Una mujer que en su día fue niña de acogida adoptó al bebé de la difunta exesposa de su esposo, un acto de amor para evitar que el niño acabe en el sistema de acogida. Dice que, como si fuera una señal de Dios, a menudo soñaba con un bebé de pelo rubio y ojos azules, incluso antes de que supieran de la existencia del niño.
Christie Werts, nacida en California, de 48 años, se casó con Wesley Werts, de 45, en 2018. Ambos tienen hijos de sus matrimonios anteriores: El hijo de la señora Werts, Vance, de 15 años, y su hija de 21, Megan; y el hijo del señor Werts, Austin, de 14, y su hija, Dakota, de 10. En enero de este año, tras un proceso que tardó 16 meses en completarse, adoptaron al bebé Levi —uno de los hijos de la exesposa del señor Werts—, un niño que desgraciadamente había estado expuesto a las drogas en el vientre de su madre.
Hoy, la familia de la pareja vive junta en Ohio.
«Personalmente, como creo en Dios, sentí que era una especie de plan de Dios desde los sueños, preparándome», dijo la Sra. Werts a The Epoch Times. «Siempre supe que Dios es real y que actúa en nuestras vidas. Pero cuando eres testigo de algo con lo que sueñas, que Dios pone en tu corazón, y luego se hace realidad, creo que mi fe se hace aún más fuerte».
«A veces le digo a mi esposo: ‘¿No es una locura que yo sea de California y tú de aquí (Ohio) y ahora vivamos en una granja y tengamos un hijo que no es nuestro? Es una locura cómo Dios trabaja y pone en marcha un plan».
«Deberíamos quedarnos con él»
La exesposa del Sr. Werts había luchado contra la adicción a las drogas, lo que lo llevó a ganar la custodia de Austin y Dakota. La pareja se divorció en 2015. «Tuvo un total de seis hijos», dijo la señora Werts. «Dos con mi esposo, y luego el resto cada uno tuvo un padre diferente».
Pero entonces, en 2021, la pareja se enteró de que la exmujer del Sr. Werts estaba embarazada de nuevo y de 33 semanas; su hermana les había llamado desde el hospital porque la futura mamá seguía drogándose y estaba muy enferma debido al COVID-19. No había nadie para cuidar del bebé.
«Le dije a mi esposo: ‘Deberíamos quedarnos con él'», cuenta la Sra. Werts. «No sabíamos la raza, no sabíamos el sexo, no sabíamos nada… Solo sabía que queríamos llevarnos a este bebé. Solo sabía que sentía que podía estar con sus hermanos y hermanas en lugar de ir al sistema. Ya estábamos enamorados de este niño».
«Fue muy duro, incluso como mujer, saber que esta madre biológica tenía esta lucha con la adicción. Ella era la que estaba en mis oraciones más que nadie, e intentábamos encontrar la manera de estar ahí para este bebé».
Levi nació el 23 de agosto del 2021, después de que a su madre le indujeran el parto a las 33 semanas. Falleció cuatro días después a causa de un derrame cerebral provocado por un coágulo de sangre.
El bebé de Ohio
Los Werts se pusieron en contacto con los Servicios de Protección de Menores, que les dijeron que Levi no podía abandonar el estado de Texas porque aún tenía un padre biológico. Si la pareja quería mantener al bebé fuera del sistema de tutela, tendrían que mudarse a Texas y convertirse en padres adoptivos.
La hermana de la madre biológica de Levi fue la primera en visitar la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), desde donde envió vídeos a los Werts. La Sra. Werts voló a Texas unos días antes de que Levi saliera del hospital. Un asistente social le dijo que el bebé había tenido algunos síntomas de abstinencia por exposición a drogas durante su primera semana, pero que «no eran supergraves».
«No llevaba ningún tipo de aparato respiratorio, sólo una sonda de alimentación», dijo la señora Werts. «Sólo pesaba 4 libras y 9 onzas cuando nació. Me sorprendió mucho lo pequeño que era, fue en el momento en que por fin pude cogerlo y mirarlo cuando me derrumbé».
