Las autoridades federales acusaron, el 14 de julio, a una doctora homeópata con licencia de California por falsificar tarjetas de registro de vacunación para hacer creer que la gente recibía la vacuna de Moderna, aprobada por la FDA.
Juli Mazi, de 41 años, fue detenida y acusada de fraude electrónico y de hacer declaraciones falsas relacionadas con asuntos sanitarios, según informó el Departamento de Justicia el 14 de julio. La acusación es la primera del gobierno estadounidense contra una persona implicada en la falsificación de registros de vacunas anti-COVID.
«La acusada presuntamente defraudó y puso en peligro al público al aprovecharse de los temores y difundir información errónea sobre las vacunas autorizadas por la FDA, al tiempo que vendía tratamientos falsos que ponían en peligro la vida de las personas. Y lo que es peor, la acusada supuestamente creó tarjetas de vacunación para COVID-19 falsificadas y dio instrucciones a sus clientes para que marcaran falsamente que habían recibido una vacuna, lo que les permitió eludir los esfuerzos para contener la propagación de la enfermedad», dijo la vicefiscal general, Lisa Monaco, en un comunicado.
«El Departamento de Justicia y las fuerzas de la ley están comprometidas en proteger al pueblo estadounidense de los estafadores durante esta emergencia nacional».
La investigación se inició después de que la línea directa de la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS OIG) recibiera una queja de una persona que dijo que sus familiares habían comprado unos gránulos de inmunización para COVID-19 de Mazi. Según el informante, Mazi había dicho que los gránulos contenían el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) y crearían una respuesta inmune. Además de recibir los gránulos, Mazi entregó a la familia de la denunciante tarjetas de vacunación COVID-19 y les indicó que marcaran las tarjetas para decir falsamente que recibieron la vacuna Moderna cuando ingirieron sus gránulos de inmunización.
El virus del PCCh es el patógeno que causa COVID-19.
«Para superar los retos que presenta el COVID-19 es necesario confiar en nuestros profesionales médicos para que nos proporcionen una información y una orientación sabias», dijo la fiscal federal en funciones del distrito norte de California, Stephanie Hinds. «De acuerdo con la denuncia, en lugar de difundir remedios e información válidos, Juli Mazi se benefició de la venta ilegal de remedios no aprobados, de provocar falsos temores y de generar pruebas falsas de vacunación».
Según los documentos judiciales, Mazi también ofrecía vacunas de homeoprofilaxis para enfermedades infantiles y afirmaba falsamente que satisfacían los requisitos de vacunación escolar. También habría falsificado las tarjetas de vacunación que los padres presentaban a las escuelas.
«Esta médica violó la importante confianza que el público deposita en los profesionales de la salud, en un momento en que la integridad es lo más necesario», dijo el agente especial a cargo de la OIG del DHS, Steven Ryan.
The Epoch Times envió una solicitud de comentarios a la oficina de Mazi.
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