus, incluido el SARS-CoV-2 (el virus que causa el COVID-19)» y «los informes anecdóticos sugieren que estos medicamentos pueden ofrecer algún beneficio en el tratamiento de los pacientes hospitalizados con el COVID-19», según una declaración del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS).
El presidente Trump también anunció esta semana que extenderá la campaña «15 días para frenar la propagación» de su administración por un mes más, lo que significa que los estadounidenses tendrán que seguir practicando el distanciamiento social, aunque los ancianos y las personas de alto riesgo deberán permanecer en sus casas.
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