Levi era conocido como «el bebé de Ohio» en la UCIN, ya que la Sra. Werts figuraba como su cuidadora y su madre biológica no le había puesto nombre. Sin embargo, ella había anotado su apellido como «Werts», aunque nunca había tomado el nombre de su exesposo.
La Sra. Werts dijo: «Siento que ella sabía que tal vez no lo lograría, y por eso si ponía ‘Werts’, tal vez esto sería una señal para que mi esposo se quedara con el bebé».
Los Werts vendieron su casa de Ohio, y la Sra. Werts, que trabaja en tecnología de la información, se trasladó con los tres hijos menores de la pareja a Texas. El Sr. Werts tuvo que trabajar fuera del estado como operador de grúa, por lo que su esposa trabajó muy duro para ayudar a sus hijos a adaptarse a la mudanza.
La familia comenzó entonces el minucioso proceso de registrarse como padres «de acogida para adoptar», que incluía 60 horas de clases, comprobaciones del hogar y modificaciones en la casa, todo ello con la esperanza de que nada complicara el proceso.
«No podíamos adoptarlo hasta que se cancelaran los derechos del padre biológico», dijo la Sra. Werts. «Corríamos el riesgo de mudarnos, sabiendo que existía la posibilidad de que el padre biológico obtuviera los derechos, o de que otro miembro de la familia se presentara y pasara la comprobación de antecedentes, en el fondo, ya estábamos enamorados de este niño».
La Sra. Werts también temía que su propia historia como niña de acogida entorpeciera sus posibilidades. «¿Me mirarán y dirán: ‘Oh, probablemente tenga problemas por haber sido una niña de acogida’?», dijo, y añadió: «Pero a medida que avanzaba en el proceso y aprendía que sólo quieren a alguien seguro y a quien querer, en todo caso, eso jugó a mi favor».
Los Werts regresaron a Ohio a mediados de diciembre del 2022, tras encontrar a un propietario que apoyaba su proceso de adopción y les ofreció la opción de comprar una granja en régimen de alquiler durante seis meses. Tras superar todos los obstáculos, adoptaron oficialmente a Levi, de 17 meses, mediante un procedimiento judicial virtual el 24 de enero del 2023.
Prosperando
«Creo que Levi ha sido una pieza de nuestra familia que nos unió aún más», dice la señora Werts, que también es madre adoptiva de Austin y Dakota. «No me siento como una heroína, hice lo que era correcto; quiero a mis hijastros, simplemente tenía sentido. Hice caso a Dios. Curiosamente, ¡se parece a mí! Nadie piensa que no sea mío».
El pequeño Levi empezó a prosperar en casa de su familia adoptiva, que vigilaba de cerca su desarrollo para detectar cualquier efecto que pudiera haber tenido la exposición a las drogas.
Hoy, los Werts viven en una enorme granja con caballos, patos y gallinas. Levi está «muy unido» a sus hermanos y no le interesan los aparatos, a diferencia de muchos niños de su edad.
«Sólo quiere salir a jugar», dice su madre. «Probablemente sea más listo que los demás a su edad, porque siempre tiene niños más grandes a su alrededor, puede decir todas las letras A-B-C, está aprendiendo los colores; es muy bonito ver cómo su cerebro articula las cosas».
Al ver un día a Levi «viviendo su mejor vida» jugando con su esposo, la Sra. Werts decidió compartir la singular historia de adopción de su familia en las redes sociales.
«Pensé que si la gente conocía nuestra historia, se sorprendería», dice. «Nuestra historia trata de la familia y de hacer lo correcto por los niños.
«Espero que en el futuro haya programas que ayuden a las mujeres con problemas de adicción durante el embarazo que muestren compasión y tomen las decisiones correctas, aunque impliquen trabajo».
Los Werts planean hablarle a Levi de su madre biológica y de su adopción en cuanto tenga edad suficiente para comprender que fue querido desde el principio, con sus hermanastros, Austin y Dakota, a su lado.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
