Una mujer que admitió haber bebido y que conducía a más del doble del límite de velocidad cuando chocó contra un carrito de golf, matando a una novia que acababa de casarse en una playa de Carolina del Sur, fue condenada el lunes a 25 años de prisión.
Jamie Lee Komoroski se declaró culpable en la corte del condado de Charleston de homicidio imprudente, un delito grave por conducir bajo los efectos del alcohol (DUI) que causó la muerte y dos delitos de DUI que causaron lesiones corporales graves antes de su sentencia.
También resultó herido en el accidente de 2023 el novio, Aric Hutchinson, que lloró ante la corte al recordar los últimos momentos que pasó con Samantha Miller, alguno de sus únicos momentos como marido y mujer.
«En el carrito de golf, me dijo que no quería que acabara la noche, la besé en la frente y lo siguiente que recuerdo es despertarme en el hospital», relató Hutchinson.
Komoroski, de 27 años, fue condenada por la juez Deadra Jefferson a un máximo de 25 años de prisión por el delito de conducir ebria causando la muerte. También fue condenada a 15 años de prisión por cada cargo de delito grave de DUI que causó lesiones corporales graves y a 10 años por homicidio imprudente. Las sentencias se ejecutarán al mismo tiempo.
La policía dijo que Komoroski bebió en varios bares el 28 de abril de 2023 y conducía a 65 mph en una estrecha carretera de Folly Beach con un límite de velocidad de 25 mph cuando chocó contra el carrito de golf que salía de una boda. Su nivel de alcohol en sangre era del 0.26 por ciento, más del triple del límite legal para conducir.
La novia, de 34 años, murió con el vestido de novia puesto. El novio sufrió una lesión cerebral y numerosas fracturas óseas. El carro salió despedido 100 metros por el choque.
Tras declararse culpable, Komoroski dijo que ahora se daba cuenta que era adicta al alcohol y que, egoístamente, no le importaba cómo afectaban sus actos a los demás. Prometió pasar el resto de su vida ayudando a los adictos y advirtiendo de los peligros de beber y conducir. Se declaró «destrozada, profundamente avergonzada y arrepentida» por lo que hizo.
«Ojalá pudiera volver atrás y revertir esta terrible tragedia. Pero no puedo. Viviré el resto de mi vida profundamente arrepentida por lo que ocurrió aquella noche», declaró.
Dijo que todo su trabajo estará dedicado a la memoria de Miller.
«Rezo para que Dios esté al lado de las víctimas y de sus familias y seres queridos el resto de sus vidas», dijo Komoroski.
Varios amigos y familiares de Miller y Komoroski intervinieron en la audiencia, que duró casi tres horas. Los partidarios de Komoroski pidieron al juez que fuera indulgente porque es joven, está arrepentida y aún puede hacer el bien.
Muchos de los familiares de Miller pidieron una sentencia dura, diciendo que nunca podrán recuperarla y que las decisiones que Komoroski tomó aquella noche fueron egoístas y marcaron permanentemente muchas vidas. Komoroski miró a la mayor parte de la familia de Miller, incluida Hutchinson, mientras hablaban, enjugándose de vez en cuando las lágrimas.
Hutchinson dijo que ve a más médicos y terapeutas de los que puede contar debido a sus lesiones físicas y la angustia mental del accidente y que piensa en ello todos los días.
«Ojalá hubiera muerto aquella noche. Ojalá lo hubiera visto venir. Habría saltado del carrito de golf para que solo me hubiera atropellado a mí», dijo Hutchinson.
Hutchinson ganó 863.000 dólares en acuerdos legales de tres bares que atendían a Komoroski, así como de su compañía de seguros y de la empresa a la que alquiló el auto.
Antes de la sentencia, el padre de Miller dijo a Komoroski que estaba disgustado porque ella parecía no asumir nunca su responsabilidad. Le dijo que podía disculparse, pero que no escucharía ni una palabra.
«El resto de mi vida voy a odiarte y cuando llegue al infierno y tú estés allí, te abriré la puerta”, dijo Brad Warner. “Has arruinado la vida de muchas personas».
Por Jeffrey Collins
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